Sufren trauma de guerra niños en Irak

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ninos-irkAños de violencia, desplazamiento, división social y crisis política han causado un profundo impacto físico, emocional y de desarrollo en los niños en Irak.

“Las imágenes terribles de devastación y cuerpos desmembrados dispersos en las calles, así como las escenas de muerte de sus familiares, parientes y amigos permanecerán grabadas en las mentes de los niños iraquíes durante muchos años y tendrán un impacto psicológico negativo en sus comportamientos futuros”, dijo Ammar Qasim, un psicólogo de Bagdad.

“Ellos podrían continuar el patrón de violencia y odio cuando lleguen a la edad adulta”, afirmó Qasim.

Testigos del horror

La mayoría de los niños iraquíes sufren violencia, tiroteos y estallidos de bomba diarios, los cuales han rodeado sus vidas desde la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003.

Hamid Majid, de nueve años de edad, tuvo una experiencia trágica hace tres años, cuando los milicianos incursionaron en su casa en el suroeste de Baquba, a unos 65 kilómetros al noreste de Bagdad, y decapitaron a su padre, quien era miembro de las fuerzas de seguridad locales.

El niño se ocultó en un gallinero de la cocina, como le ordenó su padre, cuando se dio cuenta de que los milicianos habían rodeado la casa.

“Tras la huida de los milicianos, el niño salió del gallinero y vio el cuerpo de su padre tendido en el piso lleno de sangre y su cabeza sobre el pecho”, narró Kamal Ahmed, padre de Majid.

Ahmed señaló que desde ese día, su sobrino impactado es difícil de controlar. Algunas veces grita cuando alguien lo hace enojar.

“Su deseo, del que siempre habla, es matar a los asesinos de su padre”, dijo Ahmed.

“Puedo sentir su dolor”.

Um Mohammed, una ama de casa de 45 años de edad, explicó que su hijo, Sameer, ahora de 14 años, ha sufrido problemas mentales desde que vio cuando su hermano mayor fue sacado a la calle y asesinado a tiros en 2008.

“Después de que Sameer presenció la muerte de su hermano, cambió y se volvió agresivo con sus amigos, incluso conmigo”, relató la mujer, quien lloraba inconsolablemente mientras contaba la situación.

La violencia en la provincia de Anbar, oeste de Irak, ha obligado a Adnan de cinco años de edad y a su madre Su’ad de 32 a pedir limosna en un mercado afuera de una mezquita en el distrito occidental de Ghazaliyah en Bagdad.

Su’ad y sus tres hijos huyeron de Ramadi después de que su esposo fuera asesinado hace cinco meses. Llegaron a Ghazaliyah, donde comparte un refugio en un edificio a medio construir con otras cuantas familias desplazadas.

Su pequeño hogar está hecho de piezas de cartón, con una ventana, piso sucio y una puerta muy estrecha.

“Nunca imaginé que mis hijos y yo viviríamos en un lugar como éste. Mi esposo era maestro de primaria. Teníamos casa propia”, indicó la mujer al recordar su vida en Ramadi, capital de la provincia de Anbar, que fue capturada por el Estado Islámico (EI) en mayo.

La pobreza en Irak devastado por la violencia ha obligado a muchos niños a asumir la carga de apoyar a sus familias.

Muna, de 13 años, y Manal, de 11, tienen que trabajar todos los días para ayudar a su madre, quien perdió las piernas hace tres años por un coche bomba en un mercado en Bagdad.

El padre de la niña fue secuestrado por milicianos en 2009 durante la lucha sectaria entre las comunidades sunnitas y chiitas.

Niños realizan ataques

Durante los largos años de conflicto en Irak, muchos de los milicianos, incluidos los del EI, han estado usando a niños y jóvenes para llevar a cabo ataques.

Najib al-Jubouri, un analista político, expresó que le preocupan las crecientes informaciones de que los grupos extremistas están reclutando a niños para que lleven a cabo ataques bajo el velo del llamado martirio santo sagrado.

“Están aprovechando la ignorancia y el fanatismo que se propagaron ampliamente entre algunas comunidades iraquíes”, acusó Jubouri.

“Por ejemplo, el grupo EI está avivando la división sectaria y étnica existente en la sociedad iraquí para lanzar ataques mortales.”

Sin embargo, Jubouri cree que las operaciones militares no son la única forma de eliminar a los terroristas en Irak.

“La acción militar por sí sola es insuficiente”, comentó.

El analista pidió estabilidad política y una verdadera reconciliación nacional.

“(Para) salvar a los niños, jóvenes y mujeres de que caigan en las redes de los grupos religiosos extremistas que están tratando de hacer uso de su pobreza, ignorancia y fanatismo”.

El 12 de marzo, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) reveló en un informe que el conflicto en Irak ha obligado a más de 2.8 millones de niños a salir de sus hogares y dejó a muchos atrapados en áreas controladas por grupos armados.

“Para los niños pequeños, la crisis es todo lo que han conocido. Para los adolescentes, que entran en sus años formativos, la violencia y sufrimiento no sólo han marcado su pasado sino que también están conformando sus futuros”, dice el informe.

Harith al-Sheikhly, un abogado, dijo que no ve una solución integral a la protección de los niños iraquíes, pero que la comunidad internacional puede ayudar a satisfacer las necesidades más urgentes y reducir los impactos adversos.

“La necesidad básica de protección de los niños es poner fin a los conflictos en Irak”, afirmó.

“La reunión de familias, orden educativo y la estabilidad social son sustanciales para lograr progreso en la protección de los niños y eso no puede alcanzarse sin poner fin a los conflictos armados.”

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