Reconocimiento universitario a Márquez, Pacheco y Sarmiento: Alfredo Martínez de Aguilar

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* El futuro de las sociedades y su capacidad de afrontar los nuevos retos está ligado a la educación de sus ciudadanos, a la formación de sus jóvenes estudiantes, a la educación de los hijos.
* La presidenta de la Asociación del Exalumnos del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, Rosa Silvia García Pineda, entregó Reconocimiento a Agustín Márquez, Enrique Pacheco y Hugo Sarmiento.

Con motivo del Día del Estudiante, la presidenta de la Asociación del Exalumnos del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, Rosa Silvia García Pineda sentenció que el futuro de las sociedades y su capacidad de afrontar los nuevos retos está ligado a la educación de sus ciudadanos, a la formación de sus jóvenes estudiantes, a la educación de los hijos.

La garantía de progreso está vinculada, entre otros factores, con el impulso a la excelencia, a la innovación, a la vinculación de los nuevos conocimientos y saberes, a la generación de un sistema universitario de calidad, pero principalmente a una política de Estado en materia educativa que sea congruente a la época, a los requerimientos del país y con el entorno internacional.

Al celebrar el tradicional Día del Estudiante, la Asociación del Exalumnos del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca que preside Rosa Silvia García Pineda otorgó reconocimientos a los distinguidos exalumnos, licenciados Agustín Márquez Uribe, Enrique Pacheco Álvarez y LAE Guillermo García Manzano, y doctor Hugo Sarmiento Díaz.

“Todos mantienen un arraigo y amor a nuestro Estado. Todos impartieron cátedra y fueron funcionarios de primer nivel. Dos de ellos fueron rectores universitarios, dos fueron Directores de la Casa de la Cultura Oaxaqueña, y tres fueron legisladores”, enfatizó.

Una de las mayores virtudes humanas, cuyo cultivo se ha olvidado por las nuevas generaciones es, sin duda, la gratitud, acción compleja y maravillosa, que está asociada con la justicia y la solidaridad.

Experimentarla exige un mayor grado de conciencia. Es un acto procedente de corazones nobles, de aquellos que saben apreciar la sencillez y complejidad de la vida como las partes de un todo.

Solo proviene de aquellos seres humanos que valoran el tiempo y los actos de cada persona, pero también de sí mismos. Es un acto de bondad, generosidad y reconocimiento. Nobleza obliga.

A los exalumnos les nutre el humanismo que inspiró, en el siglo XIX, la creación del Instituto, como fuente del conocimiento, cuyo prestigio académico brilló con la huella que dejaron en sus aulas personajes ilustres, como los presidentes de México de mayor trascendencia en la historia nacional: Benito Juárez y Porfirio Díaz, y de otros connotados que abrevaron el saber en dicho Instituto.

Rosa Silvia hizo rememoración de la historia y dijo que el 26 de agosto de 1826 el primer Congreso Estatal expidió la Ley de Instrucción Pública, en la que se estableció el funcionamiento del Instituto, con las cátedras de idiomas, ciencias exactas, sociales y artísticas.

Al año siguiente, 8 de enero de 1827, abrió sus puertas en la entidad el Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca (ICAE), siendo su primer director Fray Francisco de Aparicio, de la orden Dominica y su primer profesionista egresado, el insigne don Benito Juárez.

Entre el cuerpo académico y directivo figuraron varios notables, por citar solo algunos: el doctor Luis Blaquier, en Medicina; doctor Francisco Pontón, en Cirugía; licenciado José Mariano Fernández Arteaga para Derecho Civil y Natural; y don Vicente Manero, en Derecho Público y de Gentes.

Durante más de un siglo de su existencia el ICAE atravesó por épocas de florecimiento, pero también por momentos convulsos. En la etapa revolucionaria, fue clausurado por órdenes del gobernador militar Agustín Castro, aunque continuó funcionando como Escuela Libre, dirigida por el licenciado Manuel Palacios y Silva, quien contó con la solidaridad de su cuerpo académico, el cual trabajó sin remuneración alguna.

En la ciudad de México un grupo de oaxaqueños organizó y sostuvo durante 50 años a la pionera Asociación de Exalumnos, cuyo primer presidente fue el Dr. Ramón Pardo. En ese cargo de presidente lo sucedieron el licenciado Francisco Parada Gay; licenciado Eduardo Vasconcelos, licenciado Carlos Franco Sodi y, finalmente, el licenciado Manuel R. Palacios.

En 1955, el Instituto adquirió su autonomía y se transformó en Universidad Benito Juárez de Oaxaca y, más tarde, ésta también lograría su autonomía quedando como hoy la conocemos: Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, fortalecida por la presencia de exrectores, dos exalumnos que serán reconocidos y que también ocuparon el más alto encargo universitario.

Al transformarse el Instituto, quienes formamos parte de esta Asociación, culminamos nuestras respectivas carreras en la naciente Universidad. Al consolidarse la transición de casas de estudio, un grupo de compañeros, encabezado por Daniel Bautista Hernández, nos convocó para mantener vivo el espíritu del Instituto y para formar esta Asociación Civil de Exalumnos, la cual está a punto de cumplir 25 años de existir.

El primer presidente de esa Asociación vigente fue el doctor Horacio Tenorio Sandoval, le siguieron: C.P. Leonel Rodríguez Aragón†; C.P. Héctor Porras Fernández; Daniel Bautista Hernández, Ing. José Luis Aceves Martínez; Ing. Fernando Castillo Meléndez.

C.P. Renato Díaz Aragón, Lic. Carlos Aldeco Reyes†; Lic. Jesús García González†, Farmacéutica Nancy García Santibáñez, Miguel Ángel Ortega Mata, C.P. Sergio Cervantes Quirós y Farmacéutica Rosa Silvia García Pineda.

La Asociación del Exalumnos del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca resaltó que coincidentemente las mujeres que han ocupado la titularidad de esa Asociación tienen la profesión Farmacéutica.

Subrayó que quienes estaban presentes esa noche han sido estudiantes y, a pesar de su edad, continúan siendo aprendices de la vida, pero con experiencia acumulada, pues nunca se da por cerrado el proceso de conocimiento y de saber.

Ser estudiante, universitario o académico es algo que trasciende a la obtención de un grado o una titulación. Conservar la esencia estudiantil es una manera de entender la vida, una forma de concebir la sociedad y de navegar en el tiempo con un bagaje de principios y valores universitarios: libertad, tolerancia, reflexión, conocimiento, paz.

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila