México, con alto riesgo económico: S&P

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Standard and Poor’s (S&P) incrementó su clasificación de riesgo económico para México, debido a sus bajos niveles de ingresos y a su vulnerabilidad a los ciclos económicos de Estados Unidos. 

 

 

De acuerdo con la calificadora, estos factores contribuyen a que la evaluación de resistencia económica de México sea relativamente débil, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita mexicano, de menos de 10,000 dólares, reduce la flexibilidad de fondeo y fiscal del país.

S&P dijo que mantiene su Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA, por sus siglas en inglés) correspondiente a México en el grupo 4. Al mismo tiempo, revisó su clasificación de riesgo económico a 5 de 4 y asignó su clasificación de riesgo de la industria de 3.

Los grupos del BICRA resumen la opinión de la agencia acerca del riesgo que un banco enfrenta al operar en un país específico y su sistema bancario en comparación con los sistemas financieros de otros países. La escala de los grupos va de 1 (el de menor riesgo) a 10 (el de mayor riesgo).

La clasificación de riesgo económico de México, en el nivel 5, refleja una evaluación de ‘riesgo elevado’ para su resistencia económica y para el riesgo crediticio en la economía y un ‘riesgo muy bajo’ en términos de desequilibrios económicos, de acuerdo con la definición de sus criterios.

Aunque la economía mexicana tiene un buen grado de orientación de mercado, los vínculos de México con EU -con un 80% de exportaciones, turismo y remesas-lo colocan en una posición vulnerable a los ciclos económicos de ese ´país.

El moderado crecimiento del PIB, pasado y proyectado, bajo nivel inflacionario promedio de 4.5% desde 2002, una política cambiaria de flotación libre que respalda la estabilidad financiera, y el historial de una política macroeconómica estable, son factores que apuntalan el fundamento económico más firme de México, en comparación con la década pasada.

En cuanto a los desequilibrios económicos, S&P mencionó que su BICRA incorpora un ‘riesgo muy bajo’. México ha experimentado un aumento promedio anual bajo, de 0.42%, en los precios reales de la vivienda en los últimos cuatro años y no espera que los precios de los bienes raíces aumenten a un nivel que ponga en riesgo al sistema bancario.

La calificadora estima un crecimiento moderado en el PIB real y el aumento de un dígito para el crédito. De esta manera, es probable que se mantenga estable el crédito interno al sector privado como participación del PIB en aproximadamente 24%, de los más bajos de América Latina.

El déficit en cuenta corriente fue de 0.5% del PIB en 2010, y proyecta que se ampliará moderadamente a 1% del PIB, aproximadamente, en los próximos dos años. Los moderados déficits de la cuenta corriente continuos yreservas internacionales de más de 130,000 millones de dólares a octubre de 2011 respaldan las necesidades de liquidez externa del país.

Su evaluación de ‘riesgo elevado’ del riesgo crediticio considera el bajo PIB del país, que en su opinión limita la deuda del sector privado y la capacidad de endeudamiento. Esto es evidente a partir del bajo índice de crédito interno a PIB en el país.

Los estándares de originación y otorgamiento de crédito se han vuelto más conservadores, y han bajado los activos problemáticos del sistema. La calificadora considera que el mejor, pero aún inadecuado manejo de créditos personales de la población y algunas lagunas en el marco legal, siguen generando riesgo crediticio en el sistema.

S&P precisó que su clasificación de riesgo de la industria para México es 3, y refleja su evaluación de ‘riesgo intermedio’ para su marco institucional y de ‘riesgo bajo’ para su dinámica competitiva y fondeo del sistema, acuerdo con la definición de nuestros criterios.

El marco institucional para los bancos en México ha mejorado de manera sustancial desde la ‘Crisis del Tequila’ de 1994 y está acercándose cada vez más a estándares internacionales. Sin embargo, no consideró que la regulación bancaria mexicana sea más conservadora en comparación con tales estándares.

En México, cinco bancos de propiedad extranjera representan 70% del total de activos, lo que crea una barrera alta de entrada y, por lo tanto, no se ve probable un cambio material en el perfil competitivo.

CNN