El plan del aspirante presidencial republicana Donald Trump para establecer un impuesto de 35 por ciento a las importaciones automotrices desde México provocó resquemor entre expertos y grupos en pro de la libre empresa aquí.
El martes, en un evento en Iowa, Trump acusó a la compañía automotriz Ford de realizar una inversión de 2 mil 500 millones de dólares en México que, según él, resta empleos a los estadounidenses, idea que fue condenada por estar lejos de la ortodoxia del Partido Republicano.
“Trump quiere unilateralmente amenazar a uno de los productores de manufacturas más importantes de Estados Unidos con impuestos más altos”, denunció el llamado Club For Growth que busca menos impuestos.
A decir del grupo, Trump está colocándose del lado de los sectores más a la izquierda del Partido Demócrata que desde los 90 han empujado a renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para castigar a empresas que “exporten” empleos a México.
Más aún, expertos en temas bilaterales advierten que dicho impuesto puede provocar un diferendo comercial y un efecto bumerán al herir a la industria estadounidense.
“Vale la pena destacar que no existe un auto mexicano, así como no existe un auto estadounidense, ni existe un auto canadiense. Sólo existen autos norteamericanos”, dijo a REFORMA, Chris Wilson, especialista del Instituto México del Woodrow Wilson Center.
De acuerdo con un estudio del National Bureau for Economic Research, las manufacturas mexicanas contienen 40 por ciento de insumos de Estados Unidos, algo que en la industria automotriz, con alta integración en América del Norte, sería aún más profundo.
“Obviamente (el impuesto Trump) dañaría a la industria automotriz norteamericana en su totalidad, no solamente en México sino en Estados Unidos también. Cuando se incrementa la exportación de autos en México también aumenta la exportación de autopartes de Estados Unidos”, dijo Wilson.
El gravamen golpearía incluso a la propia área metropolitana de Detroit, corazón automotriz de Estados Unidos.
“Estamos orgullosos de haber invertido 6 mil 200 millones de dólares en nuestras plantas de Estados Unidos desde 2011 y en haber contratado a casi 25 mil empleados “, dijo Ford en un comunicado en junio, cuando Trump inició los ataques.
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