Terminó la Guelaguetza, la máxima fiesta de los oaxaqueños, ahora a regresar a la cruda realidad de la Entidad, conflictos, bloqueos y manifestaciones, mismas de las que no se libró Oaxaca durante las fiestas pero que no fueron muy notorias debido a la fuerte inversión que hizo el Estado en publicidad, artistas, actores y demás cosas que se vivieron, siguiendo costumbre romana de “Al Pueblo: Pan y Circo”. El circo lo tuvimos y de sobra, lo preocupante es, al haber tanto turismo, ¿por qué la economía de los ciudadanos es prácticamente nula?
Y es que, aunque la inversión gubernamental fue muy alta, la economía en Oaxaca es paupérrima, los ciudadanos viven de puro milagro, por que los miles de apoyo prometidos aún no aterrizan, al Gobierno de la “Paz y Progreso” le importa más su imagen al exterior que si su gente se muere de hambre o no, por lo visto es preferible destinar la mayor cantidad de recursos en promoción y publicidad, que en programas para el campo, infraestructura, educación, juventud, deporte y mucho más.
Eso sin contar los múltiples negocios que ya se empezaron a cocinar, dentro de las filas de los funcionarios gubernamentales, tiempo les falta para intentar robarse lo que tienen y no desperdiciar ni un momento de este año, año que no ha servido más que para engañar a la gente con foros, comités y demás.
Pero no seamos fatalistas, al parecer algunas pocas cosas empezarán a cambiar, por ejemplo, se comenta mucho del tan esperado cambio de la Secretaria General de Gobierno y el ingreso a ella de Jesús Martínez Álvarez, ojalá y esto llegue a ser una realidad, pero también que se cambie toda la estructura de dicha secretaría con la finalidad de que empiece a funcionar, y ya no sea un cargo de adorno que en nada ha contribuido al estado, sino todo lo contrario; ha generado encono, muertes, disputas y la reactivación de infinidad de conflictos que transitaban en paz.
También cabe resaltar que pareciera por fin la obra pública del Estado empezará a fluir y con ella la economía oaxaqueña mejorará, sólo habrá que esperar que los tiempos constructivos alcancen y las lluvias permitan la realización de tan necesarias obras y no suceda como los bacheos que se realizaron de manera torpe, durando sólo un par de semanas. Es necesario que los apoyos gubernamentales empiecen a aplicarse de un modo correcto y planeado, en caso contrario, los problemas seguirán y la gente se desilusionará más.
Estamos en un momento circunstancial en el que se le puede dar un cambio verdadero y un mejor rumbo al estado y no sólo promesas falsas y vanas. Citando lo que leí hace unos días en un medio digital, “Oaxaca votó por un cambio, por verdadera Paz y Progreso y no solamente por funcionarios inexpertos, corruptos pero sobre todo votaron por un Gobernador, no por grupúsculos de poder y un vicegobernador”.
Ojalá Gabino por fin haya entendido y realice los cambios necesarios para lograr las mejoras que el estado necesita, si no, los días para un conflicto social no deseado están en cuenta regresiva. Es momento de Oaxaca, aprovechemos la alegría que la Guelaguetza deja y mejoremos por el bien de nosotros mismos.