Los presidentes estadunidense, Barack Obama, y ruso, Vladimir Putin, mostraron una aparente armonía ayer sobre la necesidad de acabar con la violencia en Siria, sobre la presión a Irán e incluso sobre el escudo antimisiles, tras meses de duro pulso diplomático.
En su primera reunión desde que Putin volvió al Kremlin, ambos líderes emitieron un comunicado conjunto, al margen de la cumbre de países avanzados y emergentes del Grupo de los 20 (G20).
“Para acabar con el baño de sangre en Siria pedimos el fin inmediato de toda violencia”, declararon los líderes. “El pueblo sirio tiene la oportunidad de elegir democrática e independientemente de su futuro”, añadieron. Ambos estuvieron de acuerdo en la necesidad de un “proceso político” para evitar una guerra civil en ese país.
El encuentro estuvo rodeado de una gran expectación ante la creciente tensión bilateral por la crisis siria. “Desde mi punto de vista tenemos mucho en común sobre este tema (Siria)”, dijo Putin.
Las relaciones de EU con Rusia fueron potenciadas durante la presidencia de Dimitri Medvedev a raíz de la firma del tratado de armas nucleares START y de la cooperación en torno a Irán y Afganistán. Pero la espinosa postura de Putin y las turbulencias políticas tanto en Moscú como en Washington parecen estar llevando la relación entre los dos antiguos rivales de la guerra fría a un enfrentamiento abierto.
Sobre Irán dijeron que estaban de acuerdo en que “debe emprender serios esfuerzos para recuperar la confianza internacional sobre la naturaleza exclusivamente pacífica de su programa nuclear.
“Para ello, Teherán debe cumplir sus compromisos completamente (…) y cooperar con la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para solucionar rápidamente todos los asuntos pendientes”, advirtieron.
Esta declaración se emitió poco después del primer día de reuniones en Moscú entre Irán y cinco potencias mundiales para intentar hallar una salida diplomática al punto muerto actual sobre el programa nuclear iraní.
Obama, que ha advertido que no descartará una acción militar contra las pretensiones nucleares de Teherán, dijo que aún “hay tiempo” para una solución diplomática.
En cuanto a la disputa sobre el escudo antimisiles, el comunicado conjunto afirmó: “A pesar de las diferencias en nuestras valoraciones, hemos acordado que continuaremos buscando conjuntamente soluciones a los desafíos en el ámbito de la defensa antimisiles”.
Moscú quiere un acuerdo vinculante que establezca que el sistema defensivo no estará dirigido ni será usado contra Rusia en ningún momento.
Los dos mandatarios también fijaron un compromiso para implementar un nuevo tratado de reducción de armas nucleares START, establecido entre Obama y Medvedev en 2010.
En tanto, al menos 70 personas, la mayoría civiles, murieron ayer en bombardeos en Siria, donde las fuerzas del presidente Bashar al Asad continuaron una ofensiva en la ciudad central de Homs según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Una responsable de la ONU llamó a Damasco a cesar inmediatamente el uso de armas pesadas y los bombardeos.
Agencias