Es hora de que una mujer encabece la ONU

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BOKOVAEl diplomático, con barba y corbata de rayas, se dirigió a una habitación llena de colegas la otra mañana para hablar sobre el tema de cómo debería elegirse al próximo secretario general de la ONU.

Entre las sugerencias ofrecidas por el diplomático, Margus Kolga, de Estonia, estaba por finalizar la selección tres meses antes de que inicie el siguiente mandato, en enero del 2017.

“Simplemente para que él pueda prepararse”, expresó.

“¿Él?”, intervino Mary Robinson, ex Presidenta de Irlanda, en voz tan baja que Kolga no la escuchó en un principio.

“¿Él?”, repitió un poco más fuerte.

Kolga levantó las manos al aire en señal de sometimiento y comenzó a disculparse.

“Él o ella. Perdón”, dijo, al añadir que en su lengua materna, el estonio, “no hay géneros. Cuando digo ‘él’, quiero decir ‘él o ella'”.

Hablar sobre un próximo secretario o secretaria general se ha convertido en un tema de conversación cada vez más cargado, tanto adentro como afuera de los pasillos de la ONU.

Tres docenas de países, encabezados por Colombia, promueven la idea de que es el turno de una mujer para ser dirigente del organismo.

Grupos a favor de la mujer han publicado listas de candidatas. Líderes mundiales prominentes, entre ellos miembros del grupo al que pertenece Robinson, The Elders (Los Mayores), compuesto por antiguos jefes de Estado, han hecho un llamado para que los países nominen a mujeres para el puesto.

Las mujeres han ganado elecciones para liderar países tan variados como Alemania y Corea del Sur. El FMI es dirigido por una mujer y la ley le exige a algunas de las compañías más importantes de Europa que un 30 por ciento de sus puestos de supervisión sean ocupados por mujeres.

La Ministra de Relaciones Exteriores de Suecia, Margot Wallstrom, ha emprendido “una política exterior feminista”, al llamar los derechos de la mujer algo crítico para la paz y la seguridad mundial. Y Hillary Rodham Clinton, quien hace 20 años habló en una significativa Conferencia Mundial Sobre la Mujer de la ONU en Beijing, en calidad de Primera Dama de Estados Unidos, es ahora aspirante a la presidencia de su país.

La ONU, sin embargo, se ha resistido hasta cierto punto. Desde su creación, en 1945, ha sido dirigida siempre por un hombre.

“Después de ocho secretarios generales consecutivos, los miembros de The Elders se muestran muy solidarios con la idea de que es hora de que una mujer sea elegida”, señaló Robinson cuando fue su turno de hablar.

“Pero si resulta ser que el candidato adecuado es hombre, entonces que así sea”.

El “candidato adecuado”, enfatizó, deberá ser: “independiente y no tener compromisos con los intereses de Estados miembro individuales”.

El actual secretario general, Ban Ki-moon, es conocido por abogar para que se ascienda a mujeres a puestos administrativos, al reprender en ocasiones a jefes de Estado y Gobiernos por no incluir más mujeres en puestos de gabinete.

Aún así, las mujeres escasean entre los pacificadores de la ONU, y tampoco hay muchas mujeres designadas por el organismo para negociar tratos de paz.

Entre los embajadores para los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, sólo Matthew Rycroft, de Gran Bretaña, ha dicho explícitamente que su Gobierno favorecería a una mujer entre candidatos igualmente calificados.

Por su parte, el Embajador Vitaly I. Churkin, de Rusia, ha advertido que no se deberá discriminar a los hombres.

Reforma.com