Al promulgar la reforma que crea el Sistema Nacional Anticorrupción, el Presidente Enrique Peña Nieto reconoció que existe incredulidad en el combate a la corrupción.
Ese mismo sentimiento, aseguró, prevalecía entre los ciudadanos hace décadas cuando se dudaba de que hubiera elecciones auténticas, y ahora existen comicios libres y alternancia.
Acompañado de legisladores, Gobernadores, líderes de partidos y funcionarios, en Palacio Nacional se firmó la nueva disposición constitucional por la que se crea el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción que coordinará a las autoridades de todas las órdenes de Gobierno en materia de prevención, detención, fiscalización y sanción de irregularidades administrativas y actos de Gobierno.
El Primer Mandatario aseguró que en pocas palabras es una reforma contra la impunidad.
“La misma incredulidad, que en su momento generó la transición democrática es la que hoy existe en torno a nuestra capacidad como Nación de combatir la corrupción, pero estoy seguro de que así como los mexicanos hemos logrado consolidar nuestra democracia, así también habremos de vencer este desafío”, señaló.
Afirmó que con la nueva legislación, los servidores públicos e incluso los ciudadanos deberán ser más transparentes en su diario actuar, pues sólo así se logrará superar el flagelo de la corrupción y la impunidad.
El Presidente resumió algunos alcances de la reforma como el fortalecimiento de la Auditoría Superior de la Federación, la cual podrá fiscalizar la totalidad del gasto público.
La creación de un tribunal de justicia administrativa, integrado por 16 magistrados, que sancionará a los servidores públicos y a los particulares.
El titular del Ejecutivo reconoció que la reforma salió del Congreso más sólida, al ser enriquecida con propuestas de la mayoría de los partidos.
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