Las balas que ejecutaron a Colosio convirtieron en “zombi” a Salinas: Alfredo Martínez de Aguilar

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* Las dos balas tan cínicamente negadas inicialmente, que cumplieron con la terrorífica misión de ejecutar al ex candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, convirtieron a Carlos Salinas en “zombi”, es decir, en muerto político, a pesar del poder que mantiene.
* El Gobierno de Estados Unidos también sabe, por supuesto, quién ordenó y ejecutó al ex candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Al revelarlo, los barones de la droga y el imperio prestarían un gran servicio a México y a los mexicanos.

 

(A la esposa e hijos, familiares, amigos y compañeros del Profesor Rubén Núñez Ginez, ex dirigente de la Sección XXII de la CNTE por su fallecimiento. A pesar de ser uno de sus críticos, nobleza obliga a enviar un abrazo solidario en estos momentos difíciles. ¡Descanse en paz!)

Al instante, en automático, tras los disparos a Luis Donaldo Colosio el juicio generalizado de la opinión pública sentenció al presidente Carlos Salinas de Gortari. Y la historia, no le absolvió, por el contrario le sentó en el banquillo de los acusados y condenó.

Las dos balas tan cínicamente negadas inicialmente que cumplieron con la encomienda de ejecutar al ex candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, convirtieron a Carlos Salinas en “zombi”, es decir, en muerto político.

Por supuesto que sigue teniendo poder real como lo demuestra el hecho que en gran medida sigue siendo el gran titiritero político en México. Pero jamás podrá hacer realidad su obsesión de reelegirse como pretendía hacerlo después de Colosio.

Verdad o mentira, según trascendió en su momento, todo estaba listo para refundar el PRI como Partido Nacional Solidaridad. Hay quienes se atreven a comentar que, incluso, se tenía ya el Proyecto de Reformas de los Estatutos del PRI.

Ahora, sin embargo, no importa si fue directa y personalmente el propio Carlos, quien dio la orden de ejecución contra el sonorense, si fue su hermano Raúl en complicidad con José Córdova Montoya o si solo fue éste para imponer a Ernesto Zedillo, el gran beneficiario.

Lo cierto, es que las serias y fundadas dudas sobre el asesino solitario y la probable identidad del o de los autores intelectuales y materiales de la ejecución de Luis Donaldo Colosio Murrieta persisten, después de un cuarto de siglo de ocurrida.

Ahí están las palabras del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, quien reiteró su rechazo a la versión del asesino solitario en el magnicidio del ex candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de México.

En la víspera del  25 aniversario de la muerte del abanderado tricolor, el funcionario federal hizo votos por que en algún momento alguien aporte datos adicionales que lleven a retomar el caso y a llegar a una conclusión de lo ocurrido en Lomas Taurinas.

“Yo lo único que puedo decir es que no creo ni creeré por razones subjetivas y objetivas en el tema del asesino solitario. Creo que ese asesinato, cometido en la lucha por la madre de todas las disputas que es el poder presidencial, la mano armada resulta irrelevante”, dijo quien fuera secretario particular de Colosio.

En rueda de prensa ofrecida tras la inauguración de la primera reunión de la Conferencia Nacional de Secretarios de Seguridad Publica en Casa de Gobierno, Durazo afirmó que sin duda el asesinato de Colosio marco la vida del país.

“En lo personal, pero con independencia de ello, creo que fue a partir del 94 que se acelera y precipita el proceso de descomposición del país”, agregó.

A 25 años del homicidio de Luis Donaldo Colosio, es más que pertinente airear públicamente una hipótesis político-criminológica que, de confirmarse, podría dar luces sobre los verdaderos asesinos.

Es más que evidente, público y notorio que el hombre mejor informado de México e, incluso, de América, no solo es el Presidente Andrés Manuel López Obrador, sino un particular. Claro, no cualquier particular.

Salvo prueba en contrario, el hombre mayor y mejor informado de México es el todopoderoso empresario continental Carlos Slim Helú, primo de Alfredo Harp Helú, dos de los hombres más ricos del mundo.

Y lo es por la simple y sencilla razón que es el propietario de la principal red telefónica y de telecomunicaciones fija y móvil de México y una de las más grandes de todos los países de Latinoamérica América Móvil.

El propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, los titulares de los Poderes de la Unión y las Fuerzas Armadas incluyendo el servicio de inteligencia militar y civil, utilizan los satélites y red de telecomunicaciones de Carlos Slim.

Bajo este enfoque metodológico es de suma trascendencia aventurar que hay otro grupo de hombres todopoderosos que tercian entre los dos mayor y mejor informados de México: los grandes capos de los cárteles del narcotráfico.

Éstos últimos tienen a su servicio a presidentes, gobernadores y presidentes municipales, así como a militares de alta graduación, a elementos de los servicios de inteligencia, civiles y militares, y a jefes de las corporaciones policiacas federales, estatales y municipales.

En conclusión, los viejos y nuevos barones de la droga son, por tanto, a nuestro juicio, uno de los poderes fácticos más y mejores informados de México. Sus servicios de inteligencia son más eficaces, incluso, que los del Estado ante el desmantelamiento de éstos por el PRIAN.

Los delegados y comandantes de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad (DFS) les vendían información privilegiada. No eran los únicos, también lo hacían desde la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS).

El millonario mercado de compra-venta de información, que de ninguna manera ha terminado, se hacía extensivo, por supuesto, a los titulares, delegados y comandante de la desaparecida Policía Judicial Federal (PJF) de la entonces Procuraduría General de la República.

De los políticos que siguen vivos, Manlio Fabio Beltrones Rivera, representante personal del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en Tijuana, en las primeras investigaciones de la ejecución de Luis Donaldo Colosio sabe mucho al igual que Diego Valadés Ríos.

El Gobierno de Estados Unidos también sabe, por supuesto, quién ordenó y ejecutó al ex candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Al revelarlo, los barones de la droga y el imperio prestarían un gran servicio a México y a los mexicanos.

Los capos del narco deben hacerlo porque los ex presidentes dela República rompieron las reglas del juego del código de honor en la complicidad y finalmente les traicionaron, mataron, encarcelaron o extraditaron como al Chapo. Deben exorcizar a los demonios políticos.

Es innegable que esta traición, agravada por las propias traiciones entre los propios barones de la droga y el asesinato de niños y mujeres, abrieron las puertas del infierno de la creciente inseguridad y brutal violencia que vive México.

 

alfredo_daguilar@hotmail.com

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@efektoaguila