Los actos de violencia a raíz de la revuelta popular contra el régimen libio dejaron 300 muertos -242 civiles y 58 militares-, según datos presentados el martes por la noche antes de una rueda de prensa por Saif al Islam, hijo del líder libio Muamar Kadhafi.
Cerca de la mitad de las víctimas fueron contadas en Benghazi, segunda ciudad del país, situada 1.000 km al este de Trípoli y foco de la insurrección.
Se trata de las primeras cifras oficiales sobre las víctimas de la rebelión popular iniciada hace una semana.
Unas horas antes de este anuncio, el coronel Kadhafi juró en un discurso televisado restablecer el orden y esgrimió la amenaza de una represión sangrienta, asegurando que el régimen no había “usado todavía la fuerza”.
Según testigos contactados por la AFP, la violencia concentrada primero en Benghazi, alcanzó la capital el domingo por la noche, mientras la calma había regresado a Benghazi el lunes por la noche.