Cuatro de cada 10 botellas de licor en el mercado mexicano están adulteradas, reporta la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), y debido a que su ingesta puede ocasionar hasta la muerte, algunos legisladores locales proponen tipificar la venta y producción de estas bebidas con el grado de tentativa de homicidio.
Sólo el quebranto por la venta de botellas de tequila adulterado rebasa los 7 mil 200 millones de pesos, pues de acuerdo con datos del Consejo Regulador del Tequila, en los últimos tres años se han vendido 60 millones de litros falsos, lo que ubica al brebaje tradicional mexicano como el más falsificado en la industria.
Aunque son riesgo para la salud, la compra de estos líquidos apócrifos es llamativa para los consumidores, dado que una botella de tequila adulterado puede encontrarse a un precio de 20 pesos, mientras que una original tiene un costo promedio de 120.
El jefe de la sección de química experimental de la UNAM, Benjamín Ruiz, informó que el consumo de etanol, sustancia que se utiliza en la producción de bebidas adulteradas, causa reacciones entre los 30 minutos y 72 horas después de ingeridas.
Las reacciones pueden confundirse con los síntomas de la borrachera, pero en casos más extremos se presenta un intenso dolor abdominal y dificultad para respirar, así como la pérdida temporal o hasta permanente de la vista.
“Según un estudio de la Profeco cuatro de cada 10 botellas de alcohol están adulteradas, por lo que nosotros proponemos que se castigue con 20 a 30 años de prisión a quien falsifique estas sustancias”, indicó Leobardo Urbina, diputado del PRI en la Asamblea Legislativa del DF.
Mala copa
La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) instaló desde 2010 el operativo Mala Copa en el que autoridades locales y federales realizan recorridos por varios establecimientos mercantiles de la capital vigilando que no se vendan bebidas adulteradas.
Samuel Ibarra, fiscal para delitos ambientales y en materia de protección urbana indicó que en el tiempo de vida del programa ha logrado la incautación de 8 mil 298 botellas en la revisión de 40 giros nocturnos; así como la detención de 11 personas, de las cuales sólo tres han sido consignadas.
“Mala Copa nació el 15 de mayo de 2010 en un recorrido que hicimos por la Plaza de Garibaldi, esa noche se suspendieron el Tenampa, el Salón Tropicana y el table dance Mónaco, ése es el tipo de actuaciones que nosotros aplicamos”, comentó Ibarra.
En el operativo participa personal de la secretaría de Finanzas, de la procuraduría capitalina, de la Profeco, y en el caso de reporte de venta de drogas agentes de la Procuraduría General de la República.
“El año pasado Profeco emitió una alerta a escala nacional para sacar del mercado el vodka Pablov porque no cumplía con ningún requisito, tenía menos mililitros y más grados de alcohol de lo que marcaba la etiqueta; no tenía numero de lote y venía envasada en botella de ron. Era totalmente apócrifa y ése es un logro de Mala Copa”, abundó el fiscal.
También mencionó que debido a la complejidad de la coordinación de las instancias federales y locales Mala Copa sólo se puede realizar dos veces por mes; sin embargo, la PGJDF realiza un operativo de revisión cada semana.
“Cuando ingresamos a un inmueble lo primero que hacemos es informar a los comensales del operativo para que no se alarmen, posteriormente revisamos los lotes, etiquetas, textura, el color de las botellas y que éstas no presenten anomalías. En caso de que algo este fuera de lo común, decomisamos los envases y los llevamos a laboratorios para que ahí se determine si está adulterado el alcohol”, explicó.
Lo barato sale caro
Una de las frases más comunes de la Profeco es “lo barato sale caro” y en el caso de las bebidas embriagantes no es la excepción. Emiliano Cinta, director general de Verificación y Vigilancia del organismo aseguró que los consumidores deben ser más desconfiados en beneficio de su salud.
“La principal recomendación es que estén pendientes de qué están consumiendo, que verifiquen la información comercial que está en las botellas, que desconfíen de los precios bajos, y sobre todo, que ante cualquier situación se acerquen a esta institución y hagan su denuncia. Los ciudadanos son los principales verificadores y es muy importante que sepan que están respaldados por nosotros”, concluyó el funcionario.
Los teléfonos para acusar a los establecimientos que venden alcohol adulterado son 53-46-89-16 de la Procuraduría General de Justicia del DF. También se pueden denunciar ante la Profeco al 55-68-87-22 en la capital y del resto del país al 01-800-46-88-722.
Milenio