Señoritingo y chachalaca: reedición del 2006: *Francisco Ángel Maldonado Martínez

Print Friendly, PDF & Email

José Antonio Meade Kuribreña candidato del PRI a la Presidencia de la República tiene varias brechas que cerrar rumbo al 1 de Julio, el ejercicio empezó y la primer brecha se cerró con el encuentro que sostuvo con Miguel Ángel Osorio Chong. La fotografía mostrada a través de la red social twitter en la cuenta personal del Secretario de Gobernación fue la más comentada, con más retuits y likes a comparación de los demás encuentros. La comida mostró a un candidato dispuesto a tender puentes y a un secretario institucional. Para quienes desde la oposición al PRI apostaban por una fractura quedó claro que Osorio no es Monrreal ni mucho menos Camacho Solís.

El encuentro público de Meade y Osorio dejó claro que no se prevén fracturas y que la segunda brecha a cerrar no será al interior del PRI sino al exterior con Andrés Manuel López Obrador en cuanto a conocimiento e intención del voto se refiere. La exposición pública a la que está sujeto Meade desde hace una semana ha aumentado sus niveles de conocimiento con cierta velocidad, y una vez iniciadas las campañas electorales no es difícil predecir que llegue a ser conocido por más de la mitad del electorado. He ahí el nerviosismo de Andrés Manuel expresado en varios videos difundidos a través de sus redes sociales.

Para nadie pasó por desapercibido que una de las primeras reacciones de López Obrador tras definirse al candidato del PRI fue llenar al ex Secretario de Hacienda de adjetivos insultantes: la reacción de Andrés Manuel hace recordar al candidato que, con el “cállate, chachalaca” dirigido a Vicente Fox en 2006, erosionó y dinamitó una parte de la ventaja que llevaba en las elecciones presidenciales beneficiando a Felipe Calderón. Algunos consejeros y estrategas electorales provenientes de España que trabajan con el virtual candidato de Morena -preocupados y desesperados- , han tratado de moderarlo y evitar que ocurran estos arranques que, saben, generan rechazo de posibles simpatizantes.

Pareciera que AMLO prefiere escuchar los ecos de sus partidarios a ultranza, quienes le celebran y aplauden esa actitud agresiva, cada vez me convenzo más de lo que me comentara en su última visita a la Ciudad de Oaxaca mi maestra en el ITAM y una de las mejores estrategas de este país, Gisela Rubach Lueters : “el enemigo y adversario más grande de López Obrador se llama Andrés Manuel”.

En contraste y a diferencia de Andrés, la opinión de Meade respecto a AMLO no anotó ningún insulto a su persona sino un cuestionamiento a las ideas: “Soy un servidor público que con más de 20 años de trabajo me he conducido con probidad y honradez y la opinión pública da fe de ello”. “No me sorprende que los adjetivos hacia mi persona de Andrés Manuel sean eso, insultos, que no encuadran ni encajan con mi personalidad ni con mi trayectoria”. “Los planteamientos son todos viejos. El diagnóstico de muchos de los retos que apunta es correcto, pero en la forma de resolverlos no se ve nada”.

Insultos contra argumentos, si este patrón de intercambios se repite no necesitamos ser expertos en campañas políticas y estrategias electorales para saber el resultado y las consecuencias de este tipo de discursos: va a haber un desgaste de la imagen de AMLO más rápido, inclusive más amplio y marcado que el que ocurrió en el proceso electoral del año 2006. Si la campaña electoral se da en el tono que vimos en los últimos días, vamos a ver cómo López Obrador empieza a bajar en las encuestas. Al tiempo.

El escenario final de los contendientes a la Presidencia de la República tendrá a sus últimos invitados en próximos días cuando el llamado frente opositor postule candidato, está cantado, será Anaya. Un frente de coaliciones en el que han sobresalido las diferencias internas, todos le pegan a ese “frente” por eso le llaman la piñata y por lo visto quieren romperla en casa. Esta semana ha sido una de las más difíciles para Ricardo Anaya en cuanto a noticias negativas alrededor de su proyecto: Riquelme se quedó con la gubernatura de Coahuila para el PRI y Enrique Alfaro, el único personaje con historial ganador en Jalisco, duda que se concrete el Frente Opositor.

Por lo pronto Alfaro, que tiene todas las probabilidades de ganar el gobierno de Jalisco el año que entra, ya dijo que no necesita ni al PAN ni al PRD, no los quiere porque le contaminan su candidatura. Miguel Mancera exige un método equitativo para contender en la elección interna del candidato frentista. No quiere regalar la candidatura y todo aparenta que ha sido excluido de las negociaciones en las que el Presidente Nacional del PAN sale como ganador. Mancera no parece estar dispuesto a que su futuro político lo decida Ricardo Anaya.

Ricardo Anaya quiso jugar con el tiempo, descarriló a Margarita Zavala pero le estalló la bomba en las manos. Si la semana que entra designan o eligen a su candidato, será seguramente cosa menor comparado con lo logrado por José Antonio Meade la semana que concluye.

Con este escenario la sociedad mexicana se prepara para el inédito proceso electoral del año 2018, una sociedad que desea ver una contienda sin descalificaciones y con argumentos que pudieran normar el criterio de quienes vamos a votar. En argumentos Meade les lleva la delantera.

*Coordinador de Giras y Protocolo del Titular del Poder Ejecutivo de Oaxaca