La libertad y nosotros: Bersahín López

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04-bersahinUn sin fin de conceptos, definiciones, palabras, algoritmos indescifrables, han sido siempre el pretexto perfecto de guerreros para pelear batallas, para los artistas una fuente de inspiración en la creación de maravillas, a los gobernantes los ha motivado en busca de las mejores causas, pero el ciudadano ha quedado aislado entre lo subjetivo y una realidad que no alcanza para comprender lo que no se palpa.

La libertad ha sido siempre el estandarte de guerras incalculables, de poemas épicos, de partituras excelsas, de pinceles monumentales, que han hecho de esa palabra todo lo que el ser humano ha podido imaginar, pero que no ha podido marcar con su verdadero sentir, la vida diaria de los seres que habitan el planeta tierra.

La libertad ha sido el ideal perfecto, el fin primordial, el valor supremo, el punto de partida y anhelada consolidación de la civilización, sin ella nada bueno existe, con ella todo lo malo puede ser superado, si los hombres de civilizaciones pasadas la alcanzaron, al tenerla en sus manos, prefirieron dejarla ir, para no sentirse “productos acabados”, necesitaban perfeccionar lo ya conquistado, buscando algo inconquistable que los conquistara todos los días.

En la esclavitud, absolutismo, cautiverio, opresión, tiranía, la libertad encuentra a sus principales enemigos, los que cuartan cualquier forma de libre manifestación o reconocimiento de derechos, atenta contra el valor fundamental, eso nos señalan los más connotados filósofos, pensadores, literatos, demócratas, aquellos que necesitan sentir el maravilloso correr del viento en las alturas, cual ave que disfruta del vuelo en plenitud, sin ninguna atadura.

La libertad ha sido tema de la historia conocida por todos, desde los textos de primaria, hasta las anécdotas de héroes y caudillos que lucharon por defenderla o por instaurarla, a pesar de haberse derramado sangre, que los campos de naciones enteras parecieran enormes cementerios donde quedaron enterradas las aspiraciones de millones de seres humanos, esa libertad sigue siendo más inspiración que realidad.

¿Cómo entender que el valor supremo no haya sido permanentemente conquistado por generaciones brillantes? ¿El ideal es inalcanzable? ¿Los seres humanos estamos condenados a vivir en la imperfección del cautiverio para seguir avanzando? ¿La libertad es un concepto propio que no tiene cabida en una  idea colectiva? ¿Somos libres sin saberlo y esclavos del ideal? , esta nuestra generación tiene que conquistarse a sí misma, para saber sí hay porque luchar o es hora de adecuar nuestra felicidad a las circunstancias que vivimos.

En tiempos actuales, percibimos la falta de libertad en un sin fin de ejemplos, desde leyes mordaza por parte de gobiernos autoritarios, pasando por restricciones de todo tipo a la libertad de tránsito, expresión, asociación y todas aquellas que forman parte de la libertad en toda su magnitud, pero quizá el mayor ejemplo está en la esclavitud que el hombre hace de sí mismo, ese cautiverio mental que no lo deja conocerse para enfrentar la vida, no en busca de conquistar conceptos, sino de entenderse así mismo, obteniendo felicidad que lo haga sentirse pleno.

Estamos a tiempo de atender el llamado de la conciencia y del corazón, dejar que los ideales sirvan como conceptos que impulsen todos los días nuestro actuar, pero que no se vuelvan una obsesión que nos encadene en la frustración del sueño no cumplido.

No hemos encontrado en la consecuencia de todas las acciones de nuestros antepasados la felicidad colectiva, la democracia nos ha restado libertades y creado dogmas, los mecanismos legales de armonía social han sido utilizados para control a conveniencia, las expresiones de libertad se han degenerado en libertinaje, no hemos encontrado el punto de equilibrio.

Los poderosos ansían más poder, los esclavos suplican piedad, los demócratas invocan ideales, los ciudadanos pedimos una oportunidad de conquistar nuestro propio espacio de sana convivencia, que nuestros valores sean respetados y poderlos compartir, sin que sean deformados, buscar la libertad colectiva conquistando el alma personal, inspirar con inspiración y no con perversidad.

Tal vez es el momento de repensar sí lo que buscamos es libertad o felicidad adecuada a las circunstancias que vivimos…. El que millones lo pensemos sin decirlo puede ser COINCIDENCIA, pero el primer paso a conquistar lo que tenemos a nuestro alcance y cada día lo dejamos ir…. ¿O será, que el precio de la libertad absoluta es estar absolutamente solos?