Los Chimalapas en riesgo de perderse: Horacio Corro Espinosa

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10-horacio-corroNuevamente volvió a surgir el conflicto entre Chiapas y Oaxaca. Y ante tal situación, la LXII Legislatura del Estado, aprobó el jueves 27 de febrero, la creación de una Comisión Especial plural de diputados para dar seguimiento al conflicto limítrofe en la zona de los Chimalapas.

Desde el 2011 se agudizó el problema, pero este asunto viene desde hace más de 47 años.

Pero ¿por qué es tan importante la zona de los Chimalapas? Se preguntarán muchos de ustedes. Trataré de explicarlo breve y lo más claro que pueda.

La región de los Chimalapas todavía cuenta con la mayor extensión de selvas húmedas, bosques de niebla, bosques templados y selvas bajas.

Es un enorme pulmón verde donde existe una avifauna muy diversa. En cuanto a las aves recaudadas y observadas hasta la fecha, suman casi 500, lo cual representa el 44 por ciento de todas las aves conocidas en el país. En cuanto a la riqueza botánica, es de tal magnitud que está lejos pero muy lejos de que se logre clasificar toda la variedad de plantas que allí se encuentran. Y mucho más lejos está el que se descubra la utilidad que tienen para la medicina, la industria y la ciencia en general. En el mismo sentido, debe hablarse de la grandiosidad y de la variedad de anfibios, reptiles y mamíferos que en la misma zona se encuentran.

Chimalapas es un reino clave para entender la creación de muchas plantas y animales. Es por eso que despierta tanta indignación en los oaxaqueños las acciones provenientes de nuestro gobierno estatal, quien no ha sabido defender, con ese espíritu juarista el cual presume, 180 mil hectáreas del territorio oaxaqueño. A veces se nos dificulta hacer mediciones en hectáreas, pero convertidos a kilómetros equivalen a 1800 kilómetros cuadrados. Imagínense esos kilómetros en línea de un punto conocido a otro. Este ejemplo ya lo he mencionado en otras ocasiones, pero es el más gráfico que he encontrado.

Imaginen el zócalo de la ciudad de Oaxaca y el zócalo de la ciudad de México, vean esos dos puntos desde el espacio. Entre un punto y otro son 488 km sobre la Carretera federal. Es un recorrido aproximado de 5 horas 35 minutos. Ahora regresen del D.F. a la ciudad de Oaxaca. Acabaron de recorrer 976 kms. Que es paree si vuelven a hacer otra vez ese recorrido. ¿Cansados, agotados? Largo el camino, ¿verdad? Pues más o menos es la extensión de tierra que está en disputa.

Con este ejemplo, creo que ahora sí se pueden dar una idea de lo que está en riesgo para Oaxaca.

Tengo más datos: allí existen dos comunidades: Santa María y San Miguel, que en conjunto poseen casi 600 mil hectáreas, y dentro de Santa María, nace el Río Coatzacoalcos. Para conocimiento y orgullo de los oaxaqueños, déjenme decirles que de ahí sale el 40 por ciento del agua que consumimos los mexicanos. ¿Lo sabían?

En los últimos 50 años, el tema de los Chimalapas ha tomado mucha importancia porque es cuando se ha registrado la mayor invasión territorial y depredación de recursos por talamontes y ganaderos procedentes principalmente de Chiapas. Esta invasión y esta depredación son realizadas bajo la complacencia y el apoyo del gobierno chiapaneco y con el respaldo de varias instancias federales.

La constitución del estado de Chiapas de 1982 por el entonces gobernador, Juan Sabines Gutiérrez, padre del pasado mandatario chiapaneco, reconoció que los Chimalapas se encuentran en Oaxaca. En el artículo tercero del texto constitucional se establece la franja limítrofe en línea recta desde Cerró Martínez (punto donde se juntan tres estados: Oaxaca, Chiapas y Veracruz) hasta el cerro de la Jineta. Estos datos coinciden exactamente con la constitución oaxaqueña. Es algo así como una y otra pieza que al encajarlas empalman perfectamente para completar el rompecabezas.

Lo increíble del asunto, es que la Constitución chiapaneca fue modificada en sus límites con la intención de invadir el territorio oaxaqueño en los Chimalapas.

En 1978 los gobernadores de Oaxaca y Chiapas, Eliseo Jiménez Ruiz y Salomón González Blanco, se reunieron para destrabar un conflicto de talamontes chiapanecos quienes cerraron los caminos oaxaqueños con cadenas y candados con el fin de extraer maderas preciosas.

Después de aquella memorable reunión, 1978, ningún otro gobernador de Oaxaca como Pedro Vásquez Colmenares ni Jesús Martínez Álvarez ni Heladio Ramírez López ni Diódoro Carrasco Altamirano ni José Murat ni Ulises Ruiz, se preocuparon por la zona de Chimalapas. Ante esa desatención de más de 38 años, hoy, nuestro gobierno, el gobierno del cambio, el gobierno de Gabino Cué, parece que por descuidos intencionales, quiere poner parte de nuestro territorio en manos chiapanecas. Estas cosas, verdaderamente enojan.

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