Hablar del disco “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” es departir de una especie de leyenda; de algo tan mítico en nuestros días, y a la vez apasionante. Es simplemente un pedazo de historia. Y es que el 19 de mayo de 1967, salía al mercado uno de los trabajos más memorables y representativos “The Beatles”, es decir, ayer se cumplieron 54 años de que el mundo se fascinara con este álbum, más de medio siglo en que el Sargento Pimienta sigue seduciendo a las nuevas generaciones que lo descubren y llenando de nostalgia y de buenos recuerdos a la gente que lo revive. Es sin duda, el gran disco en la historia de la música.
Considerado el primer álbum conceptual de la era moderna, “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” nació del hartazgo de Paul, John, Ringo y George de las presentaciones en vivo. Así es, ya no querían más contacto con los fanáticos. En 1966 llegaron a los Estados Unidos con su gira “Revolver”. Sin embargo, había una molestia enorme en este continente por aquellas declaraciones que dio Lennon meses antes, cuando dijo que en ese momento eran “Más populares que Jesucristo”. El cristianismo no estaba en su mejor momento en ese país, sin embargo, grupos ultraconservadores, conocidos como el “Ku Klux Klan” debatían de forma agresiva lo que “The Beatles” había declarado. Ellos habían amenazado al cuarteto de Liverpool con boicotear sus presentaciones en vivo; en Memphis hubo una amenaza de bomba en uno de sus shows y afuera quemaban sus discos; incluso, había una amenaza directa de parte del grupo de encapuchados, de atentar contra sus vidas.
Y así, los cuatro chicos estaban hastiados y asustados de los conciertos. Decidieron entonces al terminar sus compromisos en América, tomar un descanso de dos meses para dedicarse a proyectos personales y disfrutar a la familia.
Pero la genialidad de McCartney, quien incluso y pese a ser el más apasionado con el tema de la gira, dijo que había tenido suficiente; y se le ocurrió algo que agradó a toda la banda. En noviembre de 1966 cuando viajaba junto al ‘manager’ del grupo, el legendario también Brian Epstein, le propuso crear un alter ego de la agrupación, una especie de personajes que fueran interpretados por ellos mismos para poder descansar de las giras. Y así, crearon al líder de esta, El Sargento Pimienta, que es interpretado por Ringo Starr y los demás, la banda que lo acompaña.
Con este álbum, McCartney y Lennon se dan la libertad de proponer música nueva, de innovar, de ser arriesgados, vanguardistas y experimentar con una paleta de sonidos con los que el estilo de “The Beatles” no iba. Finalmente, con este material, no se planeó hacer presentaciones y los experimentos de sonido, serían únicamente para ser creados en el estudio de grabación. De entrada, lo comienzan a mezclar con música psicodélica y orquesta sinfónica. Sin más, inventaron en ese instante, en ese año y con ese disco, lo que hoy conocemos como ‘britpop’.
McCartney dijo que tendrían que instaurar una banda ficticia para realmente poder hacer creaciones que sorprendieran al mundo. Tenían que ser personajes para demostrar la capacidad y talento del grupo: “Nos consideramos artistas completos y no unos simples cantantes” dijo en ese momento. “Tenemos que deshacernos de nuestra personalidad para poder crear cosas diferentes, para eso, teníamos que ser capaces de perder nuestras propias identidades”.
Y lo lograron. “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band” es quizá el álbum más importante y grandioso que se haya grabado en toda la historia de la música. Para contar la trama del disco, “The Beatles” comienzan con el sonido de una orquesta afinando sus instrumentos, para luego dar paso a la canción “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, la cual presenta a la banda misma y a su líder ficticio Billy Shears, interpretado por Ringo Starr. El ‘manager’ de la gira, Neil Aspinall, sugirió que esta canción funcionara como el ‘compère’ del propio álbum.
Inmediatamente después de terminar la canción de obertura, suenan voces coreando el nombre de Billy Shears, dando comienzo a la canción “With a Little Help From My Friends”, cantada por el mismo líder, quien responde preguntas planteadas por su propia audiencia. Un ‘reprise’ de la canción que le da el título al álbum aparece como la penúltima canción del álbum, idea también concebida por Aspinall, como una especie de canción de despedida.
Sin pausa alguna, comienza el llamado clímax del álbum, “A Day In The Life”. Sin embargo, la banda abandonó el concepto original exceptuando las dos primeras canciones y al ‘reprise’ de la primera, por lo que la trama del álbum se termina convirtiendo en una narración enmarcada. De hecho, el propio Lennon reconoció que las canciones que escribió para el álbum no tienen nada que ver con el concepto de Sgt. Pepper’s, y señaló que ninguna de las otras canciones lo hicieron, diciendo que “cualquiera de las otras canciones de Sgt. Pepper’s podrían estar en cualquier otro álbum”. A pesar de las declaraciones de Lennon, el álbum ha sido ampliamente señalado como el antecedente histórico inmediato de lo que posteriormente conoceríamos como álbumes conceptuales.
Escuchar “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, es ser testigos de un pedazo de historia de la música. Es saber el motivo por el que “The Beatles” colgaron sus trajes característicos y se dejaron crecer las patillas y el bigote, enfundándose en psicodélicos uniformes militares inspirados en la época eduardina. Simplemente, estaban creando el álbum más grandioso del que se tenga memoria. Incluso, en el 2003, la revista “Rolling Stone” lo colocó en el puesto uno de los “500 más grandiosos álbumes de la historia de la música”. Gracias Paul por darle vida de esa forma al emblemático Sargento y por revolucionar la música de esa manera. Gracias a “The Beatles” por experimentar así y dejar un legado que se considera una de las más grandes obras de arte en el mundo.
Porque definitivamente, la música de nuestros días no sería la misma sin el grandioso “Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band”. Porque, aunque pasen 100 años más, será este por siempre y más allá del tiempo, el gran álbum. ¡Larga vida al Sargento Pimienta!