Sistema Nacional de Empresarios: Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

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La semana pasada, mientras revisaba las opiniones y comentarios de mis amigos en el Facebook, me encontré con una pregunta sumamente interesante, realizada por un joven amigo que recién acaba de ser aceptado para realizar sus estudios de maestría en economía en la UACJ, él se preguntaba: ¿qué es mejor un joven con maestría o un joven empresario? La respuesta a la pregunta, aunque en apariencia simple, requiere un análisis a profundidad. Así lo hice y gracias a ello pude diseñar una propuesta: la creación de un Sistema Nacional de Empresarios, la cual explicaré enseguida, pero antes contextualizaré el asunto.

 

A la pregunta anterior, el estudiante agregaba: sí el gobierno le da 200 mil pesos a un joven para que realice sus estudios de maestría, ¿por qué no darle 50 mil a un joven empresario? Le informo, el gobierno federal desde hace algunos años tiene una política bastante exitosa de formación de recursos humanos de alto nivel, básicamente lo que hace es financiar los estudios de posgrado de jóvenes que reúnen ciertos requisitos de excelencia y compromiso académico. Todo mexicano puede tener acceso a los apoyos, particularmente los jóvenes que acaban de terminar sus estudios de pregrado, cuentan con un promedio mínimo de 8.0 y realizan un proceso exitoso de admisión al programa de su preferencia.

El gobierno federal les da una beca mensual para la realización de sus estudios, sea en México o en el extranjero. La beca supera, en promedio, los 7 mil pesos mensuales a nivel maestría y los 9 mil en el caso del nivel de doctorado -cantidades para estudiantes en México, en el extranjero el subsidio es mayor. La principal virtud del apoyo es que no se reintegra directamente al gobierno federal, siempre y cuando el beneficiario se titule. A nivel maestría los beneficiarios reciben beca 24 meses, mientras que a nivel doctoral 36, de aquí que mi joven amigo “facebookero” hablara de  200 mil pesos versus 50 mil, esta última cifra escogida de forma aleatoria para resaltar su propuesta. 

Los estudiantes tienen que ser admitidos en programas inscritos en un padrón de instituciones de excelencia que administra el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con esto se garantiza parcialmente que el dinero no sea usado de forma inadecuada. Los estudiantes que ingresan a estos programas, evidentemente, son sometidos a una gran presión y búsqueda de rigor en su trabajo académico. Aunque, por supuesto, existen niveles de exigencia, algunas instituciones, por tener programas de reciente creación son menos exigentes que otras que ya tienen años de experiencia, como quiera que sea, en el agregado, todas las instituciones en el padrón son de muy buena calidad y garantizan que la beca cumpla con sus funciones.  

Tan solo en lo que va del 2012, el gobierno federal ha becado a más de 42 mil jóvenes para realizar sus estudios tanto en México como en el extranjero. Lo digo sin ser agorero del gobierno, la cifra habla de un programa exitoso que a mediano plazo redundará en un mejor país, ya que la mayor parte de los jóvenes apoyados para realizar estudios de posgrado (doctorado) son nuevamente incentivados por el gobierno federal para ingresar a trabajar a una universidad y/o centro de investigación en proyectos científicos y tecnológicos en el marco de un programa conocido como Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

El SNI es un programa del gobierno federal que tiene la misión de apoyar económicamente a todos los científicos y tecnólogos del país que se encuentren publicando resultados relevantes, registrando patentes y generando conocimiento innovador. Dicho lo anterior, para no extenderme demasiado, me acerco a la respuesta a la pregunta inicial. Es conveniente apoyar a los jóvenes de forma total como se ha hecho hasta ahora para que realicen sus estudios de posgrado, ya que el conocimiento por ellos generado permitirá superar diversos problemas, no de forma inmediata, pero si paulatinamente. El gasto público en este renglón, a reserva de una investigación a profundidad, me parece es eficiente.

Ahora bien, si existe un programa para apoyar a jóvenes que desean estudiar un posgrado y convertirse en científicos y tecnólogos, ¿por qué no tener uno para apoyar a los que desean crear una empresa? Actualmente el gobierno tiene en sus diversas instancias, estrategias para atender esta demanda, pero los recursos son insuficientes y la canalización de los subsidios se hace de forma diferente a como se hace en el caso de los estudiantes de posgrado. El diseño prevaleciente puede modificarse, aprovechando la idea de mí amigo de las redes sociales, considero que sería factible para la próxima administración federal, crear un programa denominado Sistema Nacional de Empresarios.

Este programa debería tener un carácter regional, es decir, diferenciar los apoyos en función del espacio considerado, entendiendo que no es lo mismo Oaxaca, que Veracruz o Chihuahua. El programa debería estar a cargo de la Secretaría de Economía y supervisado por un comité de expertos del sector privado y la academia, los cuales darían el visto bueno a los proyectos. Los proyectos sujetos a ser apoyados deben ser promovidos por jóvenes que recién egresan de sus estudios de pregrado y tienen ideas innovadoras, el monto del subsidio podría ir desde los 100 mil pesos anuales hasta los 500 mil, por un periodo que no supere los 3 años.

Al igual que en el caso de las becas de posgrado, los jóvenes deben tener un promedio mínimo de 8.0, ser sujetos a una profunda evaluación de la factibilidad de su proyecto y comprometerse legalmente a realizar un uso adecuado de los recursos canalizados. Adicional a esto, puede imponerse como requisito para cada proyecto la creación de cierto número de empleos y la vinculación con las universidades, en aras de promover un círculo virtuoso universidad-empresa. Dicho programa estará limitado por el presupuesto, anualmente puede arrancar con un techo de 10 mil millones de pesos que se obtendrían de los ingresos excedentes por la venta de petróleo, esto para evitar el uso de fuentes impositivas convencionales que normalmente generan sendas distorsiones en la economía.

La propuesta es que no se cree una nueva burocracia, la idea es canalizar a los actuales servidores públicos encargados del fomento empresarial a esta nueva función, se debe incrementarles la carga laboral. Además necesita crearse en internet un sitio exclusivo para este programa, en el que se detalle cada uno de los proyectos que concursan, los que reciben apoyo y el grado de avance mostrado. Por lo anterior, los jóvenes apoyados, deben entregar reportes semestrales de los logros obtenidos, mismos que deben estar a disposición de los contribuyentes en el portal web del Sistema Nacional de Empresarios.

La propuesta que presento es preliminar, evidentemente existe mucho por investigar respecto a su factibilidad, especialmente conociendo que muchas veces el gasto público puede tener efectos de desplazamiento sobre la inversión privada, ingrediente esencial del crecimiento económico. Pero la idea central es que es posible, con los recursos públicos actuales, sostener la formación de científicos y tecnólogos, así como capitalizar las ideas de jóvenes emprendedores.

¡Por favor! piense en la idea y ayúdeme a mejorarla, como investigador nacional, tenga por seguro que la daré difusión, ya que considero puede convertirse en un instrumento para la dinamización de nuestra economía. Imagino un México de jóvenes empresarios, apoyados por la ciencia y la tecnología. Muchos no están de acuerdo con el gasto público, porque tradicionalmente es fuente de corrupción y despilfarro, pero mi propuesta es cambiar su destino hacia usos que sin duda contribuirán a nuestro desarrollo.    

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* Profesor en economía de la UACJ, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)