Turba enloquecida: Luis Octavio Murat

Print Friendly, PDF & Email

El individuo como animal imitativo es superficial: se contenta, como en sus instintos, con la apariencia de las cosas. Admite juicios hechos: esto va añejo a la antiquísima necesidad de desempeñar un papel… En virtud de su debilidad: el animal de rebaño desempeña un papel, que le han mandado desempeñar. Federico Nietzsche

Los que presenciaron, animaron, gritaron y filmaron videos, con furia criminal, las escenas dantescas del linchamiento de dos jóvenes campesinos a quienes acusaron de roba chicos, son tan culpables y cómplices como los que vaciaron gasolina y prendieron fuego a los cuerpos de los inocentes. (uno acaba de morir).

Este hecho, macabro, cavernario, sub humano, se suma a más de 22 linchamientos registrados en Puebla en el 2017. En tanto, 109 personas tuvieron la fortuna de ser rescatados antes de que perdieran la vida a manos de las multitudes enardecidas y desquiciadas.

Como sucedió el 14 de septiembre de 1968 cuando fueron linchados cinco trabajadores acusados de ser comunistas por el sacerdote del pueblo de San Miguel Canoa que instó al pueblo al grito de ¡roba chicos! La turba, como en aquella ocasión, linchó a dos inocentes, uno de ellos, estudiante de Derecho en Xalapa, Veracruz.

Al respecto, el secretario de gobierno del Estado y ex gobernador de Oaxaca, Diódoro Carrasco, fue cuestionado sobre lo ocurrido: el funcionario negó la ingobernabilidad pese a los linchamientos registrados (¿quiere esto decir que tales hechos fueron parte de la gobernabilidad?)

El secretario de gobierno, aseguró que los alcaldes han sido capacitados para aplicar los protocolos sobre el tema. Sin embargo, tres linchamientos ocurrieron en 2017 y los protocolos no se aplicaron, tal y como sucedió en el linchamiento de la semana pasada, a pesar de que los inocentes estaban arrestados por beber cerveza en la vía publica. No obstante, el protocolo falló cuando los criminales penetraron a las oficinas de gobierno y sacaron por la fuerza a los campesinos y lincharlos en la plaza pública ante las risas, las burlas y los festejos macabros de la multitud enloquecida que usaba celulares para grabar las escenas del infierno de Dante.

Una vez más, Diódoro Carrasco, evadió responsabilidades argumentando, que hace un año la violencia en Puebla solo tenía fines políticos debido a que se estaba viviendo un año electoral. Lo que ocurrió hace unos días se debió a la no aplicación de los protocolos, afirmó.

La posición del funcionario no sorprende porque así se las gastan los funcionarios que no asumen las responsabilidades que a su cargo competen. Basta recordar el linchamiento de 3 policías en Tláhuac el 24 de noviembre del 2004, cuando Marcelo Ebrard ocupaba la secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal y nunca apareció en el lugar de los linchamientos. Días después, removido del cargo por ordenes del presidente Vicente Fox, Ebrard declaró que había sido un acto plenamente dirigido, agregando que durante dos años habían ocurrido 28 intentos de linchamiento.

Oaxaca no se queda atrás de estas barbaridades de las turbas enloquecidas que gritan, ríen, aplauden, azuzan a los criminales, filman las perversidades y festejan los dantescos crímenes:

En Magdalena Tequisistlán, el 13 de marzo del 2005 lincharon y quemaron a un policía y la funcionaria responsable, Carmen Chi, subprocuradora en el Istmo de Tehuantepec, escabulló el bulto y apareció tres horas después del linchamiento.

El 29 de enero del 2014 en Tehuantepec, la Marina impidió el linchamiento de tres jóvenes acusándolos de secuestradores, acusación que no se probó provocando que la multitud quemara patrullas, bloquearan la carretera federal y destruyeran los equipos de computo de las oficinas municipales de Salina Cruz.

El 18 de agosto del 2017 hubo otro intento de linchamiento tras un intento de asalto. Los pasajeros detuvieron y golpearon a un presunto asaltante mientras el autobús circulaba por la carretera del Istmo.

De última hora, en Tula, Hidalgo, se cometió el linchamiento de una pareja al grito de: ¡roba chicos!

Podríamos citar más crímenes para ejemplificar las barbaridades que se cometen por propia mano, sin embargo, los mencionados son suficientes para tener claro, que estos actos de barbarie no deben continuar en aras de usos y costumbres de los pueblos que parecen tener licencia para linchar. Esto es salvaje, primitivo, diabólico y perverso, propio de marginaciones humanas, sin educación, sin moral y carentes de sentimientos. Los que cometen tales atrocidades son bárbaros, sub humanos que no evolucionaron mentalmente, razón por la cual son capaces de cometer tales barbaridades.

Solo las leyes y protocolos radicales, como látigos de justicia, podrían domar a estas bestias, a condición de que las legislaturas del país aprueben iniciativas que castiguen con severidad (cadena perpetua) a los autores de tales crímenes de odio.

Es necesario aplicar la ley sin miedo, con el apoyo de la fuerza pública, para eso y más debe ser ahí su presencia, precisamente donde la barbarie incuba sus huevos.

@luis_murat

https://www.facebook.com/luisoctaviomurat/