* Soltó a los demonios la entrega de la rehabilitación del sistema de agua potable de San Pedro y San Pablo Ayutla por el gobernador Alejandro Murat y el presidente municipal, Clemente Antonio Martínez.
*¿Cuál es el trasfondo prolongado de la “guerra por el agua” por tres años entre Ayutla y Tamazulápam, Mixe? No es otro que el cultivo y tráfico de mariguana, amapola y goma de opio, base de la heroína?
La mística y estratégica zona Mixe de Oaxaca ha sido convertida en el nuevo laboratorio político de la izquierda local y nacional, ahora camuflada en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Soltó a los demonios la entrega de la rehabilitación del sistema de agua potable de San Pedro y San Pablo Ayutla por el gobernador Alejandro Murat y el presidente municipal, Clemente Antonio Martínez.
“Hoy es un día histórico, construimos con el Cabildo, el Presidente Municipal, el Comité de Bienes Comunales y toda la población que aportó su tequio y el terreno, esta fuente independiente de agua”.
La infraestructura, con inversión superior a 4.7 millones de pesos, soluciona de manera permanente el abasto de agua que por tres años ha padecido esa comunidad, y fortalece la paz social en la zona Mixe.
Probables responsables por su desmedida ambición son los indiólogos jefaturados por el director general del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes, vinculado a grupos de la guerrilla.
Su complicidad con los obispos de la Teología de la Liberación en la Región Pacífico Sur, Bartolomé Carrasco y Samuel Ruiz, permitió imponerle como asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Cierra la “Operación Pinzas” la no menos desmedida ambición del senador de Morena Salomón Jara Cruz, obsesionado enfermizamente con imponerse a sangre y fuego, como candidato a Gobernador en 2022.
Ambos políticos izquierdosos, sin escrúpulos, incendian diversas comunidades indígenas en las ocho regiones del estado echando gasolina al fuego de los ancestrales conflictos agrarios por límites de tierras.
En el caso de Tamazulápam del Espíritu Santo y San Pedro y San Pablo Ayutla prefabricaron la “guerra del agua” entre ambas comunidades para utilizarla en la no menos prefabricada “guerra político-electoral”.
Pero en el conflicto hay un trasfondo muy peligroso que es asunto de seguridad nacional al “calentar”, en realidad, la plaza de la zona Mixe, para proteger diferentes tráficos, droga, armas e indocumentados.
¿Cuál es el trasfondo de la prolongado “guerra por el agua” por tres años entre Ayutla y Tamazulápam, Mixe? No es otro que el cultivo y tráfico de mariguana, amapola y goma de opio, base de la heroína.
El móvil es la probable protección de los cómplices de Adelfo Regino Montes, con nexos con la presunta delincuencia organizada que opera en el Triángulo Dorado de los límites de Oaxaca, Chiapas y Veracruz.
Hoy, más que nunca, el director general del INPI cuenta con la complicidad de células públicas y clandestinas de activistas y milicianos de la Sección XXII-CNTE, ONG’s y organizaciones sociales radicales.
En tales condiciones, el prefabricado conflicto entre San Pedro y San Pablo Ayutla-Tamazulápam del Espíritu Santo, no es un tema menor, por el contrario, insistimos es un asunto de seguridad nacional.
Ciertamente, tiene como uno de sus ingredientes, inicialmente los conflictos agrarios por límites, como resultado de la añeja invasión y despojo de tierras comunales para dedicarlas a los narco cultivos.
No obstante, los organismos de inteligencia no desconocen que la nueva ruta de muchos tráficos, indocumentados, armas y drogas, en Oaxaca, es la zona Mixe, limítrofe con Chiapas y Veracruz.
Al margen del voluntarismo del gobierno nacionalpopulista, la globalización criminal llegó para quedarse al igual que su jerga financiera. El sistema neoliberal que sigue vigente fortalece la corrupción de la 4T.
A pesar de sus aparentes filias y fobias, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, lo sabe perfectamente bien, y lo aprovecha a su favor, comprando millones de votos de los pobres con migajas.
Permite, además, que muchos de sus amigos y colaboradores estén probablemente involucrados con el crimen organizado y el narcotráfico a lo largo y ancho del territorio nacional, de frontera a frontera.
Oaxaca y los seguidores de AMLO en Oaxaca no son la excepción, como lo dejan entrever las presuntas actividades ilícitas de la tribu del senador de Morena Salomón Jara en el Istmo y la propia zona Mixe.
¿Cómo pasar por alto que la mano negra del asesor del EZLN Adelfo Regino mece la cuna de la violencia en entidades del sur-sureste, como Guerrero y Chiapas, pero especialmente en Oaxaca, su estado natal?
De manera particular se siente su malsana presencia en municipios de la zona Mixe, sobre todo, en la prefabricada “guerra por el agua” entre San Pedro y San Pablo Ayutla-Tamazulápam del Espíritu Santo.
El Presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno nacionalpopulista de la 4T y su versión del PRIMOR, no lo ignora y se ha beneficiado de esta probable complicidad con la delincuencia organizada.
El gabinete de seguridad pública federal y local tiene muy presente que la posición geográfica de México y la inserción del país en la globalización son estratégicas geopolíticamente para el crimen organizado.
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