Al menos 31 personas murieron y 94 resultaron heridas en un atentado hoy en Ürümqi, la capital de la conflictiva región de Xinjiang en el noroeste de China, informó la página web del gobierno local.
Poco después tuvieron que ser desviados dos vuelos a Ürümqi por una amenaza de bomba que resultó ser falsa. El jefe de Estado y del Partido, Xi Jinping, llamó a actuar con dureza contra los terroristas. Su gobierno mantendrá la estabilidad por todos los medios, añadió, informó DPA.
Debido a las tensiones entre la minoría musulmana de los uigures y los chinos han, Xinjiang es una zona de conflicto desde hace tiempo. El pueblo de origen turco y musulmán de Xinjiang se siente económica, política y culturalmente reprimido por la mayoría china desde la toma de poder de los comunistas en 1949, que llevó a la anexión del antiguo Turquestán Oriental.
El ataque de hoy eleva el nivel de tensión en la zona a nuevas cotas. Dos vehículos todoterreno se lanzaron contra las personas que visitaban un mercado matutino cerca de un parque y las atropellaron, relató un testigo a dpa por teléfono. Luego lanzaron desde los coches una decena de explosivos y finalmente los dos vehículos estallaron. “Fue terrible”, señaló un empleado de un restaurante ubicado en la plaza.
“Los dos coches vinieron cada uno desde un lado opuesto de la calle. Atropellaron a muchas personas. Cuando llegaron al centro de la calle comenzaron a lanzar los explosivos contra la gente”, relató el hombre, miembro de la minoría china hui y que señaló que en el lugar viven muchas etnias. Además de los han y los uigures, también kazajos y musulmanes hui.
Entre las víctimas hay muchos ancianos que habían salido por la mañana a comprar verdura fresca. En Pekín, el Ministerio de Policía habló de “un atentado terrorista grave”, sin identificar a los autores.
Cuatro horas después del atentado fueron desviados del rumbo dos aviones que volaban a Ürümqi por amenaza de bomba. Xinjiang Airlines explicó que un pasajero comunicó a la tripulación poco después del despegue desde Shanghai que llevaba una maleta de un amigo “con objetos sospechosos”. Su amigo había perdido el avión.
La máquina aterrizó de emergencia en Lanzhou. El conocido había tomado un vuelo algo más tarde que a su vez fue desviado a Nanjing. “Fue una falsa alarma”, indicó un portavoz del aeropuerto. Dos pasajeros fueron detenidos.
La masacre en Ürümqi es hasta ahora la más grave de una serie de ataques explosivos y con cuchillos que comenzaron hace unos tres meses. A principios de marzo hubo un ataque en la estación de tren de Kunming con 33 muertos cuando un grupo de uigures se lanzó a acuchillar a los pasajeros. Hace tres semanas murieron otras tres personas en la estación de Ürümqi y además ha habido más de 200 heridos en los incidentes.
En las imágenes difundidas en páginas de Internet sobre el ataque de hoy se veía a personas inertes en el suelo, sangrando. Los pequeños puestos de verduras quedaron volcados por la fuerza de la explosión, mientras que en el fondo se podían ver llamas y un humo denso. Los heridos fueron llevados a los hospitales en los mismos camiones de transporte.
Informaciones no confirmadas de testigos señalaron que los dos vehículos Toyota de los atacantes estaban cubiertos de banderas y pancartas de protesta, aunque no se dijo qué reivindicaban. Se desconoce si fueron atentados suicidas. “Los dos jeeps se quemaron por completo”, dijo una testigo a dpa.
En su reacción al ataque, el presidente chino aseguró que las fuerzas de seguridad intensificarán sus patrullas y controles para proteger a los ciudadanos.
El ataque se produce al día siguiente de la asistencia de Xi Jinping a un foro sobre seguridad regional en Shanghai, en el que había llamado a combatir a “las tres fuerzas del mal” separatismo, extremismo y terrorismo. En el encuentro de 24 países estuvo presente también el presidente ruso, Vladimir Putin.
En una “campaña antiterrorista” fueron detenidos en Xinjiang en las últimas semanas más de 200 personas. Una corte de Ürümqi condenó el miércoles a 39 presuntos extremistas a hasta 15 años de cárcel por la propagación de videos terroristas y por incitar a la violencia.
Desde principios de 2013 murieron unas 300 personas en la escalada de la violencia en la zona, así como en incidentes entre uigures y las fuerzas de seguridad, según datos de organizaciones de derechos humanos.
El Universal
