¡Perdónalos, porque saben que destruyen a Oaxaca!: Alfredo Martínez de Aguilar

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El viernes santo se conmemora la muerte de Jesús, en el paraje ‘La Calavera,’ en el que fue crucificado junto a los ladrones, Dimas a la derecha y Gestas a la izquierda. ¡Consummátum est!

Poco se observa el entorno de las últimas palabras de Jesús: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Y los soldados echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos, Lucas 23:33-34.

Más de dos mil siglos después los sacerdotes que le traicionan por su desmedida ambición al poder terrenal y al dinero, sus  soldados, siguen repartiéndose entre sí los vestidos de Jesús.

Ahí está el padre guerrillero Uvi, Romualdo Francisco Wilfrido Mayrén Peláez, dividiendo y enfrentando a los feligreses de su antigua parroquia Santiago Yaitepec y Santa Catarina Juquila.

A lo largo de la historia de Oaxaca la ambición desmedida de algunos oaxaqueños ha sido detonada por la perversidad que les caracteriza sin importarles destruir a la Gran Señora del Sur.

Y no se trata solo de actores políticos de todos los partidos, sino también de perversos y pervertidos jerarcas y sacerdotes de la Iglesia Católica, cuyo pecado menor es ser “garañones”.

Unos y otros, alertamos, pusieron en marcha una nueva conspiración para mantener en su poder el control político y presupuestal de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.

Así lo confirma la solicitud de ese organismo para inhibir a los medios de comunicación con el pretexto de “conducirse de manera plural al informar sobre la reactivación del bloqueo de Yaitepec a Juquila, a fin de coadyuvar a que no se abone más al conflicto y se permita a las autoridades llevar a cabo su trabajo”.

Para los curas guerrilleros Romualdo, Francisco, Wilfrido Mayrén Peláez y Arturo Lona Reyes, escribimos el 12 de marzo; así como para Salomón Jara y Flavio Sosa, la Defensoría, bien vale una masacre.

Y para el nuevo baño de sangre el pretexto es el conflicto entre Santiago Yaitepec y Santa Catarina Juquila, amén de apoderarse del multimillonario negocio de las limosnas de El Pedimento.

Confluyen otras manos negras que avivan el conflicto con intereses político-económicos como las del presidente municipal de San Pedro Mixtepec, Fredy Gil Pineda Gopar. Los extremos se tocan.

El enfrentamiento que viene es el instrumento ideal para presionar y chantajear al Gobierno de Alejandro Murat y obligarle a negociar el presupuesto de la Defensoría de los Derechos Humanos.

Con la perversidad de los curas guerrilleros seguidores de la Teología de la Liberación en la Región Pacífico Sur de la Iglesia Católica, Uvi y Lona, eligieron el Santuario de la Virgen de Juquila.

¿Pero, en realidad, solo está en disputa el reparto del botín de alrededor de 200 millones de pesos de las limosnas de aproximadamente dos millones y medio de peregrinos que visitan el santuario al año?

Si el filósofo y matemático griego Pitágoras no se equivoca, basta que los 2.5 millones de peregrinos den una limosna mínima de 100 pesos en El Pedimento para sumar 250 millones de pesos anuales; y muchos dan más de esa cantidad.

Reportes de inteligencia revelan que, además, está en juego la rebatinga por el probable lavado de dinero de las limosnas, ya que solo se reportan al SAT ingresos anuales de entre 12 y 20 millones.

Al mismo tiempo, está en disputa el control del cultivo y venta de amapola más que de marihuana en la región de la Sierra Sur, y donde se cultiva amapola se construyen laboratorios de heroína.

A nuestra alerta sobre la masacre que viene entre Yaitepec y Juquila, Carina García precisa en el portal Libertad Oaxaca que los habitantes están dispuestos a enfrentar a grupos de sacerdotes y políticos que han desestabilizado Juquila.

El hartazgo y desesperación por el estado de sitio que viven desde hace varios días podría llevar a los habitantes de Santa Catarina Juquila a desalojar a sus vecinos de Santiago Yaitepec, además de enfrentar al grupo de sacerdotes y expolíticos que se encuentran detrás de esta problemática.

De acuerdo a versiones extraoficiales la noche del pasado miércoles se escucharon detonaciones de armas de fuego, incluso, se había dado a conocer que un elemento policíaco había sido herido, sin embargo, las autoridades no han confirmado estos hechos.

Esa misma noche, habitantes de Juquila realizaron una asamblea en donde no descartaron un desalojo ante la situación que se originó por los atrasos y la falta de seguridad para realizar los trabajos de medición y deslinde de los límites de tierra de ambas comunidades.

Durante esa reunión, se evidenció que el grupo que los mantiene secuestrados no rebasa las 200 personas que son encabezadas por el párroco Romualdo Francisco Wilfrido Mayrén Peláez conocido como “el padre guerrillero”, por sus presuntos nexos con grupos armados.

Además del exlíder de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y exdiputado local, Flavio Sosa Villavicencio, y el rector del Santuario de la Virgen de Juquila Jacinto López, entre otros.

La verdadera razón es la disputa de los más de 12 millones de pesos de limosnas que genera el lugar religioso denominado “El Pedimento” por la visita de dos millones y medio de peregrinos.

Debido a la problemática, las autoridades han habilitado una serie de brechas para llegar hasta este lugar que es uno de los más importantes de la ruta de la fe en el país.

A ello obedece la perversa maniobra de echar gasolina al fuego al conflicto entre Yaitepec y Juquila, a pesar de la firma de un Acuerdo de Paz con el Gobierno de Alejandro Murat Hinojosa.

Es la razón de la radicalización de Santiago Yaitepec que obligó a sus vecinos de Santa Catarina Juquila a retener al Comisionado de la Policía Preventiva Estatal, José Sánchez Saldierna.

Ciertamente, no es nada nuevo en la Tierra del Sol en la que Dios nunca muere, pero los curas y agitadores incendiarios de la Cuarta Transformación aprovechan los vacíos de gobernabilidad.

Por falta de recursos o por conservar la “chamba”, inexplicablemente el Secretario General de Gobierno, Héctor Anuar Mafud, por complicidad o complacencia, deja hacer y deja pasar.

Extraña actitud del tres veces responsable de la política interior del Estado, porque enfermo como está Héctor Anuar Mafud, debiera tener como prioridad triple A, cerrar con broche de oro su vida.

Indispensable es recuperar la memoria histórica para no tropezar con la misma piedra. Las traiciones y las complicidades tienen, desde luego, vieja data en Oaxaca desde hace medio siglo.

La caída del gobernador Manuel Zárate Aquino, provocada por el alcohólico Secretario de Gobernación, Jesús Reyes Heroles, entronizó la administración de los prefabricados conflictos.

Con la consumación de la traición a Oaxaca y a los oaxaqueños treparon al poder los arribistas “gitanos”, “mangudos” y “extraditables”, izquierdistas burgueses del echeverrismo populista.

Obtuvo carta de naturalización la anarquía como principal fuente de riqueza mal habida en el gobierno, desde el gobierno y en contra del gobierno, a través de la industria del chantaje.

Sentó sus reales la creación de los conflictos político-sociales y su administración para ostentarse como el gran solucionador de los mismos y preparar el arribo de Heladio a la gobernación.

Se dio así el punto de quiebre que ha conducido a la actual debacle en la que, después de 42 años, se siguen administrando los conflictos político-sociales en Oaxaca en perjuicio de los oaxaqueños.

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila