Impulsan en Canadá alternancia política

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canadaLas elecciones generales de hoy en Canadá giran alrededor de una palabra: cambio.

Luego de casi 10 años del Premier Stephen Harper en el poder, 25 millones de canadienses acuden a las urnas ante un desencanto con el Gobierno conservador.

De hecho, el 67 por ciento de los ciudadanos quiere un cambio político, según la más reciente encuesta de Nano Research.

“En estas elecciones ha habido mucho énfasis en el voto estratégico, donde no necesariamente votas por tu partido favorito, sino para impedir que alguien gane”, dijo a REFORMA Pegah Rajabi, canadiense de 23 años.

“El hashtag #anyonebutharper (cualquiera menos Harper) ha explotado en redes sociales y enfocado la decisión de muchos canadienses. La prioridad parece ser deshacerse de Harper”, afirmó.

Ese impulso político se ha traducido en números concretos. 

De acuerdo con el organismo electoral canadiense, 3.6 millones de ciudadanos ya votaron de manera anticipada para renovar el parlamento, un aumento de 71 por ciento en la participación en comparación a los comicios de 2011.

Tres partidos acaparan las preferencias electorales: el Liberal, encabezado por Justin Trudeau, con 37 por ciento; el Conservador de Harper con el 31 por ciento, y el Nuevo Partido Democrático, de Tom Mulcair, con 22 por ciento.

Trudeau, el puntero liberal de 43 años e hijo del ex Premier Pierre Trudeau -uno de los gobernantes más famosos del país y considerado fundador de la Canadá moderna-, es el principal beneficiado de los vientos de renovación que se respiran desde Vancouver hasta Québec.

“El debate en Canadá es sobre cambio, y los liberales han ganado ese debate”, señaló Athanasios Hristoulas, director del programa de estudios canadienses en el ITAM.

Si se confirma el triunfo pronosticado de Trudeau, no sólo se pondrá fin al mandato de Harper, sino a su proyecto de nación.

Desde que llegó al poder en 2006, el conservador ha buscado echar para atrás varios logros de Pierre Trudeau (1968-1979 y 1980-1984), como sus políticas a favor del multiculturalismo y apertura a migrantes.

Harper impuso visados a varios países, incluido México, y dado énfasis a símbolos heredados de la Monarquía británica, haciendo enojar a los canadienses francófonos.

Asimismo, ha endurecido las penas criminales y una propuesta de ley antiterrorista volvería más fácil arrestar a gente, un revés a la Carta Canadiense de Derechos adoptada en 1982 por Trudeau padre.

Cuyo hijo, por su parte, promete legalizar la mariguana, recortar los impuestos para la clase media y recibir a 25 mil refugiados sirios.

“Sería devastador para Harper, a nivel personal, perder contra Trudeau. Quiso deshacer todo lo que impulsó Pierre y ahora enfrenta a su hijo, que quiere retomar los valores del ex Primer Ministro”, indicó Gerry Nicholls, ex asesor del actual Premier.

Aunque es el favorito en las encuestas, empero, Trudeau podría toparse con dificultades para conseguir la mayoría parlamentaria, pues no suma suficientes votos.

Se prevé que se alíe con el Nuevo Partido Demócrata de Mulcair.

Prevén fin de visado a México

Si termina el mandato de Stephen Harper, con él también podría darse la eliminación del visado que deben tramitar los mexicanos.

Impuesto desde 2009, el Gobierno conservador lo justificó por el elevado número de peticiones de refugio procedentes del País.

Tanto Justin Trudeau, candidato liberal y favorito en las encuestas, como Tom Mulcair, socialdemócrata, han prometido eliminar las visas a connacionales, aunque enfrentarían varias trabas.

“Los liberales querrán eliminar las visas como un símbolo de mejoramiento de las relaciones, (pero) la realidad es que la burocracia tiene mucho que decir en ello. No deberíamos esperar nada inmediato”, afirmó Carlo Dade, investigador de la Universidad de Ottawa y miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI).

El visado fue impuesto por cuestiones domésticas, y no hay mucha presión pública para eliminarla, añadió.

“Aunque los mexicanos lo tomaron como algo muy serio, desde la perspectiva canadiense la política exterior con México es una cosa y la visa es otra”, señaló, por su parte, el profesor del ITAM Athanasios Hristoulas.

“No es que el Gobierno de Canadá odie a los mexicanos, es que la razón de la visa no es algo político, es un asunto de seguridad (interna)”, añadió.

No obstante, más allá del tema de visados, el País no ha sido para nada parte de la conversación electoral.

“México no es una prioridad para los canadienses”, aseveró Hristoulas, director del Programa de Estudios Canadienses en el ITAM.

“No importa quién gane la elección, las prioridades son el TPP (Acuerdo Transpacífico) y concretar un Tratado de Libre Comercio con Europa. (México) sí es un país importante, pero ya no es prioridad como en 1994, 1995”.

reforma.com