Plan estatal de desarrollo 2011-2016 (segunda parte): Isaac Leobardo Sánchez Juárez*

Print Friendly, PDF & Email

La semana pasada que presenté mi primer artículo sobre el Plan estatal de desarrollo, tremenda sorpresa me llevé al ver que otros analistas, particularmente políticos, también lo hicieran. Y la sorpresa fue mayúscula porque para poder entenderlo y en su caso criticarlo decidí tomarme un tiempo y leerlo con calma, mientras estos compañeros de la pluma me parece que sin hacer una lectura completa del documento, un tanto por la flojera de leer tantas páginas, se fueron por la vía rápida de la descalificación, señalándolo como académico y con poco rigor, lo que contrasta con lo primero, en fin, me parece (puedo estar equivocado) que no lo leyeron bien y como buenos comentócratas decidieron tomar el camino fácil y sólo echarle una ojeada para terminar diciendo aquello que ya tenían preconcebido.

Ahora bien, reconozco que el actual gobierno genera muchas dudas y que cualquier cosa que haga debe ser vista con desconfianza, los primeros meses de gobierno han sido un desastre, lleno de “inocentadas” y novatadas, las cuales pueden ser intencionales, producto de una clara incompetencia o bien de la mala fe que tienen algunos interesados en lograr que este gobierno fracase. También puede ser que no funcione un gobierno de coalición por la diversidad de intereses que representa, tal y como la teoría de la elección pública lo indica.  

Haciendo a un lado lo anterior, como le informé en mi participación de la semana pasada, el Plan es un documento que se construyó sobre la base de cuatro políticas transversales y cuatro ejes principales. Uno de los ejes que más despertó mi interés y en el que concentré mi lectura fue el correspondiente al crecimiento económico, competitividad y empleo. Apunté mis energías a analizar la forma en la que las autoridades planean hacer de Oaxaca un estado con un mayor crecimiento económico, tarea nada sencilla por los frenos de carácter externo, pero particularmente los internos. Debo decir que exponer el contenido del Plan en esta materia es clave para luego reclamar a los funcionarios si no se trabajó para el logro de los objetivos propuestos.

De entrada, el documento explica que el PIB per cápita del estado está bastante lejos del valor nacional en 2010 (47,240 pesos contra 101,520 pesos). Reducir la brecha implica un mayor crecimiento económico y previo a esto se requiere un diagnóstico apropiado. El Plan indica de forma acertada que entre las principales causas del rezago se encuentran las deficiencias en infraestructura y servicios asociados a la producción, lo que repercute en altos costos al sector empresarial; las graves carencias educativas y en materia de salud, que se reflejan en una escasa e inadecuada formación de capital humano; la baja competitividad y el clima de negocios desfavorable, que se traducen en una reducida capacidad para atraer y retener inversiones productivas; así como las políticas públicas desarticuladas y la ausencia de apoyos eficientes para impulsar el crecimiento de los sectores productivos, en especial de aquellos con alto potencial.

Otra explicación del bajo crecimiento que da el Plan, es la ausencia de innovación tecnológica, en Oaxaca no existe una estrategia encaminada a generar innovaciones que impacten en la productividad del sector empresarial. Ejemplo de ello es que durante 2010, la entidad recibió recursos por sólo 10.8 millones de pesos del Programa de Estímulos a la Investigación, Desarrollo Tecnológico e Innovación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, ubicándose en el lugar 29 entre las entidades del país.

El Plan también diagnóstica atinadamente que el bajo crecimiento se debe a la ausencia de un marco institucional adecuado, el estado requiere un marco normativo para hacer negocios. Se destaca que entre otros elementos están ausentes las asociaciones público-privadas y existen serias debilidades en los registros públicos de propiedad y de comercio. Además, el desarrollo de un nuevo institucionalismo en lo económico, requiere de la participación de todos los actores para su pleno respeto.

El Plan también advierte que para atraer inversiones y fomentar la producción, es necesario contar con un  entorno de paz, de legalidad y de respeto a los derechos y propiedades de las personas y las empresas. Insiste en la necesidad de dar certidumbre y confianza a las inversiones, algo que insistentemente un servidor ha realizado en esta columna. El Plan considera que todos debemos de cooperar para el crecimiento y aunque es fácil decirlo, es difícil lograrlo, porque precisamente las profundas diferencias existentes en la entidad implican que cada grupo tiene intereses diferentes. El reto consiste en convencer a esta diversidad de las bondades que tendría un mayor crecimiento económico.

Para terminar, indicaré cuales son, de acuerdo al Plan, las cuatro estrategias a seguir para lograr que se incremente la inversión y fomentar la producción. La primera estrategia propuesta consiste en facilitar el acceso al financiamiento para las micro, pequeñas y medianas empresas. La segunda consiste en el impulso a los mecanismos de capacitación, asistencia técnica, consultoría y emprendimiento, para mejorar la productividad de los trabajadores y la competitividad de las empresas. La tercera consiste en el impulso a la innovación y la transferencia de tecnologías en sectores y ramas de alto potencial. La cuarta consiste en fortalecer los mecanismos para la atracción, ampliación y retención de inversiones.

Si lo deseas, sígueme en twitter:

@tiempoeconomico

* Profesor-investigador de la UACJ, doctorado en estudios del desarrollo regional.