Pronunciamiento ante los hechos ocurridos por el incendio en la refinería “Antonio Dovalí Jaime” en Salina Cruz, Oaxaca.

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Dip. Paola Gutiérrez Galindo

Presidenta de la Comisión Permanente de Ecología

de la LXIII Legislatura del estado de Oaxaca

Ante los lamentables hechos registrados el pasado 16 de junio, donde la refinería “Antonio Dovalí Jaime”, ubicada en Salina Cruz, Oaxaca, nuevamente fue objeto de incidentes derivados de la evidente ausencia de medidas de protección civil, toda vez que al inundarse sus instalaciones por las constantes lluvias, en el área conocida como “Casa de bombas” se generó una explosión a consecuencia de un corto circuito, desencadenando un incendio de grandes magnitudes; quiero manifestar mi preocupación por el riesgo que implican estas actividades, para la integridad física y la vida de la planta laboral, así como de los habitantes de colonias aledañas.

Hechos como éstos, deben ser tratados de manera adecuada, ya que desgraciadamente no es la primera vez que dicha refinería presenta contingencias de esta naturaleza, sin que asuma una postura responsable en el marco de la prevención de riesgos a la salud, seguridad y ambiente a la que está obligada por las disposiciones legales de la materia, toda vez que ha violentado flagrantemente la integridad ambiental y seguridad ciudadana, manteniendo en estado de zozobra a la población en general, ante el riesgo inminente de que se repitan este tipo de accidentes, como ha estado ocurriendo.

Sabemos, por la experiencia ante diversos eventos similares, que la aplicación de la política reactiva siempre implica mayores costos que la política preventiva, pues ante la falta de una adecuada cultura de prevención y responsabilidad en materia de manejo de sustancias peligrosas, aunado a las afectaciones al medio ambiente, a la economía local y a la salud; nos enfrentamos a una de las consecuencias más graves como lo son las  pérdidas irreparables, pues la vida de una persona es insustituible, imposible de resarcir, al igual que la pérdida de vida marina, pues se registra la muerte de un importante volumen de peces de importancia comercial y graves afectaciones a recursos asociados, tales como: flora marina, macro-invertebrados y calidad del agua.

Ante este escenario, es importante preguntarnos ¿Cómo podríamos recuperar a esa persona que falleció en un hecho que pudo haberse prevenido? ¿Cómo podríamos recuperar a esos ejemplares marinos que padecieron los efectos de la contaminación generada? ¿Qué debemos hacer para recuperar la calidad ambiental de las zonas afectadas? Por desgracia hay daños que no podemos subsanar, pero sí podemos evitar que se repitan, y hay otros que aún estamos a tiempo de mitigar; sin embargo, debemos tomar consciencia que afectaciones de esta índole, no pueden ni deben pretender ser resarcidas a través de recursos monetarios, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, no debemos permitir que se continúe con acciones que se limitan a expedir un cheque o a contar monedas y billetes, es momento de hacer algo más honesto y noble por nuestro medio ambiente y hasta por nuestra misma supervivencia, a través de estrategias que además de resarcir daños a afectados en los casos que así lo permitan por su misma naturaleza, causen impacto positivo en la calidad ambiental y el equilibrio ecológico.

Petróleos Mexicanos, al ser una empresa de clase mundial, no puede darse el lujo de evidenciar su incapacidad para la prevención de riesgos, poniendo así en tela de juicio la eficiencia de sus procesos industriales y permaneciendo en eterna deuda con la sociedad mexicana; por lo que, a pesar de lo lamentable que se advierten estos hechos, representan una oportunidad para  que dicha empresa, asuma una postura sensible, responsable y comprometida para la remediación y saneamiento de sitios contaminados por sus propias actividades e implementen un plan de acción que dé cumplimiento a sus obligaciones legales.

Para efectos de lo anterior y aún cuando no descarto la posibilidad que la refinería “Antonio Dovalí Jaime”, ya haya contemplado medidas de atención al respecto, considero prudente mencionar algunas estrategias básicas, aplicables para estos casos:

  • Evaluar el grado de afectación y los riesgos posibles, derivados de la contaminación
  • Desarrollar actividades urgentes de remediación.
  • Establecer líneas de acción para evitar futuros riesgos.
  • Dar cumplimiento a sus obligaciones legales en materia ambiental, de salud y seguridad a sus trabajadores
  • Corresponsabilizarse con las afectaciones a las actividades económicas de la población de la zona donde se registró el percance.
  • Que las dependencias federales, específicamente Comisión Nacional de Hidrocarburos y Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, implementen acciones de vigilancia y seguimiento para el resarcimiento de daños y prevención de contingencias.

 Finalmente, hago un reconocimiento público a los héroes desconocidos, como son: los elementos del Ejército Mexicano, la Armada de México, la Cruz Roja, Cuerpo de Bomberos y los mismos trabajadores de PEMEX, quienes haciendo gala de su compromiso para con la nación, evitaron una tragedia de mayores proporciones.