Propuestas para reactivar la pesca: Armando Navarrete Cornejo y Rosendo Gómez Prudente

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Nota de trabajo para la formulación del

Proyecto Alternativo de Nación de MORENA

Cuarta y última parte

 

EL PROBLEMA. Los precios prohibitivos de los productos alimenticios y, peor aún, la falta de ingreso entre la enorme cantidad de mexicanos desocupados  o subempleados, calientan el ambiente sociopolítico o condenan a sectores amplios de la población a las actividades ilícitas. Lo cual sin embrago, no es un estado de cosas inalterable.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), sostiene que “la pesca y la acuicultura son asuntos de seguridad nacional y parte esencial del quehacer económico y social del país… (y que la pesca y) la acuicultura representan una alternativa real para ampliar la oferta alimentaria en (México), contribuyendo a la seguridad alimentaria, la generación de divisas y a crear fuentes permanentes de empleo, estimulando el desarrollo regional.”

EL POTENCIAL PESQUERO. “La República Mexicana posee 11,592.77 kilómetros de costas, de los cuales 8,475.06 corresponden al litoral del Pacífico y 3,117.71 al del golfo de México y mar Caribe, incluyendo islas; su plataforma continental es de aproximadamente 394 603 km², siendo mayor en el golfo de México; además cuenta con 12 500 km² de lagunas costeras y esteros y dispone de 6 500 km² de aguas interiores, como lagos, lagunas, represas y ríos. Al establecerse en 1976 el régimen de 200 millas náuticas de Zona Económica Exclusiva, quedaron bajo jurisdicción nacional 2 946 885 m² de región marina nacional.” (El océano y sus recursos. SEP y FCE).

“Por la ubicación geográfica del país, sus aguas ofrecen medios muy diversos para las distintas especies de organismos acuáticos debido a la variabilidad de climas y de condiciones ecológicas, la cual es mayor en las aguas marinas; esto permite que en los mares de México se encuentren especies de climas templado, cálido y frío, de fondo y superficie, costeras y de alta mar, regionales y migratorias, y de todas las transiciones entre estos tipos extremos…En estas aguas se aprovechan 305 especies diferentes, y algunos investigadores han calculado que existen 1,200 especies posibles de ser capturadas.” (El océano y sus recursos. SEP y FCE).

POBLACIÓN OCUPADA EN LA PESCA. En los años 90 la población ocupada en la pesca fue de 217 mil personas; en 2001, según la FAO, llegó a 269 mil y, atendiendo al Anuario Estadístico de Acuacultura y Pesca 2010, en éste año la población dedicada a la actividad pesquera registró las 294 mil personas: de ellas 251 mil (menos que en 2001) se dedican a la captura (85%) y el resto o 43 mil productores, se dedica a la acuacultura (15%). Es un hecho que el sector social ha sido desplazado y desprotegido en la actividad pesquera. En el pasado, las cooperativas pesqueras representaban el mayor número de empleos y los principales volúmenes de captura. Hoy esto se ha revertido a favor del sector privado, con menos empleos y el predominio en la producción comercial y de exportación.

LA FLOTA PESQUERA. En 1994 la flota pesquera mexicana estaba formada por 2,344 camaroneros, 87 atuneros, 98 sardineros-anchoveteros, 772 de escama y 70 806 embarcaciones escameras menores, haciendo un total de 74,107 (El océano y sus recursos. SEP y FCE). Por su parte, la FAO señala que más del 90 por ciento de la flota de 2001 consistía en pequeñas embarcaciones (hasta 36 pies de eslora) de fibra de vidrio con motor fuera de borda, llamadas “pangas”. De las 106,425 embarcaciones de la flota nacional, 102 807 (96,6 por ciento) eran de este tipo, como ha ocurrido desde los años cuarenta.

La CNAP señala que la flota pesquera llegó a 94,111 embarcaciones en 2010 (menos que en 2001), de las cuales 3,206 son de pesca de altura y 90,905 de pesca ribereña. En la pesca de altura se resalta el esfuerzo pesquero enfocado en la captura de camarón con 1,932 unidades con un tonelaje neto promedio de entre 40 y 80 toneladas, una eslora promedio de 20 a 25 metros y una antigüedad promedio de más de 30 años; de estas embarcaciones el 70% se encuentran registrada en el litoral del Pacífico y el otro 30% en el litoral del Golfo de México y Mar Caribe.

PRODUCCIÓN PESQUERA. El volumen de la producción pesquera comestible e industrial ha evolucionado de la siguiente manera: en 1960 llego a 354 mil toneladas; en 1970 a 307 mil; en 1980 alcanzó 1 millón 59 mil toneladas;  en 1990 avanzó a 1 millón 289 mil  toneladas; en el año 2000 se logró una captura de 1 millón 239 mil toneladas; y, finalmente,  en 2010 llegó a 1 millón 473 mil toneladas.

COMERCIO. En 2001, la FAO reportó que las exportaciones de pescado totalizaron casi 204 000 toneladas y su valor ascendió a 602 millones de dólares. El principal cliente de México es Estados Unidos. Por su volumen, otros clientes importantes son Corea del Sur (10 por ciento), Japón (5 por ciento) y España. Las importaciones proceden sobre todo de los Estados Unidos (34 por ciento), Chile (15 por ciento), Canadá (2,6 por ciento) y España (1,5 por ciento). Una parte considerable (27 por ciento) de las 136 000 toneladas importadas en 2001 consistía en pescado congelado o fresco. Los aceites de pescado representaron otro 18 por ciento y el pescado enlatado, un 12 por ciento.

La CNAP reportó exportaciones para 2010 que ascendieron a 842 millones de dólares con 249 mil toneladas de pescados y mariscos en diversas presentaciones; mientras que las importaciones fueron de 647 millones de dólares y 215 mil toneladas de producto logrando con esto un saldo favorable de 196 millones de dólares.

SEGURIDAD ALIMETARIA. Pese a que la pesca del sector social ha venido a menos y continua en franco retroceso por la falta de atención gubernamental a la actividad y el consumo percápita de productos pesqueros ha disminuido en México (en 2010 el consumo humano directo fue de 10.6 kgs, por persona), el sector pesquero sigue siendo –sostiene la FAO- importante para la seguridad alimentaria en las zonas costeras y del interior y debería realizarse la ordenación pesquera con normas sostenibles y asignarle alta prioridad.

UN RETO PARA EL SUR. Sinaloa, Oaxaca, Campeche, Guerrero y Tamaulipas cuentan con una longitud de litoral más o menos semejante: 640.17 km, 597.51 km, 523.3 km, 484.94 km y 457.72 km. Sin embargo tienen una participación en la producción pesquera nacional del 21 %, 0.7 %, 2.6 %, 0.4 % y 2.6 %, respectivamente. Ello nos obliga a la reflexión y a la adopción de medidas para que los estados del Sur (Oaxaca y Guerrero, sin excluir Chiapas), por ejemplo, tengan todo el apoyo para explotar la actividad pesquera social.

EL COMPORTAMIENTO CLIMATICO. Los ciclos del comportamiento climático de la tierra y su mar, que con el tiempo se presentan con mayor frecuencia y son cada vez de mayor impacto, afectan de manera importante los volúmenes de producción o los rendimientos de la pesca, definiendo su carácter aleatorio. Ejemplo de esto fueron los huracanes o ciclones tropicales “Paulina” en octubre de 1997 y “Rick” en noviembre del mismo año, estrechamente vinculados con fenómenos como el “El Niño”, originado en Perú y de impacto global. Sólo hay que recordar que “Paulina” ocasionó casi 400 muertes en las costas de Oaxaca y Guerrero, destruyó decenas de miles de viviendas, arrasó con los cultivos agrícolas comerciales y de subsistencia, además de afectar seriamente la actividad pesquera.

 “El Niño” tiene algunos efectos positivos -quizá los menos- para la pesquería del camarón. El aumento en la temperatura del mar propicia mejores condiciones para la reproducción del crustáceo, optimizando significativamente las capturas. Por el contrario, “La Niña” afecta a esta pesca, disminuyendo las capturas  en el ciclo  siguiente a  la presencia del fenómeno.

AUGE Y DECADENCIA DE LA PESCA. Al igual que el resto de los sectores productivos, la actividad pesquera tuvo sus años de auge, incluida la del sector social. De 1941 al inicio de los 70s, México creció con estabilidad como efecto directo del ímpetu imperialista de los EUA, que demandaba alimentos, insumos y bienes intermedios de México para dedicar sus recursos humanos y financieros a la economía armamentista.

A lo largo de las tres décadas siguientes (1970-2000), con un populismo desmedido, México tuvo un crecimiento fincado en el endeudamiento excesivo y un déficit fiscal inmenso, además de la petrolización de la economía. No discutimos la importancia de apoyar la economía popular ni el fomento del progreso nacional con déficit o endeudamiento si esto hubiera sido parte de un proyecto integral para la independencia plena, ajena a los dictados de organismos financieros como el FMI o nuestra subordinación al Consenso de Washington.

En los años de estabilidad la pesca social y privada, incluso la pública, tuvo un comportamiento ascendente como parte de la economía nacional y sentó las bases para potenciar su dinamismos en la generación de empleos, alimentos y divisas, con una gran fortaleza del cooperativismo pesquero. Por el contrario, en el periodo de inestabilidad macroeconómica Salinas de Gortari inicia el desmantelamiento de la actividad, cuya orientación privatizadora reveló las imposiciones externas para que México diera marcha atrás en todo resquicio de economía estatal, pública o social. Zedillo, Fox y Calderón acicatearon su devastación, como la de otros sectores o actividades apetecibles al capital extranjero.

MARCHA HACIA EL MAR. Desde mediados de los cincuenta y hasta 1973 se procura una política de impulso a la actividad pesquera con la llamada “marcha al mar”, que alcanza su máximo esplendor durante el sexenio de Luis Echeverria, con el programa de construcción de 501 barcos camaroneros y la consolidación del consorcio de “Productos Pesqueros Mexicanos”, integrado con plantas congeladores y fabricas de hielo (red de frío), una amplia flota pesquera atunera-sardinera, camaronera y escamera en prácticamente todo el país.

Cerraron el circulo ascendente de la pesca las empresas comercializadoras RETESA para el mercado nacional, Ocean Garden y Exportadores Asociados para el mercado Norteamericano y Asiático, además de varaderos e inversiones en infraestructura portuaria o sistemas de transporte, que garantizaban el abasto de productos pesqueros a los grandes centros de consumo como el DF, Guadalajara, Monterrey, entre otros. A las comunidades rurales se les abastecía sardina y atún enlatados de las marcas “Dolores “y “Calmex “, hoy privatizadas junto a Ocean Garden y dominadas por la búsqueda ascendente de ganancias.

La Marcha hacia el Mar se inició (en la segunda parte de los 40s) con la apertura de cuatro escuelas prácticas de pesca (Lerma, Campeche; Alvarado, Veracruz; Manzanillo, Colima; y La Paz, BCS); con la creación, en 1951, de la Comisión para el Fomento de la Piscicultura Rural; con el establecimiento de la Comisión Nacional Consultiva de Pesca en la época de Díaz Ordaz; con el Instituto Nacional de Investigaciones Biológico Pesqueras en 1964; con el impulso del Programa de Investigación y Fomento Pesquero México, en colaboración con la FAO y el PNUD en 1969, que derivó en un extenso programa de investigaciones a bordo y la publicación de sus importantes resultados.

En 1970 el Instituto Nacional de Investigaciones Biológico Pesqueras cambia a Instituto Nacional de Pesca y Productos Pesqueros Mexicanos agrupaba a las embarcaciones pesqueras de participación estatal. También se conformaron los fideicomisos FIDEFA (Fideicomiso para el Desarrollo de la Fauna Acuática) y el de Otorgamiento de Créditos a las Sociedades Cooperativas Pesqueras, a la postre BANPESCA. Con López Portillo se crea el Departamento de Pesca y en 1982 éste pasa a ser Secretaría de Pesca.

EL DESMATELAMIENTO. Sin embargo, y secundando la estrategia privatizadora de Salinas, Ernesto Zedillo decide bajar de rango a esta importante instancia de fomento, degradándola a subsecretaria, además de burocratizar y centralizar la investigación pesquera en el DF. Aquella marcha hacia el mar emprendida a mediados de los 40s, inicia un recorrido en sentido contrario y abierto retroceso para la actividad que arranca con de la Madrid y Salinas y se recrudece con Zedillo, Fox y Calderón.

Poco a poco la educación y la investigación pesquera han dejado de tener importancia institucional. Los pescadores empobrecen sin remedio y ahora son, inexorablemente, desempleados u obreros asalariados de los pocos empresarios que dominan la pesca nacional, unos bajo condiciones óptimas de tecnología, capital y mercado y, otros, con equipo o artes de pesca obsoletas y escasos recursos de inversión. Después de haber constituido un prometedor sector social cooperativo, los pescadores yo no son más propietarios de sus embarcaciones y fueron despojados de las especies reservadas a sus organizaciones.

Los fondos o fideicomisos que se constituyeron para fomentar la pesca social o privada dejaron de auspiciar auténticamente ese propósito. La excesiva regulación, las imposibles reglas de operación, y peor aún, las miserables partidas presupuestales asignadas a una actividad a todas luces relegada y olvidada, incluso por el Congreso Federal, fueron el tiro de gracia a la pesca.

La extinción de los instrumentos financieros que dieron impulso la actividad pesquera, se dio bajo el pretexto de inoperancia y malos manejos. Pero el sector social tenia el 90%de la cartera vigente al momento del cierre de BANPESCA, lo cual desmintió esa falacia de los impulsores del cambio estructural de la economía como Pedro Aspe Armella, emulo impulsor de las privatizaciones. A la inestabilidad económica recurrente de los EUA, el carácter aleatorio de la pesca y los efectos demoledores sobre México, se agregó el sometimiento de nuestros gobernantes a los designios de los moderadores del gran capital.

CONCLUSIONES

1.            México cuenta con un considerable  numero de áreas situadas en las  costas y en el interior  del territorio nacional susceptibles para el uso acuícola, como lagos, lagunas y esteros. Esta riqueza es fuente incalculable de alimentos, empleo y divisas.

2.            La pesca genera una producción anual promedio de 1.4 millones de toneladas con un valor aproximado a los 13 mil millones de pesos y una balanza comercial superavitaria que supera los 400 millones de pesos.

3.            Este potencial económico de 17 estados costeros no ha permitido  revertir la situación socio-económica lamentable de mas de 350 mil familias que integran el sector social de la pesca. Ha faltado voluntad política y determinación gubernamental para reactivar la pesca.

4.            Así, un millón setecientos cincuenta mil personas dependen directamente de la pesca y dos millones están vinculados indirectamente a la misma, haciendo un total cercano a los cuatro millones de ciudadanos. El abandono de la actividad ha hecho crisis en ese importante sector de la población.

5.            Hoy la pesca social es prácticamente inexistente y sus pescadores se encuentran depauperados. El poderío en la actividad corresponde al sector privado y en varios estados de la República ésta ha dejado de tener relevancia. 

6.            Pese a que el 93% de la flota nacional pertenece a la pesca ribereña, esta se encuentra francamente marginada tanto de la política pesquera nacional y de las tomas de decisiones, hoy en manos de una camarilla de funcionarios federales y estatales que deciden subjetivamente el destino de la actividad desde un escritorio, sin un plan de desarrollo o de políticas consensuadas con los pescadores.

PROPUESTAS

Para tener éxito y generar empleos en el corto y mediano plazos, la política pesquera y acuícola debe atender los siguientes elementos de juicio:

1.            La importación de los países consumidores se ha concentrado en productos de alto valor  agregado, incluyendo los productos frescos y vivos. Ello otorga un gran potencial al atún fresco, capturado con embarcaciones de mediana altura y con motores de bajo consumo en combustibles.

2.            La creciente preocupación del consumidor por el cuidado  del  medio ambiente, la sanidad  y la  inocuidad de los productos pesqueros impacta la toma de decisiones al momento de adquirir los productos alimenticios, generando tendencias en el consumo.

3.            La acuicultura ha cambiado la estructura de las preferencias del consumidor y comoditizado los precios internacionales (commoditis bajo la modalidad de Mercados de Futuro) de los productos pesqueros.

4.            La actual crisis económica empieza a tener efectos  sobre el consumo, que en los países desarrollados es de 30 kgms per capita y en México apenas rebasa los 10 kgms.

5.            En nuestro país, las principales pesquerías están altamente concentradas, destacando lo siguiente: por regiones Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur concentran el 77% de la producción, el 67% del volumen y el 74% del valor de la acuicultura. Por especies la  sardina, el camarón, atún y mojarra representan el 64% del volumen total de la  producción. En tanto el camarón, atún  mojarra y pulpo, el 63.1% del valor.

6.            En acuicultura el camarón representa el 47% de la producción acuícola y el 73% del valor de la producción, actividad que creció 22% de 1990 al 2009 y fue el motor del crecimiento pesquero.

RETOS INMEDIATOS

1.            Es preciso superar la obsolescencia de la flota camaronera, sardinera y escamera para mejorar la captura.

2.            Es preciso implementar un programa de renovación de la flota mayor, que incorpore sistemas de pesca ecológicos.

3.            Es urgente acentuar la reconversión ecológica de motores fuera de borda y artes de pesca para embarcaciones menores.

4.            Es necesario revisar y controlar los altos costos de insumos estratégicos, como los combustibles.

5.            Se requiere promover la integración de las redes que agregan valor a la actividad pesquera.

6.            Es pertinente aprovechar el potencial de la industria atunera atacando el mercado del fresco con flota atunera palangrera.

7.            También es posible el aprovechamiento del potencial del sur sureste para la captura e industrialización de la jaiba, con excelentes condiciones  para su desarrollo.

8.            Todo lo anterior requiere del establecimiento de una red de frío y la rehabilitación, ampliación y modernización de la infraestructura portuaria.

9.            Se debe promover la diversificación de la acuicultura, que hoy está enfocada básicamente al camarón.

10.          Es necesario implementar programas sanitarios para abatir la presencia de enfermedades en la camaronicultura, que  afecta  su viabilidad en el mediano y largo plazo.

11.          Se deben abatir  los altos costos de insumos, destacadamente  el de alimentos balanceados.

12.          Se requiere revertir la percepción de alto riesgo registrada en la banca, que limita o impide el financiamiento de la actividad.

13.          Es urgente estimular una acuicultura  viable, rentable y amigable con el medio ambiente.

14.          Se debe explorar, promover y realizar la maricultura en la zona económica exclusiva.

15.          Asimismo, es pertinente diversificar la acuicultura con fines comerciales hacia especies como el pepino de mar, macro y micro algas y peces marinos. En aguas interiores con la tilapia, bagre, trucha y peces de ornato.

16.          Por su parte, en el pacifico norte y mar de cortes se debe promover el cultivo de moluscos (abulón, almejas, mejillón, ostión y callo de hacha); en la Península de Yucatán el del pulpo y caracol blanco; y en el Pacifico Sur la producción de camarón con  agua de pozo profundo y aplicación  de probióticos tierra adentro, además de la instalación de arrecifes artificiales en las costas.

17.          Se debe impulsar la investigación aplicada en mejora genética, nutrición  acuícola y eficiencia productiva; la investigación para suplir  insumos como la harina de pescado y el combustible fósil, que limitan  su crecimiento; además de fomentar el cultivo de especies silvestres como el pargo, cabrilla, botete, lenguado, abulón, callo de hacha y pulpo.

18.          Se deben constituir un fondo de sanidad e inocuidad acuícola; un fondo para capital de riesgo; y un fondo para  cubrir daños por fenómenos naturales.

19.          Es necesario crear los mecanismos de apoyo y financiamiento que atiendan especialmente a las organizaciones del sector social, utilizando el esquema de  garantía liquida para la obtención de créditos, plasmado en la ley de cooperativas, pero que no funciona.

20.          Se deben implementar mecanismos de asociación con los tres niveles de gobierno a través de contratos de asociación temporal (cooperativas de participación estatal minoritaria) enunciadas en la ley de desarrollo social, que tampoco aplican en la practica.

21.          Estas acciones  y el acompañamiento previo y durante la operación de cada proyecto, debe incluir la capacitación en navegación costera y de altura en su caso; en tecnologías de captura y cultivo acuícolas en su caso; en mantenimiento preventivo y correctivo de los motores marinos, estacionarios y fuera de borda; en los ámbitos  de administración y contabilidad básicos en materia pesquera; en refrigeración  y electricidad marinas; en manejo y conservación de los productos pesqueros, en legislación cooperativa, etc., y con ello garantizar el éxito de las medidas propuestas.

LA LEGISLACIÓN PESQUERA

La Ley de Pesca se reformó en los 90, propiciando condiciones de inequidad en la relación de pescadores y dueños de  barcos camaroneros, al generar un vacío legal que lesiona los mas elementales derechos  laborales de los pescadores, que no cuentan con un marco jurídico que les permita equilibrar la citada relación de trabajo. Esta inequidad se observa, por ejemplo, con el programa de retiro de la flota camaronera, que por cada barco que se retira y se destruye, el dueño recibe mas  de un millón trescientos mil pesos, pero los pescadores, que son los que ejercen los derechos de pesca a bordo del barco, no solamente nada reciben, sino que se quedan sin trabajo.

Ante esta evidente injusticia y violación de los derechos de los pescadores, es urgente legislar en la materia para que los de alta mar no estén desprotegidos con esta relación desigual en todos los litorales del país, y que la crisis financiera acentúa  cada vez  mas.

En ese orden de ideas, también es necesario reexaminar el régimen de especies reservadas al turismo, ya que constituye un monopolio anticonstitucional que solo beneficia  a un reducido grupo de hoteleros y empresarios ligados al capital transnacional, excluyendo de la pesca comercial y social especies como el pez espada y el dorado, que han sido pesquerías tradicionales en México.

La producción de alimentos requiere de acciones de fomento. Sin embargo la actual Ley Federal de Derechos  frena la obtención de los permisos de pesca porque se ha vuelto oneroso para el pescador trabajar  en la producción pesquera de manera legal, y ello propicia la cancelación de los citados permisos, afectando los derechos históricos de las comunidades de pescadores asentados  a todo lo largo y ancho de nuestros litorales.

Es apremiante evaluar el impacto negativo del represamiento de los ríos en la productividad de lagunas y esteros del país, ya que interrumpen el aporte natural de agua dulce a los citados sistemas,  provocando el asolvamiento y cierre de bocabarras. Por ello, debe legislarse o aplicar la ley para que la Comisión Nacional del Agua garantice los volúmenes de agua a los sistemas lagunarios y con ello restituir su delicado equilibrio.

Asimismo, es necesario evaluar e intervenir y adoptar medidas legales en el manejo y aplicación de agroquímicos sin control, cada vez mas abundantes en las actividades agrícolas y que son arrastrados por la lluvias a los arroyos y ríos, pero que finalmente desembocan en las zonas de reproducción y crianza de muchas especies, afectando la productividad de las zonas pesqueras.

 

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