En mi entrega anterior escribí sobre los parámetros para medir hoy el éxito de los gobiernos.
Cuando un gobernante hace lo que le toca se vale reconocerle.
En un mundo donde mucha gente está inconforme porque no vive como le gustaría o no quiere dejar de vivir como vive, no busca quién se la hizo, sino quién se la pague.
Y eso en aras de la libre expresión es entendible y válido, aunque injustificable.
Hoy Alejandro Murat está haciendo lo que le toca, siempre diligente, siempre atento, siempre pendiente.
Es el primer gobernador PRESENTE después periodos constitucionales de ausencia, de frivolidad y de indiferencia.
La política debe servir para cambiar la vida de la gente, para solucionar problemas, para satisfacer necesidades.
La conflictiva es consustancial a Oaxaca. Las carencias no son de hoy, pero a diferencia del pasado, las inconformidades y las demandas legítimas se atienden y, en la medida de lo posible, se solucionan.
Hoy San Pedro y San Pablo Ayutla, Mixe tiene agua. Las imágenes dicen más que mil palabras.
Ayutla ya tiene su pozo profundo y al momento de la edición de estas líneas, los trabajos para la construcción de los tanques reguladores y el tendido de la nueva red de agua potable, continúan.
Era inaceptable que en pleno siglo XXI cientos de familias no tuvieran agua en sus casas, siendo que es un derecho humano.
Hoy el gobierno, hay que decirlo, les cambió la vida y es algo que debe reconocerse.
Pudo haberse ignorado el problema, se le pudo haber minimizado, como casi siempre sucede. Hubiera sido fácil para el gobernador dejar intocados los intereses creados en la zona y nadar de a muertito.
No lo hizo y en este, como en varios otros temas, agarró al toro por los cuernos y dio una solución que hoy le da un nuevo horizonte a Ayutla.
No todas y todos están contentos. Y es, como lo dije al principio, entendible. Porque #AguaParaAyutla se había convertido en bandera de activismo político con un complicado entramado de perversos intereses detrás.
Esos intereses están saliendo a la luz.
En estos tiempos ya cualquiera lucra con el dolor o las carencias de la gente.
Uno o dos se enojaron porque se quedaron sin bandera. Así de simple.
Pero la sonrisa de un niño que moja sus manos con el agua corriente de la nueva y tan esperada toma es más que elocuente. Y ese debe ser el nuevo rostro de Ayutla. Es el rostro que la inmensa mayoría queremos.
Baste con saber que las familias tendrán agua.
Que no se confundan y que no traten de confundir. No se las quitó ningún partido ni ningún gobernante.
Y de la misma manera ningún partido se las trajo de vuelta.
Fue el gobierno de Oaxaca, fue Alejandro Murat que no solo destinó el dinero y el personal para que eso fuera posible.
También se encargó personalmente de dialogar y conciliar con todas y todos los que sí querían el #AguaParaAyutla.
Hizo su trabajo y discretamente, sin que se dieran cuenta, les quitó la bandera a quienes hoy se muestran molestos… muy molestos y que ya no podrán pedir #AguaParaAyutla.