A paraísos fiscales, la cuarta parte de fondos que se sacan como IED

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Una cuarta parte de los recursos que empresas mexicanas transfieren al exterior bajo la figura de inversión extranjera directa (IED) en realidad va a parar a paraísos fiscales. Enviar los fondos a esos destinos supone más oportunidades de elusión y evasión fiscal. La afirmación fue hecha por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y atañe no sólo a compañías.

Adicionalmente, mexicanos han transferido a paraísos fiscales parte de su patrimonio en un monto que, sumado, equivale a 8 por ciento del producto interno bruto (PIB) nacional, alrededor de un billón 700 mil millones de pesos.

La cantidad, en términos comparativos, equivale a dos veces y medio el gasto en salud y supera al monto de recursos que los sectores público y privado destinan a la educación, que es de 5.4 por ciento del PIB.

Filtraciones de datos, como los casos Swissleaks o Panama papers, dice el FMI, han revelado parte de la intrincada trama que utilizan las multinacionales y personas acaudaladas en paraísos fiscales para no pagar lo que corresponde al fisco. Nuevos estudios, añade el organismo, permiten ir corriendo el velo sobre una práctica que brinda a una élite mundial la posibilidad de pagar impuestos a tasas efectivas más bajas.

Primero se detiene en el caso de las multinacionales. Las grandes empresas con operaciones fuera de sus países de origen han remitido a paraísos fiscales 12 billones de dólares (alrededor de tres cuartas partes del PIB de Estados Unidos, o siete veces el valor de la economía mexicana). Esta cantidad equivale a que 40 por ciento de todas las posiciones de IED del mundo son totalmente artificiales: se trata de inversión financiera canalizada mediante sociedades ficticias sin actividad real.

México, país cuyas empresas tienen una participación cada vez mayor en otras naciones, es citado en este reporte del FMI. Alrededor de 25 por ciento o una cuarta parte de la inversión extranjera directa de origen mexicano (lo que invierten las compañías nacionales en otros países) se canaliza mediante sociedades ficticias radicadas en paraísos fiscales.

En la década anterior, la inversión directa de empresas mexicanas en el exterior –la realizada para la compra o ampliación de sus actividades– suma 98 mil 329 millones de dólares, según datos del Banco de México.

El reporte del FMI, en referencia al fenómeno global, apunta que la transferencia de fondos a paraísos fiscales simulando operaciones de IED casi siempre se realiza hacia jurisdicciones como Países Bajos, Luxemburgo, Hong Kong, Islas Vírgenes Británicas, Bermuda, Islas Caimán, Irlanda y Singapur, donde se alberga 85 por ciento de la inversión mundial en entidades con fines especiales, constituidas por razones tributarias.

Estas entidades se registran conforme a la ley nacional, la propiedad efectiva está en manos de extranjeros, tienen pocos o ningún empleado, poca o ninguna producción en el país receptor, poca o ninguna presencia física, activos y pasivos mayormente externos y su actividad principal es el financiamiento del grupo, añadió.

El uso de entidades en paraísos fiscales no implica necesariamente elusión fiscal, aseguró, si bien supone más oportunidades tanto de elusión como de evasión.

Este tipo de ingeniería financiera es un fenómeno mundial que afecta a las economías avanzadas y de mercados emergentes. En India, China y Brasil, entre 50 y 90 por ciento de la IED saliente se canaliza mediante una entidad extranjera sin realidad económica, y en el caso de Estados Unidos y Reino Unido la proporción es de 50 y 60 por ciento, respectivamente.

Riqueza oculta

A la par de la práctica realizada por empresas está la que individuos llevan a cabo en lo particular para transferir a paraísos fiscales parte de su patrimonio personal.

En el mundo, los particulares tienen alrededor de 7 billones de dólares en paraísos fiscales. Es una cifra que equivale a 10 por ciento del PIB mundial, cita el estudio del FMI.

En el caso de México, el patrimonio personal transferido por algunos de sus ciudadanos a paraísos fiscales, lo que el FMI llama patrimonio extraterritorial, es equivalente a 8 por ciento del producto interno bruto, nivel similar al de Estados Unidos, Australia y Austria, pero ligeramente mayor al de Brasil.

En América Latina los primeros lugares son ocupados por Venezuela y Argentina, donde el patrimonio personal de ciudadanos de esos países que ha sido transferido a paraísos fiscales representa 65 y 38 por ciento del producto interno bruto de esas naciones, respectivamente, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Fuente: jornada.com