Libro de Octavio Heredia Cruz sobre Arquitectura de la UABJO: Alfredo Martínez de Aguilar

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Sin duda, son geniales los oaxaqueños que deciden volar en las alas de la imaginación al dedicarse a trabajar con gran creatividad, no por algo Oaxaca, la Gran Señora del Sur, la Perla del Pacífico, la Nueva Antequera, es Tierra de Dios Padre y María Santísima. Jajaja.

Lamentablemente, la hoguera de la soberbia, egos y las vanidades entre los liberales del Siglo XVIII XIX y XX, yorkinos, escoceses y del Nuevo Rito Nacional, resultante del manipuleo de los imperios europeo y norteamericano, condenó hasta hoy a Oaxaca a la ancestral ignorancia y la miseria.

La inaceptable disputa política entre Benito Juárez García y Porfirio Díaz Mori, agravada por la mala leche de los jefes revolucionarios de los estados del norte, ganones de la Revolución de 1910, hundió a Oaxaca en el perenne rezago y marginación.

A “El Turco” Plutarco Elías Calles, de ascendencia judía sefardí, «Jefe Máximo de la Revolución», y a sus incondicionales no convenía dejar de monopolizar la presidencia de la República, por lo que no permitieron el triunfo del oaxaqueño José Vasconcelos, Maestro de América.

A los constructores de la República con las Leyes de Reforma, Benito Juárez, y de la modernización de México, Porfirio Díaz, con la construcción de los puertos marítimos, el ferrocarril, telégrafo y teléfono, se suma una pléyade de generaciones de ilustres oaxaqueños.

Carlos María de Bustamante, redactor del Acta de Independencia de México e inspirador de Los Sentimientos de la Nación, promulgados por José María Morelos, convertidos en la Constitución de Apatzingán; Enrique, Jesús y Ricardo Flores Magón; la Triada Serrana, Miguel Méndez Hernández y Marcos Pérez Santiago, preceptores y compañeros de lucha de Juárez.

Asimismo, destacan Matías Romero Avendaño, Emilio O. Rabasa, chiapaneco egresado del glorioso Instituto de Ciencias y Artes del Estado; Andrés Henestrosa Morales, Alejandro Gómez Arias y Adolfo López Mateos, de origen oaxaqueño.

La maldición que acompaña la desmedida ambición por el poder y el dinero sigue flagelando a la ancestral Huāxyacac, Tepeaca, así como a la colonial Villa Segura de la Frontera y Villa de Antequera, al mantener permanentemente enfrentados a los cinco ex gobernadores vivos.

No obstante el paso del tiempo, subsisten las diferencias y encarnizadas pugnas entre Jesús “Chuchín” Martínez Álvarez, Heladio Ramírez López, Diódoro Carrasco Altamirano, José Murat Casab, Ulises Ruiz Ortiz y Gabino Cué Monteagudo.

A pesar de ello, la inmensa sabiduría de los oaxaqueños aportó, además de los dos hermanos mayores, Juárez y Díaz, dos presidentes de la República más a México, Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, engendrados en Oaxaca.

Por intereses y conveniencias personales y familiares, los dos últimos estadistas del país ocultaron su origen. Adolfo el joven fue producto de la infidelidad de su madre con el vasco, Gonzalo de Murga, propietario del ingenio Santo Domingo en Juchitán.

Durante mucho tiempo se cuestionó que quien fuera presidente de México de 1958 a 1964, Adolfo López Mateos, había nacido en Guatemala, cuando en realidad su madre, Elena Mateos, lo concibió en Oaxaca y lo registró en el Estado de México.

Para evitar que fuera exhibida su acta de nacimiento inscrita en Tlacolula de Matamoros, Díaz Ordaz encomendó a su compañero de estudios y amigo de juventud Ricardo Herrera Muzgo, entonces Juez de lo Civil en ese distrito, arrancarla del libro de registros.

A medio siglo de esta última historia, Oaxaca sigue pariendo hijos valiosos, controvertidos y cuestionados para algunos. Nadie es perfecto, claro. La mayoría son jóvenes maduros egresados de la gloriosa Universidad Benito Juárez de Oaxaca (UBJO).

Es de lamentar que la prostitución de la autonomía, se convirtió en la peor maldición extraterritorial de la UABJO, por la guerrilla urbana que opera en el campus universitario, la corrupción de la mayoría de los ex rectores y, hoy en día, por el narcomenudismo.

Sin dejar de ser corresponsables los integrantes de la comunidad universitaria, autoridades, catedráticos, alumnos y trabajadores, la mayor responsabilidad recae sobre la mafia de la “familia real”, capitaneada por el capo di tutti capi Abraham Martínez Alavés y su hijo “El Chapito”, Eduardo Martínez Helmes.

En medio de la anarquía del orden del caos de la política y los negocios en la UABJO, hay historias de éxito que siguen aportando a Oaxaca invaluables productos intelectuales. Es el caso del candidato a Doctor en Protección al Patrimonio Histórico y Artístico por la Universidad de Jaén, España, Octavio Heredia Cruz.

“La creación de la Escuela de Arquitectura en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca” constituye una importante investigación documental en la que nuestro amigo Octavio realiza un apasionado recuento de escenas de la vida cotidiana, anécdotas, experiencias, imágenes y expresiones verbales de los protagonistas que dieron forma a la Escuela de Arquitectura del Instituto de Ciencias y Artes del Estado de Oaxaca y, posteriormente, en la naciente UABJO.

Sin duda, la publicación se convertirá en un referente obligado para entender cómo, quiénes y cuándo, se generaron las condiciones para fundar la institución formadora de profesionales de este campo del conocimiento.

Heredia Cruz, profesor investigador de tiempo completo en la Facultad de Arquitectura de la UABJO ha publicado, entre otras obras, Control del almacén de obra de la microempresa constructora de edificación, Muros de Mampostería Sismorresistentes, Normas de Dibujo para la Elaboración de Planos de un Proyecto Ejecutivo, así como una cantidad importante de artículos científicos en revistas arbitradas de reconocido prestigio.

La presentación del libro, se realizará este día, a las 9 horas, en la Facultad de Arquitectura en Ciudad Universitaria, en el marco del Congreso Internacional 60 Años de Arquitectura Oaxaca 1958-2018, a realizarse en Ciudad Universitaria del 15 al 18 de mayo. No hay que olvidar que, como ocurre en Derecho, estúpidamente Arquitectura cuenta con dos facultades, una en CU y la otra en el viejo edificio de 5 de Mayo.

Inspirado en las construcciones precortesianas de Oaxaca, especialmente de Monte Albán milenario, el libro de Octavio responde a las interrogantes del por qué y para qué de una Escuela de Arquitectura y nos lleva de la anécdota al argumento valedero para entender su historia, parte de nuestra propia historia.

En el devenir histórico de Oaxaca, y ya en funciones el glorioso Instituto de Ciencias y Artes del Estado, la enseñanza de la Arquitectura emergió de las diversas carreras que idearon los iniciadores allá por los años 1826-1827.

Octavio Heredia Cruz refiere la instauración de la carrera de Arquitecto desde la perspectiva de uno de los cuatro alumnos fundadores: el Arquitecto José Márquez Pérez, uno de los cuatros maestros que formaron a los nuevos arquitectos oaxaqueños, el Arquitecto Enrique de Esesarte Gómez.

Egresado de la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México, de Esesarte Gómez relata que fueron los templos religiosos erigidos en Oaxaca lo que inspiró la creación de la carrera universitaria, así como la férrea voluntad del primer rector de la UBJO, Dr. Federico Ortiz Armengol, quien le encargó la tarea.

Con el apoyo de los dos únicos arquitectos que existían en ese tiempo: Francisco Calderón Flores, director de Obras Públicas del Gobierno del Estado, y Octavio Flores Aguillón, reunieron información sobre planes y programas de estudio en otras universidades del país para crear la Escuela de Arquitectura de la UBJO.

Por iniciativa del rector Ortiz Armengol, el Honorable Consejo Universitarios aprobó en su sesión del 9 de diciembre de 1957 el Acuerdo Número Siete que creó la Escuela de Arquitectura de la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca.

La UBJO instauró así la carrera de Arquitecto que dura cinco años y cuyo plan de estudios es similar al que tiene la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El autor del libro que rescata la memoria histórica y sostiene que “este acontecimiento señala los diferentes logros que, a través de sus 58 años de existencia, marcan la vida y la historia de la hoy Facultad de Arquitectura de la UABJO”, a cuyos fundadores rinde homenaje. ¡Salud y larga vida!

alfredo_daguilar@hotmail.com

director@revista-mujeres.com

@efektoaguila