La ética profesional, virtud para alcanzar el éxito: Paola Gutiérrez Galindo

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Hablar de ética es referirse a las acciones del hombre en las diversas situaciones de su vida, con la finalidad de conducirlo hacia el bien. De manera que la ética puede definirse brevemente como la ciencia de la rectitud de los actos humanos, basada en los valores y principios adquiridos y aplicados en nuestros actos. Es así que, al conducirnos de manera correcta, decimos que actuamos con ética, esto es, de acuerdo a los valores éticos adquiridos durante el desarrollo individual de cada ser humano con experiencia en el entorno familiar, escolar, social, religioso e inclusive medios de comunicación.

La ética se divide en dos grandes partes: la ética general y la ética especial. Siendo la primera la que considera los principios fundamentales sobre los que descansan las normas morales que rigen la conducta humana frente a la sociedad; y, la segunda, la que tiene por objeto determinar en concreto las normas para las acciones humanas, de acuerdo con las circunstancias y las condiciones en que dichas acciones se ejecutan. La ética sigue un método racional (desde el punto de vista de la razón) y persigue como fin la conducta recta de los hombres con miras a la felicidad humana posible, el bienestar.

La ética profesional es la norma que regula las acciones de los individuos que ejercen una profesión, tratando por consecuencia los deberes de cada uno de ellos, y guiándose siempre por principios éticos y valores morales. Por lo que, aplicar los principios éticos profesionales a nuestra vida diaria, nos acercará cada vez más para lograr el éxito profesional deseado, como el ser responsables en las actividades realizadas, tener un criterio propio, presentar trabajos de calidad, seguirse preparando continuamente de forma profesional para estar a la vanguardia, tener responsabilidad personal hacia quien patrocina los servicios, guardar el secreto profesional, abstenerse de realizar tareas que no cumplan con la moral y las buenas costumbres, ser leal con quien patrocina los servicios, así como el derecho a una retribución económica por los trabajos desarrollados, tener respeto hacia los colegas y a la profesión que se realiza, entre otros más que dignifiquen el desarrollo de la profesión desempeñada.

Por otra parte, la ética deontológica se refiere a lo que se debe hacer ó no se debe hacer en la práctica de las diversas profesiones. No se refiere a las consecuencias sino a los deberes. Así, por ejemplo, se puede hablar de deontología médica, deontología científica o deontología jurídica, siendo ésta última aquella que puede entenderse como un código práctico de actuación en la vida profesional diaria del especialista del derecho.

Así, desde un abogado, juez, legislador, notario, docente, investigador, funcionario público, consultor, Agente del Ministerio Público y demás profesionales del derecho, que se desempeñan en diversos campos, por ejemplo de forma particular, en el ámbito jurisdiccional, legislativo, administrativo y judicial, deben tener principios éticos por los cuales se rijan, para alcanzar el éxito deseado.

Respecto al ámbito legislativo los principios éticos a enarbolar son: legalidad, legitimidad, democracia, libertad de expresión, tolerancia, formalidad, pluralidad, respeto a los pactos e información al elector; para alcanzar los fines éticos de estabilidad política y eficacia jurídica.

Los valores éticos que regulan la conducta del individuo, como la justicia, libertad, responsabilidad, honestidad y respeto, tienen como objetivo lograr el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa y pacífica en la sociedad, para lograr una sociedad sustentable.

Por lo anterior, considero que la ética es la expresión de una racionalidad que dota de sentido al quehacer profesional, porque no pierde de vista los bienes intrínsecos que le dan razón de ser a la profesión, siendo éstos los valores éticos que regulan la conducta del individuo, como la justicia, libertad, responsabilidad, honestidad y respeto, con la finalidad de lograr el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa y pacífica en la sociedad, garantizando con ello una sociedad sustentable para las futuras generaciones.