A través de las políticas públicas los gobiernos Federal, Estatal o Municipal tienen la oportunidad de mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Vemos a nivel nacional como los gobiernos intentan aminorar la pobreza y marginación que existe en el país, aunque algunos, sin mucho éxito.
En Oaxaca ha habido gobiernos buenos, regulares y muy malos, cada uno tiene su calificación.
Sin embargo, hagamos un pequeño repaso histórico:
En el gobierno de Heladio Ramírez López se dio un impulso fuerte a varios sectores, entre ellos el campo. Se generó una estrategia de apoyo muy importante a este rubro. Muchos recordarán la famosa frase “atajemos el agua a como dé lugar”, que fue una política pública donde se invirtió en importantes obras de captación, mismas que hoy en día están sirviendo para producir en varios rincones del Estado.
Posteriormente en el gobierno de Diódoro Carrasco, aunque con menos impulso, se siguió la producción en el sector. En este sexenio se supo enlazar los programas de gobierno con SOLIDARIDAD, política social a la cual el gobierno del expresidente Carlos Salinas le destinó muchos de los recursos y levantó obras -que hoy en día aún podemos ver- como: de captación, sistemas de riego, unidades de producción, mismas que en su momento fueron de suma importancia.
Posterior a estos gobiernos se viene una debacle para los campesinos. Prácticamente se ha olvidado a este sector tan importante.
Hoy en día no podemos presumir de apoyos reales para el agro. Vemos notas en los periódicos, redes sociales, televisión o radio donde se entregan algunos recursos financieros en especie o efectivo, que no son más que actos mediáticos que confirman que el campo está sin rumbo.
Es de reconocer que hemos descuidado mucho el trabajo del campo. Tenemos zonas importantes con gran potencial productivo como en la Costa con la producción de frutas como papaya, así como limón, cacahuate, y productos tropicales; en el Istmo, con el mango y el sorgo; en la región de Tuxtepec con ganado o la maicera de Ayotzintepec.
En tanto, la Mixteca cuenta con una zona altamente productiva en Nochixtlán; en la Cañada, la producción de básicos y frutales y finalmente, en los Valles Centrales se observa la producción de más de 90 mil hectáreas de productos básicos, cultivo que ocupa el primer lugar en superficie a nivel regional.
Pese a este potencial, puedo en este momento asegurar que no se le ha puesto al campo el interés que requiere. Se ha hecho un gobierno de “cuates y de cuotas”. Desde hace más de 15 años la política agrícola es una política de subsistencia que nos hunde en el rezago productivo.
Es decir, mientras, los estados del norte del país, incrementan su capacidad productiva año con año, nosotros nos mantenemos en el fondo de la estadística productiva con niveles de eficiencia que causan vergüenza.
El reto sigue siendo el mismo para este y el próximo gobierno: producir el cambio en las políticas públicas agrícolas para romper con el círculo vicioso de la autocomplacencia y segundo, ubicar la producción como estrategia central, junto con la salud y la educación en Oaxaca.
Está claro que el nuevo Ejecutivo Estatal tiene que trazar programas con una visión integral, la cual no implica inventar el hilo negro, sólo se requiere subsidio en la parte de insumos, asistencia técnica de calidad, fortalecimiento a esquemas organizativos, infraestructura básica, seguros agrícolas y buenos canales de comercialización.
Sí, hoy “nos toca tomar el toro por los cuernos” desde el Congreso del Estado, es necesario que le apostemos todos los días a este importante sector, también sabemos que éste no ha sido suficiente frente a una clase política que ni sufre, ni conoce de los embates de la pobreza, frente a un campesino que sólo produce para subsistir.
Luis Enrique Ortega Zárate
Líder agrícola y diputado local