El poder del Presidente: Luis Octavio Murat

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“Cuando se hace una estatua, no se debe estar siempre sentado en el mismo lugar; hay que verla por todas partes: de lejos, de cerca, desde arriba, desde abajo, en todos los sentidos.” (Montesquieu: Cuadernos.)

El poder del presidente de México es fuerte y amplio por las facultades que le otorga la Constitución en el momento en que protesta cumplirla y hacerla cumplir.

A partir de ese instante, la aplicación de esas facultades quedan a su propio criterio y juicio. Solo al Presidente le corresponderá decidir como y cuando usar ese inmenso poder los seis años que durará su mandato al frente del Estado.

En el caso de la administración presidencial próxima a iniciar actividades, habrá un movimiento de fechas, debido a que esta administración concluirá el 30 de septiembre del 2024.

Me explico, el gobierno que inicia durará en el cargo 5 años y 10 meses, según lo señala la Reforma Constitucional del pasado 10 de febrero del 2017, a fin de ajustar las fechas y el jefe del ejecutivo siguiente inicie funciones el 1 de octubre del 2024:

“El presidente entrará a ejercer su encargo el 1 de octubre y durara en él seis años.” El ciudadano que haya desempeñado el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con carácter de interino o sustituto, o asuma provisionalmente la titularidad del Ejecutivo, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a desempeñar ese puesto, tal y como lo señala la nueva redacción del articulo 83 Constitucional.

Este ajuste a las leyes contiene un valor importante, al permitir que los presidentes que inicien funciones envíen al Congreso su propio presupuesto de Egresos de la Federación, evitando así que el Presidente que concluye le coloque candados a la política económica del sucesor.

En efecto, el poder presidencial es enorme, pero son las leyes constitucionales adecuadas que si bien lo facultan para ejercer amplio poder, también lo van equilibrando, a fin de evitar excesos de un solo hombre.

En ese sentido, mucho se ha especulado, escrito, opinado y comentado el arrollador triunfo electoral de Andrés Lopez en las elecciones del 1 de julio. Victoria electoral que le ha proporcionando al presidente electo amplio poder, aun antes de ser Presidente Constitucional. Poder que se extenderá hasta el Legislativo como resultado de que Morena ganó la mayoría en las dos cámaras legislativas que conforman el Congreso de la Union.

Por lo que respecta al Poder Judicial, el ajuste de cuentas vendrá a su tiempo, a pesar de que el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Luis Maria Aguilar Morales, este suprimiendo gastos innecesarios, por supuesto, sin tocar los sueldos de los magistrados que integran la Corte, y menos el suyo que es ofensivo.

Todo a su tiempo, más aun, cuando el poder judicial no actúa como palanca de equilibrio como sucede en los sistemas democráticos.

Poder que se deja sentir constantemente, que ocupa diariamente la atención de los medios. Todo lo que se dice y se comenta se vuelve instintivamente hacia él. En los diarios de todo el país se lee lo que hace y dice, en la televisión ocurre lo mismo, a que horas sale y entra a su oficina de la colonia Roma; las multitudes cercando la vieja casona para entregarle ruegos y peticiones de toda indole; para saludarlo; para recibir sus bendiciones de Mesías; para besarle la mano; imágenes de su casa, de su familia, notas sobre su esposa, a la que no le interesa ser primera dama, y hace bien; que vivirán en una casa alquilada cerca de Palacio Nacional; que los Pinos y el avión presidencial no serán usados por el nuevo presidente que, ¡Aguas! Optará por usar aviones comerciales aunque se corran riesgos como el del Aeropuerto de Durango en cuya pista cayo un avión de Aeroméxico construido en Brasil con 10 años de uso. Avión que no debió despegar al momento en que una tormenta cayó sobre la zona ocasionando el desplome de la nave sin cobrar víctimas mortales, por fortuna.

En efecto, el Presidente está dotado de un inmenso poder que se deja sentir y ver con más énfasis por las masas que se concentran alrededor de su casa, o del modesto Jetta blanco que usa en vez de un helicóptero; multitudes pendientes de lo que come, de lo que desayuna, de las horas que duerme y de lo que dice, así sean incongruencias como el contestar “Amor y Paz” a Donald Trump.

Es cierto, cuando un presidente capta todo eso, significa que tiene olfato para atraer la atención del mundo que lo rodea; por eso Andrés Lopez dice y hace todo lo que se oye y se publica con la seguridad de que será noticia al saber que es dueño del inmenso poder presidencial que le otorgaron las masas y que, aun sin ser presidente constitucional su poder es tan grande que vale más ir construyendo los equilibrios a tiempo, a fin de garantizar el ejercicio pleno de la democracia, no vaya a suceder que el hombre sensato deje de serlo.

@luis_murat

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