En Psicología se usa para definir a personas con rasgos rígidos de comportamiento, quienes no logran verbalizar sus sentimientos. La alexitimia es más común en hombres: por cada 10 varones con este problema hay dos mujeres.
La palabra deriva del griego y significa la dificultad para reconocer y nombrar los afectos. En Psicología se usa para definir a personas con rasgos rígidos de comportamiento, quienes no logran verbalizar sus sentimientos. Por qué la padecen más hombres que mujeres
La palabra alexitimia deriva del griego y significa la dificultad para reconocer y nombrar los afectos. Fue introducida por Sifneos en 1972, como resultado de investigar a personas afectadas de enfermedades psicosomáticas, quienes expresaban, por medio de síntomas corporales, las emociones que no podían poner en palabras.
No obstante estos determinantes biológicos no puede soslayarse la influencia de las normas sociales en la expresión de los afectos, más limitada para los hombres que para las mujeres.
Se diferencian dos tipos de alexitimia:
Primaria: se debe a una predisposición genética o anomalías neurológicas dadas al nacer.
Se pueden considerar distintos aspectos del fenómeno alexitímico:
1) Problemas para reconocer y expresar el contenido afectivo de las emociones.
3) Dificultades para diferenciar sensaciones corporales de emociones.
4) Estilo de conocimiento dirigido hacia lo externo y concreto.
5) Conformismo y aceptación de patrones sociales pre establecidos.
En las personas con alexitimia son frecuentes las quejas psicosomáticas (dolores erráticos, colon irritable, afecciones dermatológicas) así como dificultades para el control de los impulsos (atracones bulímicos, reacciones explosivas de ira, etc.).
En general son caracteres con rasgos rígidos de comportamiento, sobrecarga de exigencias laborales, familiares, de pareja. En la historia de estos sujetos es frecuente comprobar carencias afectivas o historias de violencia o abuso, que inciden insensiblemente en la construcción del mundo emocional.
Ante la pregunta: “¿Qué sentís?” Siempre se responde “no sé”, como una muletilla que evidencia el desconocimiento de los afectos. Nadie puede conocer su mundo interno, de ahí la imagen de herméticos, indiferentes, apáticos, o ansiosos.
El diagnóstico de la personalidad de base es fundamental. Los abordajes psicológicos ayudan a la persona a flexibilizar las defensas y a reconocer la riqueza emocional reprimida o negada.
Por: Doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y psicoterapeuta (MN 74794)
Vanguardia