Las circunstancias y las fichas se mueven: Luis Octavio Murat

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Enrique Ochoa Reza anunció que el método para la elección del candidato presidencial, de senadores y diputados de su partido será por convención de delegados lo que “no significa un nuevo dedazo”. Agregó: “vamos por el método de convención, es un mecanismo muy democrático e importante en el partido”. ¡Ajá! Dirían las chavitas.
Entrevistado por José Cardenas; Ochoa Reza afirmó que el presidente Enrique Peña Nieto será el eje central para la elección del candidato presidencial, sin embargo, no será el único priista que participará en la decisión; por lo cual intuyo que “dedazo” si lo habrá.
Hasta ahora el presidente de la República militante del PRI, continúa operando las estrategias a la antigua usanza, tiene mano para la decisión final. Las reglas han variado un poco, no obstante, el presidente continua siendo el gran elector en el PRI.
Eso no quiere decir que no consulte, que no explore las posibilidades de cada precandidato. Por supuesto que pide opiniones a los sectores de su partido, a los grupos de interés como el empresarial, al religioso, a intelectuales y académicos de prestigio, a ex presidentes de la República, a uno que otro embajador poderoso, a los gobernadores de su partido, a los capitanes de la industria, a los medios de comunicación, a periodistas, articulistas y columnistas, a la opinión pública; y una vez tomado el pulso al país, en soledad toma la decisión, en privado, solo, el presidente y su poder, nadie más porque todos y cada uno de los que conforman el sistema político y económico han sido consultados, escuchados y beneficiados por su poder.
Ahora, cuando se acerca el retiro y se inicia la nostalgia, cuando asoma el ocaso, le toca a él decidir, a nadie más. Más tarde lo sabrán, cuando Ochoa Reza haya terminado la escenografía del espectáculo que marcará el nacimiento de un nuevo sol.
A la decisión presidencial le continuará el método de selección del candidato ante 10 mil priistas que emitirán el voto de la Gran Decisión y, finalmente, el “destape” del “ungido” por “decisión democrática” de las “mayorías priistas” para dar espacio al ocaso que se ha iniciado y al nuevo sol que ya se ha asomado.
Hay que agregar que la gran decisión viene acompañada de estrategias que se están gestando y que de progresar, habrán de dar tema por lo certeras, precisas aprovechando las circunstancias: “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo”, escribiría preciso en su obra Meditaciones del Quijote, Jose Ortega y Gasset.
Lo anterior aplica en el caso del interesante movimiento de fichas en el centro del poder presidencial como es el nombramiento de Eruviel Ávila, ex gobernador del Estado de México como presidente del PRI en la Capital, lo cual, en un inicio, pareció ser un castigo político, toda vez que el PRI en CDMX no existe.
Basta recordar el fracaso rotundo de Beatriz Paredes cuando el PRI la “destapó” como candidata al gobierno del entonces Distrito Federal, candidatura que, de inicio, no tenía futuro. Vino la derrota contundente y su destino fue el destierro bohemio para entonar la Chica de Ipanema (Garota de Ipanema su título original en portugués) en tierra carioca, tal cual premio de consolación.
CDMX ha sido coto cerrado para las fuerzas priistas. Los “chuchos” y el PRD se adueñaron de la Capital desde 1997 siendo su candidato Cuauhtémoc Cárdenas quien compitió por la jefatura de gobierno frente a Carlos Castillo Peraza por el PAN y Alfredo del Mazo por el PRI.
Han pasado casi 20 años en los que un solo partido ha gobernado la gran ciudad y que hoy, pasado ese largo tiempo y el desgaste que ello implica, el PRD está en riesgo de perder la elección capitalina debido a la fractura interna y al éxodo de sus mejores cuadros políticos hacia Morena.
Recordemos que Morena se ha posicionado como el partido con mejor oportunidad para ganar el gobierno de Ciudad de México, pero se atravesó el destino y ocurrió el terremoto que exhibió a la Delfina de Lopez Obrador, Claudia Sheinbaum, como una precandidata incapaz de servir y gobernar a la Capital de la República.
Su desgaste fue rápido al haber hecho de la desgracia ocurrida en el Colegio Enrique Rébsamen un batidero irresponsable con repercusiones penales.
Decidirse por un cuadro sin la experiencia necesaria fue equivocado y sacrificar a Ricardo Monreal por Sheinbaum todavía más.
Pero de pronto, las cosas y las circunstancias cambian, así ocurre en la política que cambia en segundos y los actores con oficio político las aprovechan, es el caso de Eruviel Avila designado dirigente en el PRI capitalino que invitó a Ricardo Monreal (de orígenes priistas) a pláticas iniciales con perspectivas a la candidatura del PRI al gobierno de Ciudad de México.
La posibilidad es ambiciosa, retadora, toda vez que Monreal sería el único candidato que podría derrotar a los candidatos del PRD y Morena en Ciudad de México al contar con infraestructura electoral propia y la que le acerque el PRI del Estado de México, a través de las gestiones de Eruviel, de Alfredo del Mazo y por instrucciones del Presidente.
Los jugadores hacen la sopa y las fichas se mueven. La gran carpa está lista y el espectáculo está por comenzar. ¡Hagan su juego señores!
@luis_murat
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