Prohíbe Pekín fumar en lugares públicos

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pekinA partir del lunes estará prohibido fumar en los lugares públicos cerrados de Pekín, pero muchos dudan de que pueda aplicarse esa medida en el reino del tabaco.

En un país donde es muy común fumar en los restaurantes, en los ascensores o en los taxis, la capital pretende hacer gala de una firmeza inédita, inspirándose en las legislaciones de países desarrollados.

Los establecimientos comerciales que incumplan la norma serán sancionados con una multa que podría alcanzar los 10 mil yuanes (mil 636 dólares), mientras que a los fumadores que infrinjan la regla tendrán que pagar una sanción de 200 yuanes (32.73 dólares).

El tabaco estará igualmente prohibido en algunos espacios al aire libre, como los recintos escolares y deportivos o los hospitales. La publicidad de cigarrillos estará prohibida en el exterior.

Al contrario de lo ocurrido otras veces, parece que las autoridades están dando más importancia a esta iniciativa sanitaria, en cuya promoción han participado estrellas de la industria del espectáculo.

Ante todo, se trata de avanzar en un terreno en el que China, primer productor y consumidor del mundo, está a la cola en la lucha antitabaco mundial.

Más de un tercio de los cigarrillos fabricados en el mundo se fuman en China, donde siguen siendo muy baratos.

El país cuenta con más de 300 millones de fumadores y un chino de cada dos es adicto al tabaco. El tabaco causa la muerte de una persona cada 30 segundos y su coste a escala nacional es de miles de millones de euros.

Así, la experiencia de Pekín, una metrópolis de más de veinte millones de habitantes, será crucial para una eventual extensión de la ley a nivel nacional.

Determinación y cautela

“Esta legislación en Pekín (…) debe de ser la actitud a adoptar”, considera Bernhard Schwartleander, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el país.

Tras varios anuncios parecidos infructuosos, la cautela se impone.

En 2011, presionada por la OMS, China adoptó una ley que prohibía fumar en todos los espacios públicos. Pero no se puso en marcha ninguna campaña efectiva de concienciación por lo que el texto acabó violándose ampliamente.

Nadie olvida, sin embargo, que las autoridades chinas prometieron unos Juegos Olímpicos (en 2008 en Pekín) y una Exposición Universal (en 2010 en Shanghai) para “no fumadores”, antes de que los hechos se encargaran desmentir esas promesas.

“Esperemos a ver qué ocurre. No esperamos que esto se haga sin contratiempos”, considera Schwartleander.

Una prudencia compartida por los expertos locales.

“No sería realista abolir completamente el tabaco dentro de los lugares públicos, pues hay mucha gente que fuma”, afirma Yang Gonghuan, directora adjunta del Centro Chino de Lucha contra las Enfermedades.

“La cuestión clave será saber si hay un control”.

Fumándose un cigarrillo ante su restaurante, donde los clientes hacen lo mismo sentados a la mesa, el chef Li Tiescheng tiene sus dudas: “No creo que una medida legislativa sea suficiente. Esto es ante todo una cuestión de educación”.

Según los especialistas, el monopolio estatal de la industria del tabaco, que reporta casi una décima parte de los ingresos fiscales nacionales, supone un obstáculo para las medidas antitabaco.

La compañía estatal China National Tobacco Corporation (CNTC) es, de lejos, la primera tabacalera mundial, con una producción tres veces superior a la de su primer competidor, Philip Morris.

La influyente y opaca CNTC tiene un casi monopolio en el mercado chino. En 2012, su facturación de alrededor de 170 mil millones de dólares superó a la de Apple.

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