Protección a la atmósfera más que ideas al aire: Paola Gutiérrez Galindo

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La atmósfera, es la capa de gases que rodea a nuestro planeta y uno de los elementos esenciales para la vida en él, ya que en ésta, se desarrollan la mayor parte de los procesos de intercambio de materia y energía: desde las más simples como la generación de oxigeno por los bosques, facilitar a través de sus dinámicas la migración de especies como aves o mariposas, hasta flujos de nutrientes como carbono y nitrógeno, siendo los más complejos aquellos relacionados con los fenómenos climáticos como corrientes marinas y distribución de lluvias. Dicha red de interacciones es el producto de una larga historia evolutiva planetaria.

La importancia de la atmósfera es invaluable, pues aunado a aquellos de corte ambiental, también se encuentran aquellas actividades económicas como aviación y otras formas de transporte, distribución de cultivos, generación de energías renovables, entre otras. Es por que estas razones, que este factor ambiental debe contar con las condiciones adecuadas para continuar realizando las funciones ambientales y económicas referidas.

No obstante lo anterior, a partir de hace tres siglos las actividades humanas como el uso de combustibles fósiles, reducción de zonas boscosas, incorporación de compuestos sintéticos como aquellos que contienen una mezcla de cloro, flúor y carbono conocidos como clorofluorocarbonos, están generando una seria afectación a la naturaleza y dinámicas atmosféricas, situación que tiene como consecuencias, problemas tales como: el incremento de la temperatura planetaria y la  consecuente modificación de las dinámicas climáticas, afecciones humanas como enfermedades respiratorias y daño o muerte de especies sensibles como corales, aves e insectos. Lo anterior, aunado a las pérdidas económicas por afectación a las actividades humanas por el deterioro de la calidad atmosférica. Estas afectaciones, se generan cuando la cantidad de gases o elementos adversos, es mayor a las que la atmósfera puede absorber, o a causa de daños a las estructuras que protegen de los rayos dañinos, tal es el caso de la capa de ozono, otro contaminante atmosférico es el ruido, que aunque perceptible solo a cortas distancias, produce estrés los seres humanos y algunas especies animales.

Para combatir y controlar la problemática de contaminación atmosférica, existen esfuerzos en los niveles internacional, nacional y estatal tales como: la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, el Protocolo de Montreal sobre Contaminantes  que agotan la Capa de Ozono,  la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En el nivel nacional, se cuenta con: el apartado de Protección y Control de la Contaminación de la Atmósfera, de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, en sus artículos, y 110 a 116, el Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en materia de Prevención y Control de la Contaminación de la Atmósfera, la Ley General de Cambio Climático y Diversas Normas Oficiales Mexicanas que regulan los límites máximos permisibles en materia de gases, ruido, entre otras.

A nivel estatal, la Ley del Equilibrio Ecológico del Estado de Oaxaca en los  artículos 85 a 92, establece las especificaciones en materia de protección a la atmósfera.  De la misma forma. La Ley de Cambio Climático para el Estado de Oaxaca, regula aspectos como concentraciones de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, así como, establece los parámetros para el monitoreo de la calidad del aire y define las responsabilidades de los órdenes de gobierno estatal y municipal en materia de prevención y control  de la contaminación. Una de las formas que se cuentan para aplicar medidas que permitan conocer la calidad del aire, es el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire PROAIRE, instrumento que requiere contar con mayor aplicabilidad y extenderse hacia otras zonas de la entidad, para dotar de enfoque preventivo en vez de correctivo.

La evidente necesidad de redoblar esfuerzos en materia de protección atmosférica, requiere de la concurrencia de gobierno y los distintos sectores de la sociedad civil, quienes deben contar con información sobre el nivel de la  problemática relacionada, herramientas técnicas y legales, para que la suma de esfuerzos, redunde en resultados positivos.

Entre las líneas de acción inmediatas que pueden desarrollarse a nivel local, se encuentran:

  • Monitoreo permanente y preciso de la calidad del aire, especialmente en las zonas urbanas;
  • Incrementar la conservación de bosques, selvas, manglares, especialmente a través de manejo forestal y apoyo a las comunidades, que realizan las actividades de conservación y aprovechamiento sustentable de los ecosistemas forestales;
  • Información y concientización a la población, para reducir la producción y consumo de productos contaminantes, especialmente los Clorofluorocarbonos CFS;
  • Regulación de industria, parque vehicular y otras actividades cuyos subproductos son la generación de contaminantes a la atmósfera, entre los que destacan los hornos ladrilleros;
  • Revertir el cambio de uso de suelo de bosques a zonas agrícolas o urbanas;
  • Reducción del uso de insumos agrícolas como agroquímicos; y
  • Aplicación de la normatividad en materia de disposición final de residuos, para evitar la generación de gases contaminantes o incendios.

Sin duda, las consecuencias del daño a la atmósfera son palpables por todos nosotros y amenazan la supervivencia de múltiples especies, ante esto #AhoraesCuando requerimos centrar nuestra atención en dicha problemática y actuar de forma comprometida, cualquier acción que contribuya, por mínima que sea es bienvenida en esta lucha por la supervivencia planetaria.