¿Otra Década Perdida? ¿Un Nuevo Estado Fallido? ¿Otra Generación Perdida?: Armando Navarrete Cornejo

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Con afecto y esperanza en

los Jóvenes y Estudiantes del

Movimiento de Regeneración Nacional

 

En 1999 la población del mundo alcanzó los 6.000 millones de personas y a 12 años de distancia esa cifra pasó a 7.000 millones de habitantes. Este sorprendente crecimiento demográfico anual de 83 millones de individuos se ubica como el más acelerado de la historia. Sin embargo, “desde 1980 el mayor crecimiento se ha concentrado en los países más pobres, lo que dificulta la erradicación de la pobreza” y, según Naciones Unidas, para desgracia de todos, el 48% de la población mundial vive con menos de dos dólares al día. Éste dato es crucial, habida cuenta que desmiente de manera tajante las estadísticas oficiales que, en el caso de México, pretenden ocultar el desalentador panorama de la desocupación, la gravedad de la economía informal y, sobre todo, la desesperante y peligrosa miseria de los millones de mexicanos del medio urbano, el campo y los pueblos indígenas que subsisten con menos de un salario.

Pero sigamos en el mundo, donde el número de desempleados está en su máximo nivel histórico al rebasar los 211 millones, y la generación de puestos de trabajo se estancó desde hace más de una década, cuando globalmente se necesitarán 470 millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos 10 años, tan sólo para mantener el ritmo de crecimiento, según reporta la Organización de Naciones Unidas. En América Latina el porcentaje de personas autoempleadas (aquellas que se desempeñan en negocios familiares) aumentó de 31 a 32% entre 2008 y 2009, pero también creció lo que la ONU llama ‘trabajadores pobres’ (los que tienen un “empleo” y ganan menos de 1.25 dólares diarios), cuyo indicador se incrementó a 8.0% en 2009. A nivel global, el número de personas que subsisten con menos de 1.25 dólares al día disminuyó de 46% en 1990 a 27% en 2005, y se espera que se reduzcan a 15% para el año 2015. Pero en América Latina y en México este vergonzante problema crece¡ 

Por si fuera poco, el Centro de Desarrollo de la OCDE destaca que en América Latina la cobertura de los regímenes de protección social sigue siendo baja, muy inferior al 50% de los trabajadores. La estructura dual de los mercados laborales de la región contribuye, en parte, a explicar este fenómeno, ya que la informalidad laboral es elevada y la mayoría de éstos trabajadores cotizan irregularmente, si es que llegan a cotizar, quedando por tanto sin acceso a las redes de seguridad social.

Por su parte, la Organización Internacional del Trabajo afirma que los jóvenes de los países industrializados sufren una alta tasa de desempleo, creciente inactividad y trabajo precario, mientras que en las naciones en desarrollo aumenta la cantidad de los que viven en la pobreza. En el informe “Actualización de las Tendencias Mundiales del Empleo Juvenil, 2011”, la OIT subraya que la “mala suerte de esta generación que ingresa al mercado laboral marcada por el desempleo, podría tener consecuencias a largo plazo en términos de salarios más bajos y desconfianza en el sistema político y económico”, indicando que la frustración colectiva de los más de 75 millones de jóvenes ha sido uno de los factores que han contribuido al surgimiento de los movimientos de protesta en los años recientes, cuyo  desempleo juvenil alcanzó en 2010 un 12.7% a nivel global, existiendo un alto riesgo de que exceda el 15%. Estamos pues ante la posibilidad de reacciones impredecibles de la población depauperada, marcada por una peligrosa mezcla entre desocupación, inactividad y trabajo precario.

Esta delicada situación motivó a la OIT a sugerir “un pacto mundial para el empleo que apunta a colocar la creación de empleo y la protección social en el centro de las políticas de recuperación”, buscando evitar que se repita la crisis del 2009, que registró el peor resultado en materia de creación de empleo a nivel mundial, alertando que la fuerza laboral a nivel mundial se expande a una tasa promedio del 1.6 %, lo cual equivale a 45 millones de personas ingresando al mercado de trabajo cada año, y se requerirá la creación de cerca de 300 millones de empleos entre 2009 y 2015, sólo para absorber el crecimiento de la fuerza laboral de ese periodo.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe dio a conocer un estudio que muestra una disminución en el número de pobres en la región (entre 2006 y 2008), excepto en México, país que registró un empeoramiento en la situación de la pobreza, ya que en 2008 alcanzó a 34.8% de la población, unos 37 millones de mexicanos, y hoy (2011) se habla de 45 millones de menesterosos. Cifra evidentemente contrastante con el desempleo en la región, que llegaría, según la CEPAL, a unos 17 millones de personas en 2012 y su encargado en estos temas aseguró que es muy difícil que este año la desocupación baje.

Esta situación mundial, Latinoamericana o nacional, debe alertar a la clase gobernante, especialmente a quienes no acatan la potestad popular otorgada por el voto ciudadano, so pena de ser los directamente responsables de conflictos sociales agravados. Porqué la negativa sistemática a desestimar reflexiones y propuestas como esta: “A cada paso que dan la violencia e inseguridad en México, la precariedad del empleo le pisa la sombra. De acuerdo con el estudio “México 2011: el corolario de una nueva década perdida”, el crimen ha generado un círculo vicioso en los sectores del trabajo que se avizora más negro aún en el actual clima de desaceleración económica. ¿No es esto un llamado de atención para replantear estrategias o innovar en las practicas de gobierno?

En ese estudio, elaborado por el Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tec de Monterrey, Campus Estado de México, se expone que hay un vínculo directo entre el aumento de denuncias por delitos del fuero común respecto de la subocupación, la informalidad, el desempleo, la pobreza y la precariedad del empleo. Según la investigación, hay una correlación de más de 70% entre los casos de violaciones a la ley y la falta de trabajo, así como en el número de personas que buscan un segundo empleo. Entre economía informal e inseguridad hay un vínculo superior a 80%. Lo mismo sucede en el caso de la pobreza y la informalidad, con una relación de más de 85 por ciento.

Otra década perdida como le llama el TEC de Monterrey? YA NO¡ Un nuevo Estado Fallido, como le ha denominado al de México la intelectualidad o la gente común y corriente después de que Rodolfo García Zamora de la Red Internacional de Migración y Desarrollo, e investigador adscrito a la Universidad de Zacatecas,  se quejara de la falta de condiciones para salvaguardar la integridad física y los derechos humanos de los migrantes? TAMPOCO¡  MENOS AÚN debemos permitir que en el país se presente una generación perdida como en Grecia, llamada así por Savvas Robolis, Jefe del Instituto de Investigación del Sindicato General del Trabajo Griego, ante la desesperada emigración de los trabajadores de esa nación agobiada por el capital trasnacional, la desocupación y la pobreza.

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