En los medios políticos hay una forma de cuando menos sufrir menos las expectativas: el año 2016 fue mejor… que 2017. Así, se prevén dificultades y se renueva el optimismo, considerando al 2016 como un pesimismo mal informado.
El caso es que, a pesar de las trampas semánticas, las cosas simplemente no marchan porque los líderes no quieren que marche. Quizá en un enfoque serio se pueda decir que el 2016 fue un año de redefiniciones, sin llegar a ser axial o año eje. Es decir, que lo ocurrido en el año que termina fue un desafío a la comprensión de la realidad, sobre todo si las élites siguen viendo las cosas nuevas con los ojos viejos.
A México se le presentaron en el 2016 cinco desafíos, entre muchos otros:
1.- La elección en los EE.UU. primero fue la falta de enfoque estratégico en la percepción del vecino, luego el mal cálculo político en la relación con los candidatos y termina el año sin entender la lógica económica del próximo presidente. La relación geoestratégica, de inteligencia y de seguridad nacional e México con los EE.UU. se redujo al #RetoGuacamole. Sobran comentarios. Y para la oposición del PRD, Trump apenas alcanzó una piñata.
2.- La muerte de Fidel Castro representó otro desafío geopolítico por el papel de La Habana en el equilibrio internacional. De nueva cuenta la política exterior mexicana careció de enfoque, se agotó en dejar pasar la circunstancia en Cuba después de la elección de Trump y se mostró el aldeanismo de la diplomacia.
3.- La revisión del tratado. Si ya se veía venir por las amenazas de Trump como candidato, los primeros movimientos de comercio exterior del próximo presidente metieron al tratado bilateral –Canadá no cuenta– de comercio libre en el cajón de las revisiones. Pero en lugar de adelantarse a los ajustes, México se ha atrincherado en salvar lo que está. Pero Washington sí le hará cambios. Y peor aún, México entró en una guerra mediática contra Trump en materia de Tratado que en el equipo de la próxima Casa Blanca ha tomado nota para sanciones políticas de corto plazo a partir del 20 de enero. Y para México, el TCL ha sido ineficaz: tanto cambio y tanto aumento de exportaciones para un PIB promedio de 2% anual y 80% de mexicanos marginados del desarrollo. El PIB para 2016 y 2016 bajó a jun promedio de 1.0%-1.5%, en el mejor de los casos.
4.- La crisis en la política de seguridad ocurrió en dos pistas: la delincuencia y las muertes no bajan y el ejército dejó entrever que no aguantará más críticas infundadas y podría regresar a sus cuarteles. El problema mostrado está lejos del ejército; la crisis de seguridad se localiza en el hecho de que a lo largo de diez años el poder civil ha sido incapaz de crear una policía confiable y ajena a las complicidades con el crimen organizado.
5.- Y el tiempo adelantado del futuro político ya le movió el escenario al presidente de la república: la oposición copa medios con candidatos y discursos contra el PRI y el PRI encara la candidatura del 2018 con métodos atrasados y la corrupción ha aparecido como el principal tema de campaña. El PRI perdió siete gubernaturas y tiene a cuan do menos seis exgobernadores en el umbral de la cárcel. Las primeras encuestas indican que el PRI podría perder las elecciones presidenciales.
El saldo de 2016 podría resumirse así: como nunca antes, el sistema político priísta enfrenta un debilitamiento de la estructura presidencial hacia fuera del gobierno y del PRI.
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