Rosario regresará el D.F. al PRI en el 2018: Carlos Ramírez

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rosario-roblesA la memoria del Prof. Juan María Alponte

 

Si el gran avance del PRD en 1997 se dio con la conquista del Distrito Federal como territorio de seguridad ideológica, progresista, cultural e intelectual, los últimos datos confirman que el DF está siendo la tumba política y moral de la cada vez más inexistente izquierda y que el PRI renace, vía PRD, de sus cenizas.

El DF ha sido veleidoso: en 1988 le dio un sopapo al PRI  con la primera gran derrota en diputaciones y senadurías y el voto contra el PRI fue porque “la gente del DF piensa”, pero en 1991, con Salinas de Gortari de la mano de Manuel Camacho y Marcelo Ebrard, el PRI aplastó con carro completo al PRD.

Y si en 1997 el PRD de la mano de Cuauhtémoc Cárdenas tomó el poder en el DF, ahora una de las operadoras perredistas de Cárdenas y de la victoria de López Obrador en el 2000 regresa al DF pero como priísta: la exmaoísta, experredista y ahora flamante priísta Rosario Robles llega con su hija Mariana Moguel a tomar el control político del PRI en el DF para preparar la candidatura priísta al gobierno del DF para Rosario (si se modifica el Estatuto de Gobierno del DF) o para la propia Mariana.

El dato mayor se localiza  en las paradojas de la política mexicana que rayan en lo kafkiano y que revelan la gran derrota política de la izquierda en el DF: en el 2006 –y lo dijo el propio Cárdenas– el PRD le dio la candidatura a jefe de gobierno al Ebrard que en nombre del PRI le arrebató la ciudad y aplastó al perredismo en 1991; ahora la exizquierdista y exmaoísta Rosario Robles que consolidó al PRD en el periodo 1995-2003 regresa a la política capitalina para regresarle el poder al PRI desde su posición en el gabinete presidencial priísta y a través de su hija que alguna vez fue perredista.

Los juegos de poder del PRI y del PRD han convertido al Distrito Federal en un botín del oportunismo político. Porque la jugada presidencial de reinsertar a Rosario Robles en la política capitalina parte del hecho de que ella fue clave en la organización de masas del cardenismo en 1997 y en el 2000. Lo malo es que en lugar de jalar al PRI a la izquierda, el posicionamiento de las Robles indica un corrimiento hacia el rancio priísmo capitalino.

Así que el DF se ha fragmentado en posiciones claras: el priísmo perredista de las experredistas Robles, el neopopulismo poscardenista del expriísta López Obrador y su aliado René Bejarano y el chuchismo perredista propriísta cada día con menos posiciones de poder, todo ello con un panismo inexistente.

Al final, el DF está confirmando que perdió su ideología progresista por las disputas territoriales de sus élites políticas: ganará la plaza quien controle las masas con programas asistencialistas que intercambian votos por ayudas. Y los votantes se verán metidos en un mazacote ideológico: perredistas cardenistas que son priístas, priistas que se disfrazan de posperredistas, neopopulistas morenistas controlados por la corrupción bejaranista, panistas de morral perredista apoyando la compra de votos.

La llegada de las Robles al DF del brazo del PRI convierte al DF en un gran tianguis de puestos de ambulantes ahora vendiendo votos.

 

Sólo para sus ojos:

  • La revelación de que el fiscal de delitos electorales tendría conflicto de intereses en su denuncia contra el verde Arturo Escobar podría eliminar la acusación por el principio del “fruto del árbol envenenado” que liberó a la secuestradora Florence Cassez. No hubo debido proceso.
  • Duro golpe del gobernador veracruzano contra el líder priísta Manlio Fabio Beltrones al afirmar a periodistas que él, el gobernador, decidirá la candidatura para Veracruz; hay que esperar la respuesta del sonorense.
  • Fracaso del secretario de Educación en la evaluación de maestros guerrerenses; ahora si que lo chamaquearon con su “Operación Caballo de Troya”. El precandidato presidencial Aurelio Nuño estaba el miércoles inconsolable.
  • Días de mala suerte: el nuevo dirigente perredista Agustín Basave fue cuestionado por senadores perredistas por las alianzas con el PAN. Ahí podría naufragar su proyecto de socialdemocratizar al perredismo que nació cardenista.
  • El debate sobre la marihuana pasó al periodo de alargamiento. Era obvio.

 

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