Por amor a Oaxaca: Raúl Castellanos

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Oaxaca de Juárez, la capital de nuestro estado, es el centro de resonancia de todas las expresiones de nuestra mágica entidad. Lo mismo de la pluralidad política y social que de las culturales, en sí misma nuestra ciudad es la representación más acabada del arte, desde la culinaria hasta su majestuosa arquitectura; aquí confluyen músicos, poetas, la danza, y qué decir de nuestros creadores gráficos, quienes con sus obras están presentes en todo el mundo.

En lo personal, con orgullo inmenso afirmo que es la tierra en que nací, me formé y sin duda reposaré cuando llegue el momento de partir. Lo he dicho siempre, la Ciudad de Oaxaca es mi musa eterna; en mi infancia me recuerdo convocado por el Padre José Miguel Pérez García, fundador de la Ciudad de los Niños, a formar parte de los monaguillos que acolitaban la misa de ocho los domingos y el rosario por las noches; los 31 de agosto, Día de San Ramón, era impresionante ver desfilar a los animales rumbo al templo de La Merced a recibir la bendición.

De aquella Ciudad de Oaxaca, evoco nuestras escapadas en bicicleta por los sembradíos de alfalfa en la Noria. Ya en la preparatoria, al salir de clase de doce, jugar una cascarita en el Venustiano Carranza o ir a pescar charales a las lagunas de Ixcotel; las excursiones a San Felipe nos hacían sentir escaladores de grandes montañas; y en la época de exámenes ir a estudiar a los viveros para después cortar elotes y asarlos era clásico, como también ir a estudiar por las noches al Zócalo para en la madrugada degustar un café en la Lonchería Los Pinitos, que se encontraba en la esquina de Armenta y López frente a la Farmacia de la Cruz Roja.

El tránsito por la Universidad fue determinante en nuestra formación y estado de ánimo por siempre frente a la vida; la vivencia de la Semana del Estudiante, los bailes de la Samaritana y el Sábado de Gloria en el patio central, los Viernes del Llano; y por supuesto nuestras primeras incursiones en la política estudiantil; el movimiento del sesenta y ocho que marcó rumbo y destino en nuestra Alma Mater, culminando con el privilegio de haber encabezado, en mi condición de Presidente de la Federación Estudiantil, la conquista de la Autonomía de nuestra Universidad, desde entonces, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

Autonomía y Reforma Universitaria que no hubiera sido posible sin la unidad de los líderes de todas las Escuelas y Facultades y sin la voluntad política de tres Rectores, que desde las posiciones que ocupaban fueron determinantes: Fernando Gómez Sandoval, Agustín Márquez Uribe y Rubén Vasconcelos.

Vinieron años de ausencia, hasta que mi entrañable amigo Ildefonso Zorrilla me invitó a ser Subsecretario de Gobierno. Luego en 1992 decidí aceptar la invitación del Ingeniero Cárdenas y de Porfirio Muñoz Ledo para ser candidato al gobierno de Oaxaca; larga historia que algún día espero escribir. En 1995, siendo Diputado Federal, disputé por primera vez la Presidencia Municipal de nuestra Ciudad; en el ámbito del periodismo y de las ideas fundé el Semanario “Regeneración” y consolidé mi gusto por escribir. Ya en este siglo, dirigí la Televisión de los Oaxaqueños, fui Secretario Ejecutivo de la Comisión Organizadora de los Festejos del Bicentenario del Nacimiento del más Universal de los Oaxaqueños, Oficial Mayor del Congreso del Estado y Coordinador de Comunicación Social. Luego vino mi tránsito por mi Gulag.

Hoy, en medio de la crispación política imperante, por amor a Oaxaca, un grupo de mujeres y hombres que amamos esta Ciudad decidimos aceptar la invitación del Partido Nueva Alianza para competir por la Presidencia Municipal. Teresa Villafuerte –contadora fiscalista-, Guadalupe Zarza Briseño –empresaria-, María Blanco Sarmiento Reyes –empresaria exportadora-, Helena Iturribarria Rojas –investigadora ambientalista-, Teresita de Jesús Heredia –ex Consejera Electoral-, Luz María Pérez López –contadora-, Margarita Beatriz Meza García –empresaria-, Josefina Castillo –ama de casa-, Gilberto Ramírez Melgar –Ingeniero-, Fernando Andriacci –creador gráfico, escultor-, Rogelio Chagoya –Notario Público- José Antonio Moreno Toro –abogado penalista-, José Alfredo González Hernández –ex Agente Municipal-, Gerardo Castellanos Bolaños –cronista de la realidad oaxaqueña-, Diego Iván Ruiz Martínez –estudiante y defensor de la diversidad sexual y de los Derechos Humanos, Juan Carlos Bolaños Correa –abogado-, Jacob Alan Ruiz –activista en la lucha contra el Sida- y Jorge Mauricio Bolaños Bermeo –arquitecto-. Integramos este esfuerzo.

Oaxaca de Juárez es Patrimonio Cultural de la Humanidad, no de intereses ni grupos. Es el epicentro de la riqueza identitaria de la Nación y en consecuencia una de las zonas metropolitanas con mayor potencial turístico del país. No obstante, maximalismos y controversias imponen nuevos retos para consolidar demandas legítimas de sus habitantes y cambios en el andamiaje institucional. Es urgente el impulso decidido de una agenda movilidad que empodere al peatón y al transporte no motorizado; la contaminación nos acecha y es necesario implementar políticas públicas que enfrenten el cambio climático.

Hay que continuar con el rescate de la identidad de nuestros barrios y colonias como componentes generadores de capital social para el combate a la violencia y mayor seguridad. Consolidarla como Centro Universal de las Artes, reivindicando el enorme talento, imaginación y creatividad de nuestros creadores gráficos, músicos, poetas, la danza y el teatro, ligada a una estrategia comunitaria de rescate de espacios públicos. Reforzar el poder municipal para revertir el crecimiento desordenado de la mancha urbana a través de políticas de ordenamiento territorial, revisión de la estructura catastral y perímetros de contención que orienten un desarrollo sustentable que garantice el Derecho a la Ciudad de todos sus habitantes.

Asimismo, nuestra Ciudad tiene la categoría y autoridad histórica para ser escenario no sólo de la riqueza cultural del Estado, sino del diálogo de los grandes temas, producto de la pluralidad política, respetando diferencias y buscando puntos de encuentro. Los recintos de nuestra capital deben abrir sus puertas al debate de nuestro presente y futuro, así como de la memoria de lo vivido. Convoco a la firma de un Pacto de Civilidad entre las candidatas y candidatos de las fuerzas políticas que habremos de participar en esta fiesta de la democracia. El respeto al disenso y al diálogo franco debe ser el eje rector de la contienda electoral.

Una Ciudad abierta a todos solo es posible si la construimos los ciudadanos, desde abajo, escuchando todas las voces: ¡POR AMOR A OAXACA!

¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?

https://youtu.be/vh_qqoNRKSM

RAÚL CASTELLANOS HERNÁNDEZ / @rcastellanosh