Rescatar el Centro Histórico: Mario Arturo Mendoza Flores

Print Friendly, PDF & Email

Que el año nuevo 2012, esté lleno de bendiciones, de paz, de amor y de prosperidad para usted y los suyos estimado lector, son mis deseos sinceros. Gracias por su tiempo y por su preferencia. ¡Feliz año 2012!

 

Recientemente, he leído –no sin preocupación—que diversos dirigentes de empresarios han manifestado su enorme intranquilidad por los posibles cierres de comercios establecidos en el Centro Histórico de Oaxaca. Asimismo me he informado sobre cuáles son las razones que esgrimen, las que efectivamente son causales de lo que sucede, pero no son la principal razón de este fenómeno. Recientemente en una investigación periodística se atribuyó a la falta de ventas el hecho de que en el Centro Histórico aparezcan cientos de oficinas y de locales comerciales cerrados y con el anuncio de “Se Renta” y que dichos letreros llevan meses pegados o colgados, reflejo de que nadie se interesa en rentarlos. Todo lo anterior ha incidido en la percepción de una situación económica “grave” que debe terminarse cuanto antes.  Es por ello que deseo realizar un breve análisis de lo que provocó tal situación y de cuáles pudieran ser sus alternativas para rescatar la vida comercial de nuestro Centro Histórico.

 

Para nadie es un secreto que la actividad económica preponderante en el Centro Histórico lo era el turismo y el comercio; al menos así se reflejaba en los censos realizados previos al 2006, año en el que problema social adquirió dimensiones extraordinarias que derivó en un alejamiento del turismo nacional y extranjero consecuencia de las imágenes que circularon a nivel mundial y que reflejaban violencia e inseguridad. Hoteleros, restauranteros, taxistas, meseros, guías de turistas, agencias de viajes fueron los primeros en resentir los efectos de tal situación. Los plantones y la toma de calles que vemos hoy en día, se convierten inmediatamente en un símil de lo acontecido en aquél año, razón por la que resulta prioritario que todos entendamos que tales mecanismos de presión nos perjudican A TODOS directa e indirectamente pues retrasan el arribo del turista que viene a disfrutar de la paz y de la tranquilidad que por años nos caracterizó.

 

Por si lo expuesto no fuera suficiente, la anterior administración en una decisión no consensada, y argumentando ahorros que no se vieron por ningún lado, vinieron a darle la puntilla al resto de servidores, comerciantes y propietarios de bienes inmuebles quienes para esas fechas ya comenzaban a lanzar gritos de auxilio. Fue con el traslado de un gran número de oficinas a las hoy llamada Ciudad Administrativa primero y enseguida a la llamada Ciudad Judicial como se desalojaron casas habitación y edificios que por años fueron rentados por el gobierno del estado para uso de sus dependencias. Adicional esto ha provocado que el ciudadano que anteriormente venía a realizar un trámite a la capital y para ello se hospedaba, se desplazaba, comía y de paso compraba en el Centro Histórico, hoy ya no lo haga. La actividad comercial se ha desplazado, incluso de manera informal y desorganizada alrededor de estas mal llamadas “ciudades”. Voy a decirlo con toda claridad, los más de 500 millones de pesos mensuales en rentas que antes se le pagaban a cientos o quizás miles de arrendatarios y que servían para acelerar el circulante monetario, hoy simplemente ya no se da. Unas cuántas manos se están llevando ese dinero a otros estados ante el temor de que su gran negocio quede al descubierto. Esa es la verdadera razón de que nuestra economía vaya en picada. Esos anuncios de “Se renta” simbolizan oaxaqueños que también han dejado de percibir sus rentas y con ello seguramente han dejado de contratar al personal de limpieza, mantenimiento, entre otros. Convirtiéndose en un agente económico que no contribuye tampoco a la reactivación económica.

 

Los grandes centro comerciales por supuesto que se convierten en un competidor real del  pequeño comerciante, aunque a decir verdad sus segmentos de clientes se encuentran perfectamente diferenciados por lo que aseverar que son la causa de su cierre resulta verdaderamente desproporcionado. Si es verdad que un gran porcentaje de sus ingresos van a parar a cuentas domiciliadas en otros estados, con lo que merman el circulante monetario, pero en contraparte generan empleos tan necesarios para los oaxaqueños. Lo real es que la gente, salvo en temporadas altas o en puentes vacacionales está llegando a nuestra capital y mientras esto no sea una constante el riesgo de cierres de comercios estará latente. ¿Entonces qué es lo que se debe de hacer?

 

Primero generar la certidumbre de que a nuestro Centro Histórico ha regresado la paz y la tranquilidad, que se puede transitar con confianza y que se disfrutará de nuestras bellezas coloniales arquitectónicas y de nuestra hospitalidad. Más que lamentarnos de lo que sucede, debemos todos empeñarnos en cambiar la percepción de conflictivos que nos ganamos en el exterior. Servicios y atención de excelencia harán que el turismo nos recomiende y que en nuestras calles vuelvan a caminar quienes están dispuestos a llevarse la artesanía o el recuerdo de Oaxaca. Necesitamos calles libres de ambulantes, limpias y seguras; reconozco el gran esfuerzo que la autoridad municipal realiza en ello, pero también pongamos de nuestra parte. El Centro Histórico de la ciudad de México es un claro ejemplo de que se puede rescatar para disfrute de propios y extraños.

 

Nuestro reto debe ser, si no queremos que esa amenaza de cierre de comercios se convierta en una realidad, en contribuir en mantener en buen estado nuestro espacio comercial, brindar servicios y atención de calidad a quienes nos lo solicitan, ofrecer precios y tarifas justas (taxistas). Aprovechemos los atractivos turísticos con los que contamos, hoy a pesar de la oposición de unos cuantos, ya algunos de nuestros más bellos edificios lucen perfectamente iluminados, esto atrae al turismo, pero mientras nosotros no tomemos conciencia de que el Oaxaca de ayer es totalmente distinto al de hoy y que esto nos obliga a enfrentar nuevos retos –o peor aún– a creer que sólo es tarea del gobierno el solucionar nuestros problemas, el riesgo de cierre de empresas estará latente, mejor vayamos todos juntos al rescate de nuestro Centro Histórico.

 

¡Feliz año 2012!

Twitter: @Mario_Mendoza_F