Me laten para las diputaciones: Horacio Corro Espinosa

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10-horacio-corroMe laten para las diputaciones, es de lo que la gente habla en este momento.

Lo que debería ser una cuestión de importancia estatal (de hecho, lo es) está reducida a un pachanguero juego de azar que ha venido a sustituir a los pronósticos, melate, revancha, revanchita, progol, ráscale, tris, chispazo, pro touch,  gato, raspaditos, etc.

Un ejemplo: lo estamos viviendo. Todo mundo juega a los pronósticos políticos. En cualquier restorán, cantina, boda, bautizo, actos cívicos, es más, hasta en los expendios de “masaje y sauna”, se han convertido en lugares propios para asegurar y presumir que se sabe quiénes serán los buenos para la próxima legislatura federal. La cosa es que casi todos demuestran tener en su casa una  bolita de cristal.

En todas partes, por las pláticas de la gente, uno es orillado a participar  en sesiones políticas de serpientes y escaleras. Si aquí dicen que fulano llega al número cien de un solo tiro, allá aseguran que tiro por viaje va pa’tras y que su futuro será de chiras pelas, mueres de retacho.

Los de estrato económico alto o los del submundo, te pueden jurar que lo que te dicen es la neta de la información estrictamente oficial. A veces se avientan puntadas tan finas que el sastre más chipocludo se las envidiaría, por ejemplo: “Fulanito es muy inteligente, aunque, como todos ustedes saben, es maniático sexual.” Los que escuchan a este sabelotodo, desde luego que no ponen cara de sorpresa ni de molestia, sino de que ya lo sabían.

Hay otros que aseguran que el secretario tal, que aún no ha renunciado a su cargo, a la mera hora lo lanzaran sin hacer campaña, pues cuenta con el respaldo del mero mero.  O al menos, asegura otro de los que platican en círculo, que se interponga el Güero, quien tiene mucha influencia federal y la orden venga de mucho más arriba. Todos los ahí reunidos se quedan calladotes sin preguntar quién es el Güero, para no pasar como burros. Es más, hasta ponen cara de listos y de seres muy informados.

No cabe duda que cuando se habla del reparto de las diputaciones, es una verdadera pachanga. Medio mundo se siente cuatísimo de todos los que posiblemente ocupen una curul, y hasta prometen a sus cuates llevarlos a ocupar sitios envidiables, donde no contaran morralla, sino billetes.

Al sitio que uno acuda se escuchará decir al de junto el destino de los políticos que según andan sueltos. Ha habido pláticas callejeras que han llegado a los manotazos por querer imponer a uno de sus cuates.

Tal vez, es un buen momento para crear una especie de “melate”, pero político a nivel estatal. Les aseguro que dejaría muy buenas utilidades. Así que, sobre los papelitos se vaciarían las pasiones y se evitaría posibles enfrentamientos.

Twitter: @horaciocorro

Facebook: Horacio Corro

horaciocorro@yahoo.com.mx