¿Ingresos estatales? y ¿el gasto?: Rubén Mújica Vélez

Print Friendly, PDF & Email

Con avaricia sin límites los partidos políticos disputan los recursos federales para las entidades federativas. Sin rubor alguno, condicionan el apoyo a los proyectos de Ley de Seguridad Nacional, la dizque Reforma  Laboral, la Reforma Política- ¡ésta última amenaza aprobar la reelección de los mismos “monos” de trapecios diputadiles desde hace 30 años!- a que el Gobierno federal les entregue recursos  muy mayores a los actuales. Cínicamente sin comprobación de ejercicio. Quieren un cheque en blanco para usar los recursos de la Nación. En su afán los diputados y senadores, se desgañitan y claman justicia presupuestal cuando es la rebatiña de políticos de última calidad por un pastel de primera.

Así lo que debería ser la negociación de recursos para su aplicación honesta y trasparente, toma forma de rebatiña entre facinerosos. Veamos.

Los recursos presupuestados no corresponden puntualmente a los ejercidos: desde hace decenios, desde las oficinas hacendarias del gobierno federal, se aplica impíamente una rigurosa y selectiva “tijera”. Si ilusos diputados y senadores quieren tener una cátedra, pueden recibirla en Oaxaca de Carlos Altamirano Toledo. Él cumplió el papel de “verdugo presupuestal” con Carlos Salinas de Gortari, en cuyas aguas “ideológicas” abrevó y las siguió aplicando con fervor en tiempo de Zedillo “El Vendedor de Ferrocarriles” y Asesor de los compradores extranjeros. Altamirano Toledo conoce a fondo como ajustar “el traje” presupuestal a la flacucha “personalidad” de los estados de la República. Logró  el doctorado summa cum laude en el arte del “recorte”. Igualmente puede crear una Universidad que transmitiera las triquiñuelas para formular las Cuentas Públicas que impiden seguir la pista a los rubros del presupuesto; cada año se integran de modo diferente y no pueden analizarse en períodos prolongados.

Pero, después de los desfiguros de priístas por contar con una bolsa cuantiosa para 2012 y su campaña llevando a Peña Nieto como candidato, los “legisladores” se “hacen patos” en responder a una pregunta obvia de los mexicanos:

                ¿EN QUÉ EMPLEARÁN ESE CUANTIOSO PRESUPUESTO?

Pues tan importante como lograr presupuestos “históricos” que exige más de un priísta oaxaqueño que esconde el derroche en que participaron en el infame ulisiato, es precisar el GASTO PÚBLICO. Los priístas no lo mencionan porque revelarían sus enormes debilidades y su intención de contar con “bolsas” para la “cooptación” de traidores, multiplicar despensas y tinacos, láminas y despensas, para la compra de votos de menesterosos. Todo para llevar a Los Pinos al homúnculo de Toluca.           

Finalmente sobre el retraso en la radicación del presupuesto que denuncian los políticos priístas: ¿realmente la Federación aún no radica los recursos masivos? Obvio, en Oaxaca puede originarse en la rabia calderoniana por la “fuga” del que creía su fiel seguidor y su manejo perverso para tener una bolsa gigantesca en 2012 con la intención de retener Los Pinos para el PAN. Esa puede ser la piedra de toque. Pero  también hay otras causas que se originan en graves fallas de gobiernos nuevos. ¿Será el de Oaxaca uno de los que revela ineptitud generalizada? Por que el atraso en el ejercicio presupuestal oaxaqueño ha puesto en punto de quiebra a decenas de proveedores-entre ellos los de uniformes escolares- y empresarios de la construcción. La causa primordial interna podría originarse en lentitud general en la formulación de expedientes técnicos, requisito indispensable para lograr los recursos federales. Esto sería catastrófico. Revelaría que los burócratas de primer nivel, no sirven para algo.

Otra causa puede explicarse en una interrogante: ¿se está poniendo a “sudar”, a sacarle intereses bancarios, a esos recursos federales? Esta práctica viciosa implica elevar la deuda nacional con recursos federales lo que es aberrante. El mayor costo social se deriva de hacer esperar a una población oaxaqueña urgida de inversiones productivas, de creación de empleos y de mejoría de la infraestructura estatal. Así que ¿dónde quedó la bolita?

Sería desalentador que el gobernador Cué cayera en el garlito de hacer “sudar” los recursos federales, “inteligente” costumbre entre Irresponsables de las finanzas estatales. Debe atar a los “cuentachiles” del presupuesto. Éste es para aplicarse, rápido, bien y con sentido productivo y justicia social. Tanto a nivel oaxaqueño como nacional. No cabe exigir mayores presupuestos para usarlos con fines estrictamente políticos. Primero se debe atender al pueblo.

De paso, analizar la “transparencia” en las ideas de sus colaboradores. Hugo Tulio Félix Clímaco, aportó una frase que necesita traductor. Elogiando que Oaxaca está en materia de transparencia y modernización en el sitio 27 de 33 entidades ¡Oooh!, aportó un galimatías:

                “es una oportunidad, ya que mejorar la calidad del gasto contribuye a reconstruir la legitimidad del Estado”

¡Ah caray! Nunca había escuchado que la mejoría del gasto ¿acaso se ejercerá en euros o en dinares?, “reconstruye la legitimidad del Estado” Si esa claridad mental se refleja en el presupuesto ¡que San Cuilmas nos agarre confesados!