Madres en crisis: Horacio Corro Espinosa

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 nota-58-770x470En varios países celebran el día de la Madre el 10 de mayo. Este homenaje comenzó en 1887, en los Estados Unidos. Después de ese año los países fueron adoptando diferentes fechas para enaltecer en vida o en recuerdo, a quienes dieron la gracia de vivir.

            La primera celebración del día de la madre en México fue el 10 de mayo de 1922. Desde entonces se desató el fervor y entusiasmo por esta celebración. Al pueblo se le dio esta fecha para “honrar” a la “progenitora”.

            La madre siempre ha sido la figura que ha podido salvar a un pueblo derrotado, resentido, dolido y tantas veces esclavizado. El mexicano ve a la madre como la protectora, la que da seguridad, el amor inconmovible. México, afirma Santiago Ramírez, se hizo un país madrista, porque la madre aparece en las más graves maldiciones y en las grandes exaltaciones, en una palabra: “es a toda madre”.

El insulto más terrible en México es acusar a alguien de que carece de madre. Y cuando a alguien se le arruina, se le destroza, se le liquida, dicen que “le dieron en toda la madre”. La mentira y la contradicción del mexicano surge cuando grita: “me importa madre”, porque para él, lo más importante en el mundo es la madre.

            La madre es el eje de la familia y la administradora del hogar mexicano. Para ella,  la crisis económica la ha llevado a la inquietud, a la zozobra, a la angustia y la desolación. A veces quisiera manifestarse, pero no se atreve porque en su interior y de manera tal vez egoísta, sólo le importan los suyos.

La madre crece de pesimismo a pesar de que la hiere la economía familiar. Vive en carne propia la inseguridad, la  crisis educativa, la cultural y hasta la ideológica.

            Sin embargo, las madres de todos los niveles económicos son homenajeadas de mil maneras, no sólo este día, sino los 365 días del año.

            Desde temprano muchos salieron a comprar flores para regalárselas, si bien le va a la madre, o sus cubetas u ollas para que les prepare a los hijos un rico pozole.

            Los que no tienen mucha facilidad de palabra para expresarle su amor, se lo dirán con algún producto que fueron a comprar por ahí. Desde luego que es la mayoría la que no sabe pensar ni decir “te quiero”, si no es con el objeto que simboliza todo el amor a la madrecita santa.

La televisión, el radio, los periódicos y demás medios ya hicieron su trabajo: se pasaron todo lo que va del mes anterior y éste, duro y duro para que festejemos a la señora de nuestros días.

            Tarjetas de todos colores, sabores, olores y hasta con música, acompañarán a cada regalo, en las cuales, bien pudiera escribirse el verdadero sentimiento hacia la madre, pero no lo harán en el papel, sino en el Facebook, para que todo mundo se entere que en realidad a la madrecita se le quiere, aunque ésta nunca sepa que hay un mensaje para ella en esa red social.

Hoy es 10 de mayo, y no faltarán grupos de mujeres y de hombres, principalmente candidatos,  que se las darán de filántropos o de mecenas, que aprovecharán para tomarse la foto con la madre más pobre, más amolada. O aquellos que con la lana del pueblo se pondrán a regalar máquinas de coser, estufas o planchas a nombre personal. Saldrán también los de las buenas conciencias, que acudirán a algún piso de hospital a regalar a la madrecitas enfermas unas marchitas rosas.

            Lo peor del asunto es que habrá señoras que de verdad se conmoverán hasta la lágrimas por ser madres sólo el 10 de mayo. Primero porque se sienten sinceramente halagadas con el regalo correspondiente y segunda, porque si no reciben el consabido presente, honestamente se sentirán indignadas ante tal olvido.

Twitter: @horaciocorro

Facebook: Horacio Corro

horaciocorro@yahoo.com.mx