La impunidad está en juego: Luis Octavio Murat

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Desde un inicio el caso de Santiago Nieto, ex Fiscal de la FEPADE, se complicó.

Según el encargado del despacho de la PGR, Alberto Elías Beltrán, el despido se debió a que violentó la estricta reserva sobre investigaciones en curso en contravención a lo ordenado por el articulo 28 del Código Nacional de Procedimientos Penales. Afirmó que el funcionario violó el reglamento interno de la Procuraduría General de la República al revelar investigaciones confidenciales acerca del caso Odebrecht en el cual están implicados Emilio Lozoya y funcionarios de primer nivel de su administración.

Lozoya Austin fue miembro del Consejo de Administración de OHL al igual que José Andrés de Oteyza, aquel sujeto que aparece en una foto junto con Gerardo Ruiz Esparza increpando al presidente Peña y señalándolo con el índice muy cerca de la cara. Los gestos de Oteyza reflejan ira, el rostro de Peña Nieto sorpresa por el severo reclamo de Oteyza y el de Esparza incredulidad.

Menciono lo anterior por la sencilla razón de que cuando se han establecido relaciones humanas de alto grado de confianza los actores se permiten ademanes que, en este caso, alteraron el nivel de respeto que se le debe tener a un Presidente de la República.

Lo anterior nos lleva a suponer que algo sucedió entre ambos personajes y que uno de los dos no cumplió el acuerdo pactado lo cual motivó el reclamo severo de Oteyza al Presidente Peña.

Retomando al personaje, pasado el tiempo, Lozoya renunció a Pemex previa entrevista con el entonces Secretario de Hacienda Luis Videgaray al que le fue a solicitar dinero para la empresa que ya estaba quebrada. “Consigue y si no puedes, renuncia” respondió Videgaray.

Emilio Lozoya renunció presagiando quizás la tormenta que se avecinaba la cual irrumpió cuando en Brasil la cloaca se destapó revelando los actos de corrupción de Odebrecht. En efecto la tormenta cayó primero en Brasil poniendo en apuros a Marcelo Odebrecht presidente de la compañía que lleva su nombre y a ex funcionarios de Odebrecht quienes revelaron que Emilio Lozoya recibió 10 millones de dólares en varias entregas.

Desde los tiempos en que estuvo en OHL, en la campaña de Peña Nieto como encargado de las relaciones internacionales y como director de Pemex, Emilio Lozoya estrechó negociaciones con altos funcionarios de los gobiernos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Pero sucedió que la cadena se reventó justamente en el eslabón mas débil, Santiago Nieto, fiscal de la FEPADE y a quien la PGR pretende cortarle la cabeza ocasionando con ello un affaire de opereta.

La cloaca de la corrupción gubernamental se volvió a destapar por lo que algo apesta en México, olor que esta alcanzando a los más altos niveles de gobierno, al Senado de la República e incluso a la residencia presidencial.

Es por ello que a los presuntos culpables de las tranzas en Pemex, vía Odebrecht, les urge apartar en definitivo a Santiago Nieto por revelar secretos de gobierno que no conviene que vean la luz pública pues contienen el cómo, el porqué y el cuándo de un inmenso fraude electoral cometido con dinero ilegal usado en la campaña del ahora presidente de la república.

Haber despedido al fiscal electoral de la PGR fue craso error de quien lo ordenó, error que prendió la hoguera partidista y volteó de cabeza al senado, vía oficial conducente que ahora no sabe que hacer con la “papa caliente” que les quema las manos.

Que lo diga la propia senadora del PRI Ana Lilia Herrera que en entrevista con José Cárdenas no supo explicar en 10 minutos si abría o no sesión el miércoles, o la suspenderían por falta de quórum como finalmente sucedió.

Santiago Nieto, Fiscalía y la Ley de Ingresos son temas que están sobre la mesa y las partes no ceden y el plazó de 10 dias para abordar el tema del fiscal se agota.

Por su parte, Emilio Lozoya afirma tener las manos limpias a pesar de todas las pruebas que se han presentado y publicado en la investigación que lleva a cabo la PGR, o ¿llevaba?

No obstante, el 1 de diciembre del 2012 OHL fue favorecida con tres contratos por 2 mil 398.4 millones. Si esto no es favoritismo no sabría como llamarlo.

En febrero del 2014 Odebrecht obtuvo contrato de Pemex por mil 436.3 millones de pesos para el “acondicionamiento de sitio, movimiento de tierras y conformación de plataformas para el aprovechamiento de residuales en la refinería Miguel Hidalgo”.

Este nuevo affaire gubernamental escapó de control desde que el encargado del despacho de la PGR, Alberto Elías Beltrán le pidió la renuncia a Santiago Nieto. Declaraciones fueron y vinieron alegando que no tenían derecho a renunciarlo por ser autónomo.

Los partidos de oposición olieron la sangre y empezó la zaragata, batahola o zipizape en una batalla campal que no hayan como detenerla.

Sin embargo, lo que importa en este asunto es el fondo de las cosas, el fraude que se cometió, las personas que intervinieron, cómo se usaron los millones de dólares entregados por Odebrecht a Emilio Lozoya, aunque el abogado Coello, afirme que Lozoya no fue, que fue Teté, diría Lopez Portillo.

Este escándalo ya no es solamente judicial, se ha convertido un asunto meramente político con repercusiones inimaginables, toda vez que están próximas y en juego las elecciones federales y este affaire de progresar barrerá con las aspiraciones del priismo en su conjunto, y no solo eso, pues habrá reclamos para llevar a la cárcel a quienes resulten responsables de los negocios turbios de esta administración.

En consecuencia, está en juego la Fiscalía que de ganar la parte gubernamental la impunidad estaría garantizada por 9 años. Pero si la oposición gana, las elecciones federales los favorecerían lo cual les daría oportunidad de aplicar la ley contra los que cometieron el fraude de Odebrecht vía Pemex.

@luis_murat

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