Migración y tráfico de armas: Luis Murat

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A pesar de que las autoridades de Gobernación y de Exteriores trataron de convencer a la opinión pública de que México no desempeñaría el papel de Tercer País Seguro en la crisis migratoria de Centroamérica, la realidad es diferente a los argumentos oficiales.

Recordemos, Estados Unidos, ante la negativa del gobierno mexicano a desempeñar la tarea, pidió al Gobierno del Salvador, que asumiera el papel de Tercer País Seguro. El Presidente, Nayib Bukele, aceptó de inmediato la solicitud del Presidente Donald Trump, pero sucedió que el Congreso de El Salvador dijo ¡No!

De manea que la situación migratoria quedo en el limbo. No obstante, las presiones contra México se iniciaron después de la negativa del Congreso del El Salvador; basta recordar las amenazas de Trump en el sentido de que aplicarían tarifas arancelarias a los productos mexicanos de exportación, si el gobierno de México continuara permitiendo la migración indiscriminada en la Frontera Sur de su territorio de miles y miles de refugiados que, por momentos, rebasaron a las autoridades migratorias mexicanas.

La situación centroamericana se volvió incontrolable, centroamericanos, caribeños y africanos se abalanzaban en la frontera mexicana para ingresar a México; y lo peor fue que se perdió el control sanitario, tanto así, que hubo brotes de enfermedades como el caso del sarampión. Por fortuna, México tiene una formidable experiencia en el control de epidemias y pandemia, y el contagio pronto se controló.

No así las amenazas de quien ahora enfrenta graves acusaciones que lo llevarán a un juicio político muy pronto. En efecto, Donald Trump exigió a Mexico el inmediato control de su Frontera Sur.

Las autoridades mexicanas ante el temor de la aplicación de aranceles a sus productos, decidieron actuar y asumir el control fronterizo, enviando a la Frontera Sur y a la Frontera Norte 26 mil soldados del Ejercito, Guardia Nacional y Policía Federal, a fin de recuperar el control, y poner coto a la migración ilegal de centroamericanos y africanos hacia Estados Unidos, que cruzaban a través de territorio mexicano, así como detener a las bandas de tratantes de personas que cobran hasta 15 mil dólares por migrante que trasladaban de Centroamérica a Estados Unidos.

Sin embargo, la Frontera Norte continua siendo porosa lo cual afecta a México, en lo que se refiere al contrabando de armas de uso exclusivo del ejercito. Armas de muy alto calibre que han hecho que en nuestro país se haya alterado la seguridad la violencia a manos de los cárteles de la droga que se enfrentan a menudo por el control de territorios para el trasiego de la droga.

En ese sentido, es ahora el turno del gobierno de Estados Unidos para imponer un férreo control del ilícito comercio de tráfico de armas en su Frontera Sur, al igual que México lo hizo en su Frontera Sur con positivos resultados migratorios para Estados Unidos.

En ese sentido, el “te doy y me das” se impone en momentos graves para la seguridad de nuestro país. Con estas razones las autoridades mexicanas de Seguridad encabezadas por la Secretaría de Exteriores presentó, la semana pasada, en una reunión de alto nivel con sus homólogos estadounidenses, (Ganseg, un mapeo de los puntos fronterizos claves por donde ingresan las armas a México, estableciendo cuales son las redes de venta, distribución e introducción.

En la reunión se hizo hincapié, la elevada capacidad de fuego de los cárteles, que es abastecida por el tráfico de armas provenientes de Estados Unidos. Este poder se ejemplificó con dos hechos de violencia recientes, Culiacán, y el asesinato de nueve integrantes de la familia Le Baron en la frontera Chihuahua-Sonora.

En la propuesta de México se incluyen 58 cruces fronterizos en los que se instalaría tecnología de punta, empezando en puntos geográficos estratégicos: San Diego—Tijuana, El Paso—Ciudad Juárez, Laredo—Nuevo Laredo, McAllen—Ciudad Reynosa y Brownsville—Matamoros.

Por su parte, la Delegación de Estados Unidos se reservó el derecho de consulta, a fin de estudiar la propuesta de México, y dar pronta respuesta, a fin de poner fin al más criminal de los comercios ilícitos como es el tráfico de armas que permiten a los grupos criminales violentar el Estado de Derecho y la seguridad de millones de personas en México. Veremos si la Asociación Nacional del Rifle les da permiso de controlar el criminal tráfico de armas.

Es ahora el turno de Estados Unidos para asumir el control de su Frontera Sur, porque México esta cumpliendo su compromiso.

¡Quid Pro Quo!, vecinos.

@luis_murat

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