El pago de facturas: Luis Octavio Murat

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Transcurría el año 2011, las piezas del ajedrez político se movían con rapidez para ubicarse en las mejores posiciones para dar el jaque de ser el candidato presidencial.

En ese año, el PRD figuraba como el partido más fuerte de la izquierda en México. Sus dirigentes gozaban de prestigio y larga experiencia política, me refiero a Cuauhtémoc Cárdenas, a la maestra Ifigenia Martinez, a Porfirio Muñoz Ledo, a Andrés Manuel Lopez Obrador y otros muy destacados.

Marcelo Ebrard finalizaba como jefe de gobierno del Distrito Federal y se movía para contender por el PRD en la contienda presidencial del 2012. La trayectoria de Ebrard por el Distrito Federal estuvo llena de altibajos. Formó parte del equipo de trabajo de Andrés Manuel como Secretario de Seguridad Pública cuando éste fue jefe de gobierno del D.F. (2000-2005).

Pero debido a que fueron linchados y quemados dos agentes federales en Tláhuac, el presidente Fox ejerció su facultad legal, art. 122 Constitucional y art. 34 del Estatuto de gobierno del Distrito Federal, cesando a Ebrard, y al comisionado de la Policía Federal Preventiva (PFP) José Luis Figueroa, quienes fueron señalados como principales responsables del linchamiento por omisión y negligencia.

La decisión presidencial molestó al jefe de gobierno, que no olvido las ríspidas diferencias que durante 12 años separaron al Presidente Fox y al mismo López Obrador, incluso, Andrés Manuel le gritó al presidente: “cállate chachalaca”.

Corría el año del 2006 y Andrés competía por primera ocasión por la presidencia de la República. Después vino la campaña del desafuero que promovió intensamente el presidente Fox contra Lopez Obrador. De tal suerte, que cuando Marcelo Ebrard fue cesado, Andrés Manuel respetó la orden presidencial, pero de inmediato nombró a Ebrard Secretario de Desarrollo Social del D.F. El pique entre el Presidente y el Jefe de gobierno se ha mantenido desde entonces.

El apoyo que Andrés Manuel le dio a Marcelo Ebrard ahí quedo, como factura que en el que hacer político hay que pagar en algún momento, de no hacerlo los costos podrían ser altos y lamentables.

De manera que la relación política entre ambos personajes creció, maduró, y cuando fue necesario pagar la deuda contraída, en efecto, Ebrard siendo aspirante a la candidatura del PRD a la presidencia de la República al igual que Andrés Manuel, contendieron en la elección interna del PRD.

Los resultados de la misma no fueron confiables, más bien dudosos. Sin embargo, fue la oportunidad de Ebrard para saldar en definitiva la factura pendiente con Andrés Manuel, por lo que decidió declinar a favor de Andrés Manuel para que fuera él candidato del PRD a la presidencia de México.

Y así fue, pero Andrés Manuel perdió la contienda presidencial frente a Enrique Peña Nieto y Angelica Rivera “La Gaviota”, que siendo pareja sentimental del candidato tricolor y después esposa, acompañó en la campaña electoral a su prometido. El atractivo y simpatía de la estrella de Televisa fue, sin duda, un acierto de los conductores de imagen y propaganda política.

Por su parte, Marcelo Ebrard, al dejar la jefatura de gobierno del D.F., no tuvo más salida que irse de México debido a que las diferencias políticas con su heredero en el cargo, Miguel Ángel Mancera, crecieron al grado de revelar los turbios manejos de Ebrard en el asunto de la Linea 12 del Metro que pusieron en peligro la vida de millones de usuarios.

Hasta la fecha, el asunto de fraude, de irresponsabilidad, de trampa, de dudas en la Linea 12 del Metro en la administración de Ebrard no se han despejado del todo. La sombra de impunidad en un caso de corrupción enorme sigue vivo. Más aun cuando en su larga estancia en Paris, Ebrard fue fotografiado en cafeterías y restaurantes de Les Champs-Élysées tomando café, comiendo plácidamente, sin ninguna preocupación, confiando en su blindaje político.

En consecuencia, sorprende la promesa repetida miles de veces por Andrés Manuel, a lo largo y ancho de la República, en el sentido de acabar con la corrupción cuando anuncia que Ebrard será titular de la SRE.

¿Por qué entonces, el candidato electo, decide nombrar a Marcelo Ebrard el próximo canciller de la Secretaria de Relaciones Exteriores cuando muchas dudas quedan respecto a su honestidad?

Este nombramiento solo se explica como el pago de una factura pendiente para saldar la deuda, cuando Ebrard se hizo a un lado para despejar el camino a Lopez Obrador, aquel año del 2011 y dejar que el pacto de las ambiciones continuará su rumbo.

@luis_murat

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