PRI: fortaleza y debilidad: Raúl Castellanos

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Como en los buenos tiempos del partido “casi único” -Salinas dixit- el alguna vez revolucionario y al día de hoy tan institucional como siempre, celebró su XXII Asamblea Nacional. Al ritmo de “agárrense de las manos” y “quietecitos nos vemos más bonitos y bonitas” acordaron cambios de forma y fondo que a juicio de la dirigencia, militancia, un buen número de colados y chambistas futuristas y sobre todo el “gran Tatloani” les permitirán mantener a uno de los suyos -por nacimiento o inseminación artificial- en la “Silla de Krauze” versión Pena Nieto FIL de Guadalajara.

Repartidos en cinco mesas temáticas y luego en la Plenaria ocurrida en el Palacio de los Deportes, al margen de diferencias, visiones, activos o en receso, cerraron filas, Beatriz Paredes, Maria de los Ángeles Moreno, Dulce María Sauri, Pedro Joaquín Coldwell -con doble cachucha- Manlio Fabio Beltrones, César Camacho, ellas y ellos alguna vez dirigentes; Secretarios del actual gabinete, lo mismo Miguel Ángel Osorio Chong que Aurelio Nuño, dícese en los corrillos y las encuestas -”trajes a la medida”- el primero, el mejor posicionado y el segundo el “consentido del profesor” para hacerse de la candidatura presidencial; como también los impresentables Luis Enrique Miranda cuyo mayor mérito se dice es, ser el “compadre incómodo” o Gerardo Ruiz Esparza, quien a pesar de no tener una “bola de cristal” -como lo confesó- para “prevenir socavones” se mantiene como el más firme guardián de los buenos y grandes “bisnes”, las licitaciones arregladas y las asignaciones de contratos multimillonarios por “invitación” con las empresas constructoras de carreteras, puentes, periféricos, pasos a desnivel, segundos pisos y socavones; empezando por la que le cubre sus vacaciones: OHL.

Dos personajes atrajeron los reflectores debido a sus posibilidades de tener en puerta un futuro promisorio; Emilio Gamboa, el mismo que desde el hoyo 19 ordena ejecuciones políticas y siendo ya el “poder tras el trono” solo espera los tiempos para relevar a Enrique Ochoa el encargado en funciones del partido; y José Antonio Meade, comentase por la comentocracia el principal destinatario de las reformas aprobadas -aunque hay otros que opinan que solo esta jugando el papel de “personero útil”-; aunque como manda el “librito” él se deja querer; al terminar la clausura ponderó la sabiduría del partido y sus delegados al eliminar los candados, así lo dijo “es un anuncio importante el de la posibilidad de que los ciudadanos se acerquen al partido, que el partido se acerque a los ciudadanos y yo creo que los tiempos habrán de darse”; ya entrado en gastos futuristas y por lo que se ofrezca, “don pepe” invocó la militancia priista de su padre y destacó, como aun siendo de la más absoluta confianza del hoy Comandante Supremo de la “Band of Brother’s”, Felipe Calderón, le tocó “con ellos -los priistas- construir consensos, hacer con ellos equipo”; confesión de parte que en cierta forma le da la razón a Andrés Manuel, cuando invocando a Timbiriche argumenta “tu -PAN- y yo -PRI- somos uno mismo”.

En este contexto, los principales cambios aprobados por unanimidad -suponemos que la mano alzada significa ello- a sus estatutos, fueron: eliminación de candados para ser candidato a un puesto de elección popular, por lo que para ser candidato a la presidencia ya no se requerirá contar con una militancia partidista de 10 años y podrá serlo cualquier ciudadano que se declare “identificado” con los ideales del partido; ya no se permitirá el “chapulineo” -denominación de origen cien por ciento priista- en los cargos de representación proporcional; por lo que ahora quien sea pluri deberá esperar un periodo para aspirar a otro por la misma vía; también consensuaron que una de cada tres candidaturas sean para jóvenes; aunque en este tema les faltó una salvedad y una precisión; la salvedad, que no vayan a ser como los “jóvenes del nuevo PRI” que don Enrique candidato presumió en Tercer Grado; la precisión, establecer cuál es el límite para ser joven, en virtud de que, de acuerdo con la definición filosófica “la juventud es un estado de ánimo”; de igual forma se reservó un porcentaje para candidaturas indígenas, también sin precisar los requisitos para ser considerado “indígena” -o bastará parecerse a “Don Corleone” Gómez Villanueva o a “Juaritos” Ramírez-; ya como fin de fiesta introdujeron la figura de gobiernos de coalición y la creación de un catálogo de “llamadas a misa” que responderá al nombre de Código de ética.

Por su parte y como debía ser, aprobadas las reformas por unanimidad y al gusto de quien dirige el partido,el administrador en turno se mostró optimista y decidido a ganar la presidencia de república el próximo año derrotando a la “mafia morena” de enfrente, al respecto argumentó: “Para asegurar que no haya retrocesos en el país, tenemos una gran responsabilidad, detener el populismo autoritario, ¡Este es un partido político ganador! Que no quede duda, con el voto mayoritario, el PRI seguirá gobernando la república”.

Y como “joya de la corona”, para cerrar con broche de oro, llegó el esperado discurso del primer priista del país, quien dejándose querer, ovacionado y requerido para las selfies, expresó lo que todos querían escuchar, un posicionamiento frente a Morena y el Frente Opositor que está perfilándose “Hoy la política y los partidos son cuestionados, hemos asumido costos en el camino, pero es lo que nos da autoridad moral. Hay quien le apuesta al caudillismo y a la división de los mexicanos. El PRI defiende las causas de México, mientras otros se dedican a defender sus posiciones antes que sus convicciones”, expresó. 

Como se advertirá, en su disciplina y en su autocomplacencia el PRI mantiene su mayor fortaleza y debilidad; sin duda su Asamblea marca rumbo y lo cohesiona internamente; por lo que se advierte de cara al 2018 se perfila una elección en tercios.

Alguien puede asegurar que esto ya esta decidido?.

RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / @rcastellanoh