Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como candidato presidencial del PRD y pidió a la izquierda arrebatar el tema de la familia a la derecha.
Señaló que la crisis del país no es solo por falta de bienes materiales, sino por la carencia de valores éticos y morales.
Por ello, pidió a los dirigentes de la izquierda “no dejar el tema de la familia a la derecha”, por el contrario, abrir el debate y llamar a evitar la desintegración familiar, que también ha provocado la crisis social del país.
“Porque la izquierda debe ajustarse a las nuevas circunstancias, porque ser de izquierda en nuestro tiempo es ser honesto y de buen corazón.”
Aseguró que va de nuevo en busca del triunfo el 1 de julio, “porque así lo exigen las circunstancias” y “porque sabemos lo que se tiene que hacer”.
“Protesto para que con la unidad de todos los mexicanos logremos la transformación que necesita el país, un cambio verdadero que significa honestidad, justicia, tranquilidad y paz que merece el pueblo de México, protesto por México”, dijo con la mano derecha levantada.
En su discurso improvisado y sólo con una hoja con los lineamientos generales de su mensaje ante consejeros, dirigentes y candidatos a gobernador, diputados y senadores del PRD, reunidos en el Polyforum Cultural Siqueiros, aseguró: “Vamos de nuevo a esta campaña por la transformación del país. Vamos de nuevo a participar, porque así lo exigen las circunstancias”.
Celebró que el PRD haya actuado de manera responsable y haya privilegiado la unidad. “Porque necesitamos de ésta para convocar a todos los mexicanos a que también en unidad, juntos, salvemos al país”.
Acompañado de su esposa, Beatriz Gutiérrez, el ahora candidato electo del PRD afirmó que el llamado a la reconciliación es fundamental, “vamos al cambio por el camino de la concordia, porque sólo así vamos a poder sacar a México del pantano en que lo han metido”.
En el país “aún se mantiene encendida la flama de la esperanza” y un ejemplo de ello es el gobierno en la Ciudad de México, donde “se ha pintado la raya con la delincuencia y la policía no está penetrada por la delincuencia”, a la vez que hizo un reconocimiento a Marcelo Ebrard y a Cuauhtémoc Cárdenas, primer jefe de gobierno de la ciudad.
La toma de protesta a López Obrador fue presenciada por quienes en los últimos años fueron sus detractores. En las primeras filas estaban dirigentes de Nueva Izquierda, como Jesús Ortega.
El único ausente de la cúpula de Los Chuchos fue el presidente de la Cámara de Diputados, Guadalupe Acosta. Tampoco acudieron Cárdenas y Ebrard, así como la candidata al gobierno de Chiapas, la ex priista María Elena Orantes, quien fue presentada, pero nunca llegó y el lugar vacío fue ocupado por Alejandra Barrales.
Al frente acompañaron al abanderado presidencial Jesús Zambrano, Luis Walton, Dolores Padierna, Ricardo Monreal, Manuel Camacho Solís, Carlos Navarrete y Armando Ríos Piter.
Del otro lado lado del escenario, Miguel Ángel Mancera, Arturo Núñez, Graco Ramírez, Fernando Garza, Erik Villanueva y Arnulfo Montes, candidatos a las gubernaturas del Distrito Federal, Tabasco, Morelos, Jalisco, Yucatán y Guanajuato.
Frente al cierre de filas con su candidato presidencial, como lo definió Zambrano, López Obrador extendió su “mano franca” a todos los mexicanos y con más razón, “a mis amigos y compañeros del PRD”.
Su discurso duró casi 30 minutos, al final dijo que se había propuesto hablar poco, “pero me siento muy contento con ustedes”, y arrancó el grito unánime de “¡Presidente, Presidente!”
Agencias