En una entrevista para un diario en Argentina el gran Jorge Luis Borges, afirmó que solo tenía un requisito durante su hábito permanente de lectura, y este era NO LEER A CONTEMPORÁNEOS, pues – Decía – que las obras nuevas no habían pasado la prueba del tiempo, que pudiese hacerlas lecturas recomendables; pues justamente los autores que se han vuelto CLÁSICOS, tienen una forma de redacción atemporal, que hacen que sus palabras y pensamientos sean vigentes a la hora de su publicación, lo mismo que 3 siglos después sin perder el espíritu de sus letras, por ello bien valía la pena esperar, que el tiempo decidiera por él, las lecturas que realizaría; es justamente en ese sentido de UNIVERSALIDAD Y ATEMPORALIDAD de las obras como característica selectiva, donde resalta entre los autores de la ficción Eric Arthur Blair, bajo el seudónimo de George Orwell pues su visión del futuro llevó una connotación que pareciera describir la realidad contemporánea convirtiéndose en un iconoclasta de su tiempo y en visionario de la modernidad.
Orwell en su obra 1984 replantea la paradoja de un gobierno totalitario que en su ánimo de absoluto control, bajo la figura del “Gran Hermano” empieza a confrontar las bases de su estructura social, desembocando en una grave crisis, que estimula la idea de REVOLUCIÓN pero que al final termina siendo solo, UNA FORMA CONTROLABLE DE INCONFORMIDAD, lo cual pareciera una descripción particularizada de lo que han intentado hacer en los últimos tiempos los regímenes con los medios de comunicación.
Edmund Burke a mediados del siglo XVIII plantea la idea del Cuarto Poder, que deriva de lo que Montesquieu definía como los tres poderes que conformaban al estado; de ahí que el símbolo de un frente potestativo ajeno a la estructura institucional del poder, ha seducido al subconsciente colectivo, hasta convertirse en una realidad actual, pues los medios de comunicación han redefinido los paradigmas de la información de tal manera que se han convertido en muchos casos, gracias a los avances de la tecnología y la ubicuidad temporal de los datos y las noticias, en vigías permanente de las causas sociales, a tal grado que ahora se habla de la transformación de los medios digitales. Que convierten a cada ser humano en el planeta en un potencial informador, analista y generados de opinión publica convirtiendo la red en una aldea global con paredes y muros trasparentes que no permiten ocultar el dato más insignificante, definiendo esto como la evolución al QUINTO PODER.
Esta nueva herramienta digital ha permitido saber acontecimientos y datos al instante, lo que antes se realizaba en días, semanas o inclusive años, determinando una masa gigantesca de información la cual ha permeado en dos fuentes de análisis; la primera es aquella que los gobiernos han diseñado como los programas “PRISM” o “MUSCULAR” para captar, estudiar y determinar acciones controlables manejando un control exhausto con base en la información que los usuarios en la cotidianidad de sus comentarios, actualizaciones, tweets o correos electrónicos realiza y que han dejado en entre dicho los límites de la privacidad no solo nacional, sino también global, convirtiéndose paradójicamente en un “GRAN HERMANO ORWELLEANO” que intenta controlar y manejar de manera clara las tendencias de la información y con ello la percepción social y política de la colectividad apropiándose del libre pensamiento que lejos de la ficción se empieza a convertir en una tendencia usual en la nueva generación de la información; y por otro lado haciendo frente se encuentran los mecanismos digitales que la ciudadanía a creado en el anonimato de las fronteras tecnológicas que se convierten en un frente común contra el manejo de la red a tal grado que estos últimos años se han manifestado como catalizador de los movimientos sociales, como ejemplo claro las manifestaciones en Egipto contra la dictadura de Gadafi, el movimiento #YoSoy132 en nuestro País contra la candidatura del ahora Presidente Enrique Peña Nieto o la PRIMAVERA ARABE; posterior al movimiento 15M en Madrid…. que tuvieron su origen justamente en la coincidencia de las REDES SOCIALES.
Hoy el ciberespacio en función de los medios de comunicación y el periodismo se ha consolidado en un foro que ayuda a transparentar las instituciones gubernamentales, lo cual es un gran acierto que la tecnología ha ofrecido al ciudadano común, para transformarlo en agente contralor de las acciones que hace NO mucho serían un rumor escondido en el argumento de “SEGURIDAD NACIONAL”, el ejemplo cúspide de este FORO es: “JULIAN ASSANGE y su web WIKILEAKS” que desde hace un par de años le dieron un nuevo significado al concepto del PODER DE LA INFORMACIÓN evidenciando un sin número de cables de información diplomática, detallando las acciones de guerra estadounidense y mostrando los convenios subterráneos de diferentes gobiernos con organizaciones militares o delictivas, lo cual convirtió en un blanco de crítica y escrutinio a los líderes políticos, que a estas alturas de las DEMOCRACIAS MUNDIALES debería de ser un ejercicio cotidiano y no un descubrimiento voraz.
En tal sentido hoy nos encontramos frente a una guerra de información que si bien es desapercibida de forma física, pero que en los medios informáticos se convierte en una trinchera capaz de redireccionar ACCIONES, DECISIONES o simplemente POLÍTICAS MUNDIALES.
Aquí la pregunta es: ¿QUE BANDO los ciudadanos estamos tomando? somos parte del GRAN HERMANO o pertenecemos a las TRINCHERAS DE LA REBELIÓN ANÓNIMA DE LA INFORMACIÓN.
Los invito a seguir en comunicación vía Twitter: @david_ecastillo
*Jefe del Departamento de Análisis y Estrategia
Gubernamental del Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez,
10 Veces Campeón Estatal de Oratoria,
Premio estatal de la Juventud 2010,
Representante de México en Venezuela, Argentina y la ONU