Agro oaxaqueño: alguien miente: Jaime Velázquez

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18-jaimePara nadie es un secreto que en toda la República Mexicana, el tema de apoyo al campo tiene un rezago espantoso, a excepción del llamado granero del país en el bajío con estados como Guanajuato, parte de Jalisco y el occidente en general, porque todas las demás regiones tiene una condición de miseria plena en materia agrícola, agropecuaria y forestal. Por supuesto, Oaxaca no sólo pertenece a este segmento marginado, sino está entre las entidades más atrasadas entre las atrasadas; la atención a los campesinos oaxaqueños sólo está en el discurso político: Ni a las autoridades de ningún partido ni de ningún sexenio les ha interesado desarrollar los rubros agrícolas, ni a esos mismos campesinos les ha motivado su desempeño empresarial, cómo sí ha sucedido en otros estados de México, y por el contrario, se han enquistado con líderes redentores del campo a la cabeza como auténticos grupos chupasangre del erario estatal y federal acostumbrados al paternalismo de “dame dinero para levantar mis manifestaciones”, pero verdadero trabajo de producción agropecuaria, ni soñarlo. Quizá como pocos lugares en la nación, Oaxaca tiene una gran cantidad de organizaciones reivindicativas del sector campesino, entre ellas, la Confederación Nacional Campesina (CNC) de corte priista; la Unión Campesina Democrática (UCD) de origen perredista; Antorcha Campesina, organismo nacional con su obvia sede Oaxaca; Organización Campesina Independiente de Oaxaca; el Consejo Estatal Campesino Emiliano Zapata (CECOEZ) con tendencia tricolor, pero más bien de acomodo político según el viento; en fin, podría llenarse la columna completa con una enumeración vasta de grupos surgidos a nombre de la gente del campo y no alcanzaría el espacio de este segmento, y peor aún, pasar de estas agrupaciones a las representativas del sector indígena en general, es cosa de unos cuantos milímetros sociales, como es el caso del Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT) y su contraparte, la Unión de Bienestar Social de la Región Triqui (UBISORT), hoy plantadas simultáneamente ambas organizaciones en pleno zócalo de la capital oaxaqueña en exigencia y espera de sus dádivas, perdón, sus “apoyos” que año con año les otorga el gobierno del estado. En fin, el caos económico y social provocado por prácticamente todos estos organismos pudiera ser equivalente al generado dentro del sector educativo con los conflictos magisteriales. Dentro de este contexto, la torpeza, ineficacia y pésimo desempeño de los actuales encargados de aplicar las políticas públicas a favor del agro oaxaqueño han generado ya una mayor crisis (impensable empeorar la situación, pero lo lograron) denunciada ampliamente, pero sin ninguna respuesta. Me explico.

ANTECEDENTES FATALES

A principios del actual sexenio fue nombrado como titular de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Forestal, Pesca y Acuacultura, Sedafpa, del gobierno estatal, Salomón Jara Cruz, senador de la república en ese momento, compañero de bancada del mandatario, Gabino Cué Monteagudo, pero sobre todo, gente muy cercana a los afectos de Andrés Manuel López Obrador, gurú de cabecera de Gabino durante la campaña electoral que lo llevó al triunfo para el gobierno de Oaxaca en el 2010. Prácticamente desde su llegada al cargo, Salomón Jara fue acusado de falta de capacidad organizativa para atender los problemas del campo, así como de enfocarse prácticamente de tiempo completo al trabajo político. En agosto del año  pasado ya se hablaba entre autoridades de la federación, de la posibilidad de que Oaxaca debiera regresar al gobierno federal 262.5 millones de pesos “por la dificultades técnicas, administrativas, de planeación y operación” evidentes en el comportamiento de la Sedafpa a cargo de Salomón Jara, y desde el 2012; para esas fechas, a pesar de las recurrentes negativas de Salomón Jara, ya se había consumado un subejercicio de 37 millones 94 mil 816 pesos por parte de esa dependencia precisamente durante el 2012, cuya cantidad, si bien preocupante ante una situación de miseria en la entidad para proyectos de producción agrícola, no alcanzaba niveles de alarma. Pero hablar de casi 263 millones en el 2013 ya era no sólo preocupante, sino un auténtico crimen contra la sociedad oaxaqueña.

MÁSCARA CONTRA CABELLERA

La ruleta de la suerte campesina dio un giro en la entidad en abril del 2013 al dejar la Sedafpa Jara Cruz, quien como ya comentamos, era una pieza de la izquierda política, en específico de López Obrador, y llegó de manera inesperada a esa posición un panista, Edgar Guzmán Corral, sorpresiva desde el punto de vista que el PAN no tiene precisamente un perfil de personajes conectados con los temas de campesinos. En todo caso, fue un movimiento plenamente político en ese entramado de cambios donde se fue Jesús Emilio Martínez Álvarez de la Secretaría General de Gobierno para dejar el espacio a Alfonso Gómez Sandoval, entre otros enroques. Se entiende hoy a la distancia la llegada de Guzmán Corral como una evidente cuota al panismo de la coalición gobernante. El rebotadero del nuevo secretario en temas administrativos ha sido impresionantemente negativo, como el reclamo de entrega de cheques sin fondos, favorecer recursos a quienes compran equipos agrícolas por tener él una empresa de esa índole, la reciente protesta de la Asociación de Productores Azucareros de la Cuenca, en voz del presidente del Consejo de Administración de ese organismo, por haber entregado Edgar Guzmán apoyo para ellos de 4 millones de pesos, a otro organismo, y así por el estilo. En su comparecencia ante la Cámara de Diputados local el pasado 13 de diciembre, el secretario de Sedafpa debió enfrentar ante los legisladores uno de los rumores convertidos en reclamo por los diputados,  la posibilidad de llegar a un sub ejercicio de 300 millones de pesos, como ya se mencionaba en algunos ámbitos. Guzmán Corral dijo en esa fecha que no había tal, sino era “un reacomodo de los recursos y los proyectos”, pero negó rotundamente la posibilidad de regresar dinero a la federación por falta de planeación y operación. Apenas hace unos días, declaró a esta columna el secretario la misma versión. Sin embargo, en entrevista radiofónica, el delegado en Oaxaca de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Sagarpa, homóloga de la Sedafpa dentro del gabinete del gobierno federal, Teófilo Manuel García Corpus, no solo ratificó plenamente el sub ejercicio provocado por el gobierno de Oaxaca que alcanza, según sus cifras, la cantidad de 400 millones de pesos del 2012 a la fecha, sino a pregunta expresa sobre la responsabilidad directa de Guzmán Corral sobre ese regreso de dinero a la federación, dijo al aire en noticiero de radio: “Debo decirte que sí (es responsable Edgar Guzmán). Ha mostrado una gran ineficacia y torpeza para operar los proyectos y ese dinero ya se ha regresado a la federación”, remató García Corpus. ¿Usted, amigo lector, a quién le cree?.

LO QUE VIENE

Las aclaraciones de lo sucedido financieramente dentro de la Sedafpa Oaxaca parecen estar condenadas a no realizarse, porque en primer lugar, su anterior titular, Salomón Jara, hoy es uno de los principales operadores de López Obrador en la entidad para la conformación del Movimiento Regeneración Nacional, Morena, fuerte aliado “El Peje” del gobernador Cué, por lo tanto, eso hace a Jara prácticamente intocable. La combinación inicial de la derecha con la izquierda política provocó enfrentamientos desde el inicio del sexenio dentro de la Sedafpa, pues Teresita de Jesús Ahuja Pérez, panista de hueso colorado, era directora de Administración y Control Financiero de la Sedafpa de Salomón, pero tuvo severos enfrentamientos con el personal, lo cual llevó a colocar una manta en las oficinas de esa secretaría dentro de Ciudad Judicial con la leyenda “Que regresen los corruptos y se vayan los pendejos”; finalmente fue destituida la directora bajo la fuerte sospecha de haber sido operada la revuelta en su contra por el propio Jara Cruz, es decir, su secretario. Con el cambio, el PAN retomó los hilos del sector, también en un aparente acuerdo con el grupo de Diódoro Humberto Carrasco Altamirano, toda vez que su hermano, Jorge, ha sido sub secretario desde la llegada del actual gobierno estatal, aunque con  un bajo perfil. Así las cosas, pareciera no lograrse la operación debida con los actuales funcionarios, pues ha denunciado García Corpus a su llegada en la delegación Sagarpa, el enorme riesgo de regresar más dinero a la federación en breve, pues se cierra como fecha fatal para la entrega de proyectos el próximo 31 de mayo “y no parecen tener en esa Secretaría grandes avances para aprovechar recursos todavía en posibilidades de ser utilizados por el estado”. Se perfila a través de este sector una lucha política, la cual elevará seriamente su nivel de intensidad, pues la búsqueda de las diputaciones federales el año entrante coloca posiciones encontradas entre los personajes del PAN con los diodoristas utilizando la plataforma de la Sedafpa para impulsar candidatos, así como del PRI en el caso de García Corpus desde la delegación Sagarpa para los mismos fines, por lo tanto, la guerra declarativa subirá, sin duda, de tono. Y mientras el campo en Oaxaca puede seguir esperando. jaimelabc22@gmail.com