Un nuevo modelo de ciudadano (V): Ricardo Coronado Sangines*

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06-SANGINESEn suma, el planteamiento de un nuevo modelo de ciudadano lleva implícita la idea un nuevo modelo de SER humano, pero no me refiero al ser como ente o como acepción para describir el existir, mas bien al ser que describe acción, actitud, forma de “ser”…SER humano. En virtud de que tenemos la cualidad de la razón que nos diferencia del resto de las especies, estaríamos obligados a llevar esa cualidad hacia lo sublime, alejado de lo meramente instintivo, así entonces seríamos verdaderamente diferentes.

En lo instintivo podemos ubicar acciones básicas que nos permiten la supervivencia: comer, dormir, guarecerse, inclusive proteger a la manada (familia), pero todo ello no nos hace diferentes de las demás especies, esos son los elementos que tenemos en común, lo otro, la razón, esa parece esconderse cada vez mas en nuestra sociedad, basta con salir a la calle y observar: parece que nuestra parte animal se impone en la cotidianeidad. La ley de la selva.

Si bien es cierto que en función de nuestra capacidad de razón se han establecido reglas de convivencia llamadas leyes, basadas en el consenso de la mayoría de respetarlas -ya sea por convicción, ya sea por coerción-, también es cierto que estas reglas están elaboradas en función de una tabla de valores subjetivos del grupo en el poder en un momento dado (como por ejemplo la reforma energética, en la que el grupo en el poder considera pertinente poner en riesgo el único patrimonio con el que cuenta el país, en función de una serie de consideraciones (valores o intereses) que esgrimen como  correctas) , por lo tanto la ley esta permanentemente siendo transgredida y sometida al manipuleo para hacerla coincidir, de manera forzada, con la realidad.

Aquí deberíamos preguntarnos, ¿entonces hacia donde debe de ir la construcción de reglas de convivencia entre las sociedades? Es evidente que la mayoría de las constituciones generales de los países que se consideran democráticos comparten conceptos y tutelan derechos que como ya dijimos están basados en una tabla de valores subjetivos, la mayor parte de ellos morales y que tienden, en esencia, a asegurar la supervivencia de la especie humana, así pues tenemos que es moralmente inaceptable matar y por ello se plasma como un derecho fundamental el derecho a la vida, sin embargo hay asesinatos todos los días, es moralmente inaceptable la esclavitud, sin embargo hubo etapas en donde la moral en turno lo permitía y lo fomentaba, hoy en día la moral del día la aborrece pero existe y la oculta debajo de la alfombra para que no se vea.

Si somos nosotros en función de nuestra capacidad de razón quienes diseñamos esas reglas de convivencia llamadas leyes, por que no nos estamos preguntando todo el tiempo como refundar nuestro sentido de SER humanos, pero no con reformas a lo ya establecido, no con maquillaje para recibir el aplauso de lo políticamente correcto, no con la mezquindad del jugar a la democracia, sino con la visión fundacional de construir un mundo en el que nuestro afán de destruirlo todo, de poseerlo todo no choque con la posibilidad de una sociedad en armonía en la que por encima de todo este EL OTRO.

Como decía el gran Octavio Paz en el poema favorito del que suscribe, “Piedra de Sol”:

“…y las leyes comidas de ratones,
las rejas de los bancos y las cárceles,
las rejas de papel, las alambradas,
los timbres y las púas y los pinchos,
el sermón monocorde de las armas,
el escorpión meloso y con bonete,
el tigre con chistera, presidente
del Club Vegetariano y la Cruz Roja,
el burro pedagogo, el cocodrilo
metido a redentor, padre de pueblos,
el Jefe, el tiburón, el arquitecto
del porvenir, el cerdo uniformado,
el hijo predilecto de la iglesia
que se lava la negra dentadura
con el agua bendita y toma clases
de inglés y democracia, las paredes
invisibles, las máscaras podridas
que dividen al hombre de los hombres,
al hombre de sí mismo,
se derrumban
por un instante inmenso y vislumbramos
nuestra unidad perdida, el desamparo
que es ser hombres, la gloria que es ser hombres
y compartir el pan, el sol, la muerte,
el olvidado asombro de estar vivos; {…}
…dejar de ser fantasma con un número
a perpetua cadena condenado
por un amor sin rostro;
el mundo cambia
si dos se miran y se reconocen…”

*Presidente del Consejo Estatal del Movimiento Ciudadano

Twitter: @ricardosangines